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martes, 20 de junio de 2023

VIAJE A CIUDAD REAL EN EL SIGLO XIX (II)

 



Otras dos parroquias a más de la de Santa María del Prado, existen en Ciudad-Real. Tiene la de San Pedro Apóstol y la de Santiago; esta última, la más antigua de todas, pero también la más maltratada por impericia de los restauradores y revocadores. Aquella techumbre, que priva al templo de su primitivo carácter, no está en armonía con el resto del templo, con las tres naves, con las anchas ojivas y con el retablo que adorna la Casa de Dios.

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, es antigua: ofrece a la vista tres naves espaciosas, un coro, obra del siglo XVI; un altar dedicado a la virgen de la Guía, modelo de estilo churrigueresco; grandes columnas; hermosísimas gradas para llegar al presbiterio, y un retablo de escayola, tanto más notable, cuanto que fue hecho por un hijo de la ciudad, por el Sr. López Donaire, nada menos que en 1863, es decir, hace pocos años.

Tres puertas dan ingreso al templo, las tres de construcción antigua y distintas en el orden arquitectónico.

Las murallas y las puertas revelan el espíritu guerrero de pasadas edades; los conventos y las iglesias, la piedad de nuestros mayores.

Ya hemos dicho el estado de las primeras, ya hemos indicado los templos; solo falta recordar los conventos, el de Carmelitas y el de Dominicas, que cuentan por centenares los años de existencia. Y de esta suerte completamos todo lo antiguo, todo lo que legaron nuestros ascendientes en fuerza de sacrificios por la religión y por la patria.

En contraposición a las obras antiguas, ofrece el sistema constitucional las obras modernas. Aquellas se destinaban a la oración, a la caridad y al recogimiento; estas se aplican a las artes, a la enseñanza, a la ciencia, a la industria y al dolor. Templos, hospitales y monasterios constituían las primeras; fábricas, talleres, escuelas, institutos, hospicios, casas de socorro, constituyen las segundas.

 



Entre las construcciones recientes figura la Casa Consistorial, terminada en 1869. El edificio es suntuoso por fuera y admirablemente distribuido por dentro. Una esbelta y graciosa escalera, adornada con estatuas, convida el ingreso al palacio popular.

El salón de sesiones puede enorgullecer a una capital de tercer orden, y aun de segundo y de primero: 43 metros de largo por 6 de ancho, a más de las pilastras, capiteles, balaustrada y trabajo artístico, base de la ornamentación: he aquí lo que ofrece la sala destinada a las conferencias de los concejales de Ciudad-Real.

La parte exterior, reúne a la sencillez la elegancia. El frente a la plaza es un trabajo digno de examen minucioso, descollando las armas de la ciudad, las de Castilla, la lápida de la Constitución, las estatuas representativas de la Justicia y la Prudencia, la Industria y la Agricultura, las ventanas centrales y la torre, y sobresaliendo entre la parte constructora de la obra la tan conocida y apreciada piedra de Novelda.

La Plaza Mayor, o sea de la Constitución, es de forma irregular. Viene ya de tiempo de Fernando VI, de aquel diligente monarca que fomentó la marina, construyó el Jardín Botánico de Madrid, estableció el Observatorio astronómico, protegió a los hombres de saber, auxilió a la industria y al comercio, creó la Academia de Bellas Artes, y firmó un tratado de paz, el de Aquisgran, en 1748. La plaza es un trapecio de 4.000 metros cuadrados, y fue objeto de reparaciones importantísimas en 1860, sin detrimento del arte y en honor de la belleza.

El género que domina en las construcciones particulares, es el greco-romano, destacándose el piso principal por sus adornos, por sus ventanas, por sus pilastras y por sus capiteles.

En el centro de la plaza se levanta una fuente erigida a la memoria de Hernán Pérez del Pulgar el de las Hazañas, hijo de Ciudad-Real, que debe servir de base a la estatua de tan insigne guerrero. Allí, en el propio pedestal y mirando al Ayuntamiento, aparece en letras de oro y en elegante lápida de mármol, la siguiente inscripción:




HERNAN PEREZ DEL PULGAR

EL DE LAS HAZAÑAS

NACIÓ EN CIUDAD-REAL EN 1451

Y MURIÓ EN GRANADA EN 1531.

LA CIUDAD NATAL CONSAGRA

ESTA MEMORIA AL SEÑOR DE LOS

MOLINOS DE TREMECEN.

AL HÉROE DE ALHAMA, DEL SALAR,

DE GUADIX DE SOLOBREÑA,

DE GRANADA Y DE MONDEJAR.

Los pueblos que recuerdan las, virtudes, la inteligencia o el valor de sus hijos predilectos, merecen el aplauso de la historia y los plácemes de las generaciones contemporáneas. Honrar la memoria de los grandes hombres es honrarse a sí mismo la patria, es honrarse a sí mismo el pueblo que les vio nacer.

Ciudad-Real se enorgullece con Alfonso de Soto, jurisconsulto; Juan de Molina, historiador; Alonso de Céspedes, guerrero; Fernán Gómez, médico y literato, hijos todos de esta población.

Continuando las obras y restauraciones modernas, ya públicas, ya particulares, debemos mencionar el cuartel de caballería, fundado a fines del siglo anterior para casa de misericordia por el cardenal arzobispo de Toledo, señor Lorenzana, y convertido más tarde en alojamiento de la fuerza armada. El edificio es cómodo, espacioso, bien situado, perfectamente restaurado y propio para tres o cuatro regimientos.

El Hospicio provincial, reformado en tollas sus partes, ofrece grandes departamentos; el Instituto, tiene aulas y colegio de internos con absoluta separación, y el Hospital civil, extramuros de la ciudad, ostenta salas ventiladas é higiénicas.

Como edificios particulares sobresalen los palacios de Barrenengoa y Almagro, y como paseos, el de la Libertad, inmediato a la puerta de Calatrava, que fue un tiempo interminable serie de lagunas, causa permanente y ocasional de enfermedades para el barrio de Santiago, y hoy es una planicie agradable y una larga extensión de terreno bien dispuesto para la gente de a pie.

El tiempo era limitado, pero suficiente a recorrer todas las calles y visitar todos los edificios públicos. El aspecto que presenta esta capital revela grandes mejoras realizadas en los últimos años, y un deseo vehemente de llegar en breve término a la altura de otras ciudades, superiores en importancia política, aunque no en riqueza y recuerdos históricos.

 

Portugal contemporáneo de Madrid a Oporto pasando por Lisboa: diario de un caminante / por Modesto Fernández y González. Madrid 1874




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