El Altar
Mayor de la parroquia antes de la Guerra Civil Española (1936-1939)
El altar mayor de la parroquia de San
Pedro, ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los siglos. Según Inocente Hervás y Buendía en su “Diccionario
Histórico, Geográfico, biográfico y Bibliográfico de la Provincia de Ciudad
Real”, su construcción fue en el año
1473, existiendo una inscripción que se hallaba sobre el arco de entrada a la
parte interior que decía: “redifico esta
Capilla Fernando de Torres regidor y alférez mayor desta Ciudad y Juana de
Pereda su mujer”.
El
retablo del altar mayor después de la Guerra Civil
A la generosidad de estos señores se
debió el primer retablo de estilo renacentista que cubrió el altar, del cual el
ya nombrado D. Inocente Hervás dice lo siguiente en su obra ya citada: “A la generosidad de estos señores creemos
nosotros deberse el Retablo, según la descripción del repetido S. Jurado, del
estilo renacimiento, imperante en su tiempo, teniendo en el centro la estatua
de San Pedro “presidiendo desde una bien dorada Silla o Cathedra como príncipe
de los apostolados y titular de esta Iglesia, enfrente al hueco que esta Imagen
ocupa… un hermosísimo receptáculo o camarín”. A los lados compartimentos
separados conteniendo cada una estatuas o pinturas con episodios de la vida de
Jesucristo, para aumentar la devoción del pueblo con su constante contemplación.
Diez y seis era el número de estos cuadros; destacándose en el centro del
cuerpo superior, de los tres de que constaba. El Calvario, la imagen de
Jesucristo Crucificado y las Marías, el que se adora y reverencia como
santuario de la mayor devoción; obrando Dios por medio de esta Imagen
singulares maravillas y prodigios”. El pueblo le dio el nombre de “Santo
Crucifijo de San Pedro”. En 1762 se sustituyó la escalera de ladrillo por la de
piedra, en 1827 se restauró el retablo colocando en su centro el cuadro de Luis
López, el que no obstante su mérito fue relegado a los pies de la iglesia en
1863 y reemplazado por el retablo de escayola construido por D. Silvestre López
Donaire”.
Bóveda
y ventanas ojivales que podemos ver en la actualidad en el altar mayor
Este retablo renacentista fue sustituido
en el siglo XIX, por un segundo retablo neo-clásico, del cual Bernardo
Portuondo en su “Catalogo Monumental de
la Provincia de Ciudad Real” se dice lo siguiente: “A ese retablo se sustituyó el actual que es de escayola, ejecutado en
1863 por don Silvestre López Donaire de la capital (Hervás). Simula mármoles de
diversas clases y su estilo es neo-clásico. Nada tiene que revele originalidad
ni gusto; es una obra sin importancia de una frialdad y falta de interés artístico
deplorables en un templo de tanto carácter y mérito”.
Este retablo permaneció presidiendo el
altar mayor del templo hasta los años setenta del pasado siglo XX, que fue
desmontado en la restauración que sufrió el templo, dejando al descubierto los
ventanales. Actualmente podemos ver la cabecera del ábside poligonal, con una
bonita bóveda nervada de plementos de gruesos y bien trazados nervios que
arrancan en un florón central. Posee cinco ventanas geminadas ojivales en los
cinco vanos centrales, con parteluz que hoy se cubren con trasennas de
alabastro pero que debieron albergar vidrieras en su día.
Imaginería
que preside actualmente el altar
Las imágenes que encontramos actualmente
en el altar mayor, son la del Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas, tallado
en 1943 por el conquense Luis Marco Pérez, que preside dicho altar. A ambos
lados del crucificado nos encontramos las imágenes de San Pedro y del
Inmaculado Corazón de María, obra del escultor Fernando Cruz Solís, quien las realizó
en los años setenta del pasado siglo XX. A los pies de las imágenes encontramos
la sillería, que es parte del anterior coro que se ubicaba a los pies del
templo.
En el altar mayor también podemos ver la
pila bautismal del siglo XIV-XV, con taza semicircular dividida en dos partes,
en su exterior lleva una inscripción en el borde y debajo una arcuación donde
se alojan los gallones en relieve. La pila se encuentra sobre un pequeño fuste
redondo y una basa cuadrada del siglo XIV.
Detrás de la pila bautismal podemos ver una
lapida sepulcral del siglo XVI, adosada a la pared de Alfonso de Estrada,
regidor y fiel ejecutor de Ciudad Real y gobernador de los reinos de la Nueva
España.
Pila
bautismal del siglo XIV-XV
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