El segundo retablo que nos encontramos,
es el retablo dedicado a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, icono oriental
antiguo de origen desconocido. Durante
muchos años la Hermandad del Perpetuo Socorro, integrada por funcionarios del
Instituto Nacional de Previsión, primera institución oficial encargada de la
Seguridad Social y de la asistencia sanitaria en España que funcionó entre
1908-1978, celebraban cultos en honor a su patrona en este templo capitalino,
junto al colegio de médicos y sanidad militar.
Por este motivo en los años cuarenta del
pasado siglo XX se decidió realizar un retablo cerámico de la Virgen del
Perpetuo Socorro para que presidiera el actual altar, encargándoselo a la
fábrica del ceramista sevillano Manuel Ramos Rejano y que fue pintado por
Alfonso Chaves Tejada.
El retablo cerámico de la Virgen del Perpetuo Socorro, es una
reproducción del icono original de la
Virgen y tiene unas medidas de 0,60 m X 0,80 m (aproximadamente), y nos muestra
a la Madre con el Niño Jesús. El Niño observa a dos ángeles que le muestran los
instrumentos de su futura pasión. Se agarra fuerte con las dos manos de su
Madre Santísima quien lo sostiene en sus brazos. El cuadro nos recuerda la
maternidad divina de la Virgen y su cuidado por Jesús desde su concepción hasta
su muerte.
La Virgen es mostrada sólo de medio
cuerpo y de pie. Viste una túnica de color rojo abrochada en el cuello y un
manto azul marino que la cubre desde la cabeza. Bajo el manto apunta una cofia
de color verde mar, que recoge y oculta sus cabellos. Tiene sobre la frente dos
estrellas. Las coronas de oro y pedrería del Niño y de la Madre son regalos del
Capítulo Vaticano para su coronación.
El Niño Jesús descansa sobre el brazo
izquierdo de su Madre y se agarra con ambas manos a la mano derecha de María,
buscando protección, al contemplar los instrumentos de la Pasión que le
aguarda. Su figura es de cuerpo entero, vestido con túnica verde, ceñida con
faja roja y de su hombro derecho cuelga un manto de color rojizo marrón. Tiene
entrecruzadas las piernas y lleva los pies calzados con simples sandalias, con
la peculiaridad que la del pie derecho queda suelta y colgando. Los
instrumentos que presenta el Arcángel Gabriel son la cruz griega de doble
travesaño y cuatro clavos. El Arcángel Miguel lleva la lanza y la esponja.
Ambos arcángeles ocultan sus manos que sostienen un pomo con los símbolos de la
Pasión. Los abundantes pliegues y sombreados de las vestiduras van profusamente
marcados en color oro.
Las abreviaturas griegas que hay escritas
sobre el icono significan 'MP-ΘΥ (Μήτηρ Θεού, Madre de Dios en idioma español,
inscripción que se halla en la parte superior del cuadro); OAM (Ο Αρχάγγελος
Μιχαήλ, El Arcángel Miguel, inscripción en el lado superior izquierdo); OAΓ (Ο
αρχάγγελος Γαβριήλ, El Arcángel Gabriel, inscripción en el lado superior
derecho); y Iς-Xς ( Ἰησοῦς Χριστός, Jesús Cristo, al lado del Jesús Niño),
respectivamente.
Como he dicho anteriormente la cerámica
de la Virgen del Perpetuo Socorro se colocó presidiendo el altar que
actualmente ocupa, y ambos lados de este retablo cerámico se pusieron las
imágenes de San Cosme y San Damián, que también tuvieron en este templo de San
Pedro una hermandad que le daba culto y que se extinguió en los años setenta
del pasado siglo XX y que eran los patronos del colegio de médicos, con lo que
se consiguió dedicar esta altar a la sanidad y diferentes colectivos que
celebraban en la Parroquia de San Pedro la festividad de sus patronos/as.
Coronando el retablo se encuentra la
imagen de San Juan Bautista. Según Inocente Hervás y Buendía, en su “Diccionario,
Histórico, Geográfico, Biográfico y Bibliográfico de la Provincia de Ciudad
Real”, nos dice que en 1765 se erigió el retablo y efigie de San Juan Bautista
en la nave de la umbría a expensas de D. Clemente Sánchez de Torres, del hábito
de San Juan.
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