La lluvia siempre fue siempre mal aliada de la Semana Santa, porque como todo el mundo sabe, si la lluvia hace acto de presencia, nuestras procesiones no pueden procesionar. Eso parece que ocurrió en el año 1849, tal y como lo recoge el periódico “El Clamor Público”, un periódico editado en la ciudad de Madrid entre 1844 y 1864, durante el reinado de Isabel II.
Este periódico contaba con un corresponsal en nuestra ciudad, que remitió una nota de como se celebró la Semana Santa del citado año 1849 en Ciudad Real, que fueron publicadas en el citado diario el 14 de abril, que a continuación reproduzco:
“Con fecha 9 del actual nos dice lo que copiamos á continuación nuestro corresponsal de Ciudad Real:
También aquí la Providencia ha acudido con abundantes lluvias que aseguran la próxima cosecha si alguno de los muchos percances que el pobre labrador tiene hasta entrojar sus granos no viene á burlar sus esperanzas. ¡El cielo las cumpla!
Ya sea por efecto del tiempo, ya por falta de fondos, no hemos presenciado este año las buenas procesiones de Semana Santa que aquí se acostumbran. El pueblo quedó chasqueado el jueves y viernes Santo, cuajando las calles en expectativa de los pasos que los curas no han querido que salgan, según la general creencia, por cuya razón los hermanos ó cofrades están muy disgustados, y muchos se despedirán, vista la tibieza religiosa que domina”.
Por la nota publicada, parece que ya a
mediados del siglo XIX, nuestras procesiones contaban con buena critica, y que
las cofradías y hermandades que existían entonces, no debían andar muy boyantes
de fondos económicos.
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