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miércoles, 14 de junio de 2023

SAN ANTONIO SIN VERBENA

 




Conforme a lo expuesto en nota que nuestros lectores podrán leer en las páginas de información local, esta noche no se celebrará la tradicional verbena de San Antonio en el recinto de la parroquia de San Pedro. La Hermandad no cuenta con dinero para sufragar las tarifas de la banda de música; Y sin música no hay verbena, ya se sabe. Algunos pensarán que la banda pudo sustituirse por un toca discos y unos cuantos pasodobles de algún «LP», pero no hubiese resultado igual.

En las verbenas hay que vender, aparte los rosquillos o «caridades» del Santo, todo esa que es peculiar a esta clase de celebraciones. Aquí no viene bien el «whisky» ni el «campari», lo suyo es un trago de limonada fresca y la gaseosa, aunque ahora se haya sustituido la «bola» por la «coca» o el «mirinda»; pero eso se debe a razones de falta de existencias, cosa que no ocurre con la banda de música.

Ciudad Real desde los tiempos de «Maricastaña» venía celebrando cuatro verbenas populares: el Carmen, Santiago, San, Antonio y San Pedro, las dos primeras en la Plaza de las Carmelitas, una, y la segunda en la parroquia de su nombre; las dos últimas en los jardines de San Pedro Apóstol. En la del Carmen durante bastantes años actuaban las bandas municipal y provincial, esta última dirigida por el maestro Segura, personaje muy popular por su antigüedad en la banda del Hogar Provincial y por su barbita. Dicha banda, nos asegura un veterano compañero, hacía dicho día un recorrido por la capital con sus alegres sones hasta llegar a la plazuela de las Carmelitas, donde alternaba con la municipal, para después trasladarse hasta el Hospital Provincial donde ofrecía otro concierto en homenaje a la Patrona del centro sanitario dependiente, de la Diputación y alegrar un rato a los enfermos y personal del citado Hospital.

De chicos raro era el año que faltábamos a cualquiera de estas verbenas, bien para comprar un pirulí y beber un limón o agua de cebada, con su correspondiente «carrizo» para que durase más, o comer un barquillo mientras escuchábamos la zarzuela o pasodoble de turno. Incluso de mayores parecía obligado darse una vuelta por dichos lugares.




Somos los primeros en comprender que hay cosas que no guardan la misma virtualidad a través de los tiempos, pero igual que Madrid, con motivos más sobrados, no ha renunciado a sus verbenas, Ciudad Real siempre fue fiel a estas tradiciones populares que estaban, y están, destinadas el pueblo, que encuentra en dichas fechas un rato de expansión, en vísperas festivas y que por poco dinero puede distraerse escuchando a su banda de música, tomando un refresco, después de rezar una Salve a la Virgen o un Padrenuestro el Santo que se festeja.

Hemos dicho «su banda» y la realidad es que la banda de música de Ciudad Rea1 no es del todo municipal. Creemos, que su reglamento es variopinto en cuanto a determinar su dependencia. Ahí puede residir el intríngulis de la cuestión en lo del cobro de honorarios, cosa que nos parece bien, pero que debía estar regulada por el Ayuntamiento para que dicho conjunto pudiera actuar en fechas determinadas, en ocasiones como la que comentamos, y que por su falta de asistencia ha roto con la tradición de una verbena popular.

No se va a hundir el mundo, por supuesto, más aún cuando tantas cosas se están rompiendo de mayor importancia y trascendencia. Pero esto de las verbenas, no sé por qué, significa algo así como un pequeño enfrentamiento a esta sociedad tecnológica y consumista que cada día, nos cerca más, sin dejamos un resquicio de convivencia.

Por eso el tocadiscos y el pasodoble en conserva no podrían sustituir a una banda de música, aunque desafinase.

Nos viene al recuerdo aquello de: «Este año no hay «Pandorga» Virgen del Prado, por las cicaterías de Maldonado». Pero aquellos eran otros tiempos


Dulce N. Ramírez Morales. Diario Lanza 12 de junio de 1976. Sección “Postal de la Provincia”

 


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