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lunes, 19 de septiembre de 2022

COLEGIO MENOR “EL DONCEL” 1960-1996 (I)

 



Es difícil resumir en unos folios la historia de este Centro docente y educativo con sus cuarenta y cuatro años de rica existencia amasada con ilusiones, proyectos y esfuerzos; con vivencias y anécdotas de sus miles de alumnos, equipos directivos, profesores y educadores, ayudados en la proyección de tan hermosa y difícil misión con la imprescindible colaboración de administrativos y personal de servicio.

Sirva este trabajo de homenaje y emotivo recuerdo al “viejo Doncel”, ahora demolido, por parte de quienes en esas décadas hemos protagonizado la historia del mismo, independiente del tiempo que allí convivimos.

“El Doncel -lugar de Docentes (así lo llamaba Marciano Cuesta), Nietos de Alonso Quijano El Bueno, Aprendices de la Andante Caballería, Pajes y Escuderos de Gallardías Inmortales”. El Doncel fue molino donde con ilusión renovada de cada amanecer se trabajó para preparar ciudadanos libres, responsables y justos.

El Colegio Menor nació, entre otras razones como consecuencia más o menos directa de la incipiente “explosión escolar” de los años 1950 que se proyectaba en la mayor parte del mundo, con las ventajas e inconvenientes, con las posibilidades y carencias de las respectivas naciones y pueblos. Se produce una gran demanda de educación en los tres niveles educativos: primario, medio y universitario.

Referido el problema a España, los análisis y estadísticas manifiestan las deficiencias del sistema educativo vigente. La realidad provincial es aún más precaria. Fijamos la atención en enseñanza media. Este tipo de enseñanza contaba en la provincia en aquellos años con tres centros públicos: “Juan de Ávila”, en Ciudad Real y los Institutos de Valdepeñas y Puertollano. El Instituto de Alcázar se creará años después.

 

Día de inauguración del colegio el 12 de octubre de 1960


Mediada la década de los sesenta la provincia tenía 8.442 alumnos oficiales y 2.785 libres. Dependían de los Institutos las “secciones delegadas”, las “secciones filiales” y los “colegios libres adoptados”, radicados estas modalidades de escolarización en grandes pueblos de la provincia: Manzanares, Socuéllamos, Infantes, Almagro, Almodóvar, Criptana, Almadén… Pasados los años muchos de estos centros se convirtieron en Institutos de Segunda Enseñanza. La aprobación de la Ley General de Educación de agosto de 1970 facilitó una nueva orientación de las Enseñanzas Medias.

El Instituto “Juan de Ávila” alcanza la categoría de Instituto de Primera clase en 1964 al contar con una matrícula de cinco mil alumnos, siendo director del centro docente el Catedrático Dr. Martínez Val.

Muchos de los alumnos foráneos residían en Ciudad Real en casas de pensión con manifiestas limitaciones de muy diversa naturaleza. Otros alumnos oficiales se veían obligados a realizar diariamente incómodos viajes para asistir a las clases del instituto.

Urgía la creación de residencias para estudiantes. Los colegios de “San José” y de “Ntra. Sra. del Prado” (Marianistas), con sus favorables historiales educativos desde su implantación en Ciudad Real, mitigaron el problema existente con la oferta de plazas en sus internados.

En este contexto, finales de la década de los cincuenta, nace el Colegio Menor “El Doncel”, creado por la Delegación Nacional de la Juventud, al igual que los otros cuarenta y cinco radicados en otras provincias. Se inaugura el Colegio en el curso académico 1960-1961, destinado en un principio a alumnos bachilleres y de Magisterio. El aumento considerable de la oferta de estudios en la capital (I.T.A., Colegio Universitario y en nuestros días, la creación de la Universidad), facilita que miles de estudiantes se desplacen a Ciudad Real para cursar estudios superiores. “El “Doncel” pierde alumnos de Bachillerato por la creación de los Institutos locales en los que pueden seguir sus estudios. Por otra parte la demanda de residencias para universitarios se incrementa. El Colegio pierde el motivo inicial de su creación transformándose en “Residencia Universitaria”.

 



Cuando “el Doncel” comenzó su andadura, contaba solamente con las mínimas instalaciones. El presupuesto, poco más de tres millones, no daba para más. Directivos, profesores y alumnos, con ánimo juvenil y desinteresado, hicieron posible la ampliación de zonas deportivas y de jardín. Otras instalaciones nacieron a medida que fue mejorando la economía del centro docente, unida a pequeñas ayudas externas.

El Doncel fue recibido con expectativas esperanzadoras por parte de la sociedad local y provincial. Desde el primer momento, todas las plazas se cubrieron en su totalidad. Hubo que hacer obras de ampliación. No es ningún secreto que en algunos casos las familias recurrieron a la “ayuda” de otras personas para lograr el ingreso de sus hijos en el colegio.

¿Qué ofrecía “El Doncel” que justificara el éxito de la demanda de plazas? Una respuesta simple pero que es de justicia reflejarla: la personalidad entusiasta, sociable y firme de su Director, José García Martínez, el que familiarmente llamábamos “Pepote”.

Supo implicar a sus colaboradores en una empresa nada fácil. Para él y para los demás puso muy alto el listón de exigencias. Con las limitaciones que impone la condición humana, puede afirmarse que consiguió o que se propuso: situar al colegio en un nivel notable de logros educativos con los jóvenes estudiantes que fueron sus alumnos.

 

Ángel M. Jara Barreiro “El Doncel en Imágenes 1960-2004”. Ciudad Real 2005




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