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lunes, 14 de septiembre de 2020

DESCRIPCIÓN DE LA PARROQUIA DE SANTIAGO A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX(I)


Una vista de la Parroquia de Santiago a principios del siglo XX con su antiguo chapitel

Está situada en la plaza de Santiago, formando con la Catedral y San Pedro un triángulo centrado al perímetro de la ciudad.

Se ha pretendido con este motivo por algunos, sin verdadero fundamento, suponer que las tres iglesias fueron erigidas simultáneamente al fundar la Villa; pero hoy los autores más competentes niegan esa idea poco verosímil ya a primera vista. Lo natural es que al fundarse Villarreal, tuviese ya la aldea preexistente su ermita, que ensanchada fuese la primera Iglesia de la Ciudad; y clara es que el probable emplazamiento del tradicional pozo marcará el sitio de ese primitivo casería e Iglesia. Ahora bien, los dos lugares que a dicho pozo se asignan como probables al principio de este artículo caen en la proximidad o en el mismo emplazamiento de Santa María y la ermita convertida por Alfonso X en Iglesia, por tanto, parece que debió estar situada en dicho barrio y problamente donde hoy la Catedral; y que dicha ermita ampliada, de la que hoy solo queda en Catedral quizás la Puerta del Perdón, fue la primera Iglesia de Villarreal; de ello también es algún indicio su consagración a la Virgen, dado que a la conocida devoción Mariana en la Edad Media en España debía corresponder como regla general la advocación de Santa María dada a su primer templo en cada pueblo. Es probables también como otro indicio más en corroboración de lo dicho, que cerca de la primera parte poblada de Villarreal, antiguo caserío se proyectase y construyese la primera puerta de la nueva ciudad, a fin de que respondiese a la más fácil comunicación con Castilla de sus habitantes, cuanto a la mejor defensa de la puerta misma con la vecindad de múltiples construcciones y recursos en hombres y materiales; y esa primera puerta es sabido que fue la de Toledo. En suma, que el probable emplazamiento del Pozuelo Seco, con la efectiva situación de la Puerta de Toledo, la antigua situación de Alarcos, también hacia este lado, y la misma advocación de Santa María del Prado, abonan la creencia de que la primitiva ermita, e iglesia luego, se hallase en las cercanías de la actual Catedral o en su mismo terreno. Confírmanlo también como probable conjetura la situación del Alcázar que debió colocarse a la parte opuesta de lo ya poblado por las clases más humildes en busca de mayor espacio y de cierta separación entre estas clases y las más aristocráticas, y procurando también formar otro centro defensivo opuesto al de la Puerta de Toledo y caserío anterior. Pero claro es que de todas suertes la Catedral de hoy en su casi totalidad es la última edificación de las tres iglesias. Formado pues, probablemente el primer núcleo importante de población en el Barrio de Santa María opuesto al Alcázar que está en el de San Pedro, con aquella primera iglesia bastaría al pronto para los cristianos; pero enseguida, (pues se sabe que el desarrollo de la villa fue muy rápido), al aumentar los habitantes de ese barrio popular, algunos cristianos se irían adentrando en dirección al espacio que quedaba libre por fuera de la parte aristocrática, o barrio del Alcázar, y hubieron de venir para ello al actual barrio de Santiago, en que, como sitio único, también adecuado, se habrían aposentado ya los judíos, poco amigos de vivir entre cristianos y moriscos, constando que, después de su mengua por la Inquisición (1484 Y 1485), en 1590 se elevaba la judería de Villarreal a 523 habitantes (Hervás). Ya en este lugar los cristianos a fines del mismo siglo XIII, pudieron, aprovechando la circunstancia de que existiera allí como antiguo torreón de avanzada, atalaya y defensa del Pozuelo, según supone, y a nuestro juicio no sin razón, Ramírez de Arellano, (1) la actual torre de Santiago, sentirse estimulados a completarla con la adición de una sencilla iglesia, surgiendo de aquí la actual de ese nombre, que tiene en efecto el sello de pobreza y antigüedad muy marcado, siendo a nuestro entender, como veremos, del mismo siglo XIII, y por tanto la más antigua construcción hoy existente de los tres templos principales de la Ciudad y su torre contemporánea de la primitiva ermita del Pozuelo. San Pedro debió obedecer a una génesis más lenta, como había de serlo el desarrollo de la aristocracia Villarrealenga; así lo confirman sus caracteres, que, como hemos visto, y muy acertadamente se dice el Sr. Arellano, la clasifican como del siglo XIV, y aún de fines de éste, a pesar de cierta robustez de estructura, con múltiples obras del XV. Resulta pues el templo de Santiago el más antiguo hoy existente en Ciudad Real, y a ello responde su aspecto de vetusted y sencillo arcaísmo aunque todavía sólido.

Vista del interior de la parroquia hacia 1917

Desde su fundación fue Santiago de tres naves comunicadas por cuatro arcos formeros a cada lado, (apuntados, de factura modesta y primaria, que se reconoce en sus vértires agudos y de áspero encuentro a la manera de las ojivas lancetadas, tan comúnmente empleadas en aquél siglo XIII, con la variante sin embargo de que en este caso (con excepción de los del crucero algo estrechos en la base), los otros tres arcos llevan los estribos muy apartados y demasiado bajos. (2)

No son estos tampoco de la verdadera forma del estilo (pilares redondos con columnas adosadas de mayor elevación) sino muy bajos y rudos machones octogonales que recuerdan mucho la pesadez de las pilastras y apoyos románicos, lo mismo que los capiteles. Estos capiteles son unos de follage y otros torales ocultos por la cal y pintura pero viéndose que se diferencian del estilo ojival que la filaria en este estilo se desarrolla en mayor altura vertical lo mismo que el tambor del capitel mismo.

Únase a esas reminiscencias la sencillez de la bóveda absidal y una ventanita románica del crucero y podrá asegurarse que con tanto resabio románico y sus características ojivales del primer periodo no puede dejar de corresponder esta iglesia a los principios de este estilo en la región, lo cual unido a las inducciones antes de talladas de carácter histórico nos confirman en atribuir el templo a finales de dicho siglo XIII, ya que sus expuestas condiciones no permiten  suponerlo posterior, y que no es verosímil tampoco que en los dos primeros tercios del siglo hubiese para el pequeño caserío del Pozuelo, ni para la naciente Villarreal dos iglesias no autorizando nada a suponer que el caserío ocupase el emplazamiento de Santiago, ni menos que tan humilde aldea tuviese una iglesia con torre tan Importante. (3)

La bóveda actual, de cañón de la nave central es postiza falsa, de cañizo recubierto de yeso, insignificante artísticamente, y desde luego, y construida dos metros más abajo de la anterior techumbre, ocultando el artístico artesonado de ésta, (lámina 55), de armadura de lazos a cuatro tallada durante el último tercio del siglo XIV. Lo describe así Ramírez de Arellano, y así se conserva hoy, según hemos podido, no sin trabajo, apreciarlo: «Tiene un almizate central muy cuajado de lazos de a cuatro formando estrellas, y la labor de este almizate se corre por las descendidas en tres fajas, una central y otra en cada extremo, de la techumbre, más estrechas las extremas. Los centros o fondos de esta labor, tanto en lo ornamentado como en las descendidas, están estofados, dorados y pintados, brillantes colores en dibujos geométricos unas, y de flores y hojas otros (4), y si bien esta parte pictórica, que es a la morisca, se halla bastante deteriorada no es imposible su restauración. Los nueve pares de tirantes que sujetan el artesonado, y que es apoyan sobre caprichosos, variados y amplios canes, están también muy hermosamente decorados con pinturas a la morisca. El almarbate, o sea, el friso se compone de dos líneas de tabicones en los que alternan los escudos de armas de Santiago, Calatrava y el blasón de los Núñez de Godoy, que es el que nos induce a deducir con precisión la época en que construyó, es decir que fue costeado por el gran Maestre don Pedro Núñez de Godoy. Este techo se podía restaurar para dejarlo al descubierto, primero en el maderámen y luego en las pinturas, que es más costoso. Entra la bóveda actual y el artesonado, sobre el arco toral hay un rosetoncito bien conservado aunque con algún desperfecto, compuesto de un rosetón central lobulado y cinco o seis (son ocho medios), alrededor, por donde recibía la Iglesia misteriosa y gratísima luz.(5)

Otra vista del interior de la parroquia con el destruido paso de “Pilatos” en 1936 

«Las tres naves terminan en otros tantos ábsides, los dos laterales rotos en sus fondos, para dar paso a dos capillitas empotradas construidas en la época en que se restauró la Iglesia; los tres están cubiertos por bóvedas radiadas poligonales sencillas, apoyándose los nervios de los rincones en medias columnas partiendo del pavimento y los intermedios en otras medias columnas arrancando de la mitad del muro, sobre ménsulas muy curiosas representando medias figuras humanas, hoy casi borradas todas como en muchas partes del templo a fuerza de capas de cal y pintura, que se ha acumulado sobre las labores adulterándolas o borrándolas con pésimo gusto. Debería quitarse en esta iglesia la cal que recubre las labores antiguas, con lo que se encontrarían quizás pinturas interesantes y se prevendría la ruína si hubiese grietas ocultas» (6). En la Capilla Mayor hay un regular retablo, con la imagen muy aceptable del Apóstol. Las capillas laterales antes citadas abiertas en los ábsides nada ofrecen de particular, como no sea en la del Evangelio un retablo barroco, ejemplar profuso de la ornamentación del estilo. En el crucero hacia la nave del Evangelio está la interesante ventanita románica de transición a que antes hemos aludido, la cual se ve mejor desde el exterior del muro. En el coro a los pies de la Iglesia, que es del Renacimiento insignificante y pobre se ve un cuadro aceptable de la Purísima.

Bernardo Portuondo: “Catalogo Monumental Artístico-Histórico de la provincia de Ciudad Real”

(1) Lo creemos así, aparte de otras consideraciones que a tan ilustre arqueólogo han sugerido su idea, porque es muy probable, como queda dicho, que la primitiva ermita del Pozuelo se hallase en el interior del caserío de ese nombre que ocuparía un perímetro próximo a la puerta de Toledo, y que esa ermita
fuera desde luego dedicada a Santa María, pues es sabida la devoción extraordinaria a la Virgen en la Edad Media; que existiendo ya esta ermita se convertiría en Iglesia al fundar la villa en 1255, y que es poco creíble que la naciente población sin gran necesidad de momento, puesto que ya contaba una Iglesia, se resolviese y tuviese medios para erigir dentro del mismo siglo XIII la de Santiago (que es como veremos de ese siglo), si esta obra no se hubiera encontrado allanada de antemano en su parte más importante y costosa con la existencia de ese torreón, (acaso de los principios del siglo XIII fecha inmediata a la destrucción de Alarcos que dejó indefenso el Pozuelo), cuyo torreón, por otra parte, no corresponde tampoco por su robustez y dimensiones a lo que la pobre iglesia de Santiago pudo ser en su principio. Hasta la advocación misma de la Iglesia pudo guardar alguna relación con ese origen militar. No pretendemos, claro está, erigir estas observaciones en demostración cierta, ni mucho menos, sino ilustrar una conjetura que nos parece muy verosímil, sobre todo si se añade que acaso pusieron este torreón a un lado, la primitiva ermita al otro y el nuevo Alcázar en el fondo constituir en la mente del fundador los vértices de un triangulo que sirviera de base para determinar el perímetro de la villa, considerando los tres puntos como los tres futuros centros de población en su recinto.
(2) Claro es que esta variante puede obedecer a necesidades técnicas o económicas de la construcción, lo cual haría desaparecer ese reparo muy relativo y parcial a la opinión que vamos desarrollando.
(3) Ramírez de Arellano parece que considera que solo quedan de la antigua construcción los ábsides y el presbiterio y que la torre misma sólo es de últimos del siglo XIII muy transformada además. Aún con el mayor respecto a tan ilustre arqueólogo, no nos decidimos en este punto concreto a seguirle como en tantos otros. Entendemos que los arcos y sobre todo los machones de la nave y la ventana románica de transición son de la primitiva iglesia sospechando que no debe haber exactitud en la cita al atribuir al Sr. Ramírez de Arellano opinión contraria, puesto que él mismo ha sostenido con razón, que la torre debió ser un antiguo torreón defensivo del Pozuelo, y este ya a fin del siglo XIII formaba un simple barrio de Villarreal. En cambio es interesante el recuerdo que hace de que en el siglo XVI, se tapió las ventanas de los ábsides que eran unos ajimeces de forma lancetal y probablemente con celosías de piedra que una restauración inteligente podría descubrir.
(4) Muchos han perdido ya la ornamentación pictórica.
(5) Ramírez de Arellano. Memorias Manchegas históricas y tradicionales, página 82.
(6) Ramírez de Arellano. Memorias Manchegas históricas y tradicionales, página 83.

El oculto artesonado de la parroquia a principios de siglo 

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