El
cementerio de la Parroquia de San Pedro, tras las reformas realizadas en este
lugar en 1909
Hasta el siglo XIX no existieron
cementerios civiles alejados de la población. Hasta este siglo los fallecidos
eran enterrados en las iglesias, ermitas y conventos de las poblaciones. Las
clases más elevadas, nobleza y aristocracia, los personajes más favorecidos o
aquellos pertenecientes a hermandades o cofradías ocupaban espacios
privilegiados en el interior de los edificios religiosos, bien en capillas
privadas, bien en criptas o en bóvedas excavadas en muros y suelos. La nave
central, sin embargo, era reservada a las categorías eclesiásticas y familias
reales. El resto de la población quedaba fuera del recinto sagrado ocupando
todos los terrenos adyacentes a la iglesia, conformándose con la cercanía al
templo donde se situaban los llamados cementerios parroquiales o "de
feligresía". Eran tumbas en su mayoría anónimas que se reciclaban sin
ningún pudor con el paso de los años para dejar terreno libre a los sucesivos
enterramientos.
El cementerio de la Parroquia de San
Pedro se encontraba delante de la puerta de mediodía, es decir en la plazuela de acceso a la parroquia situada
entre las calles Ruiz Morote y General Rey, y se prolongaba hasta la puerta del
Perdón. No fue hasta el año 1834, cuando
se crea el actual cementerio de Ciudad Real, por lo que hasta ese año estaría
funcionando el cementerio parroquial.
Una vez abandonada la costumbre de
enterrar alrededor de los templos de la ciudad, el cementerio de la Parroquia
de San Pedro, quedó como un gran descampado de paso al templo parroquial. No fue hasta el año
1909 cuando el ayuntamiento acomete las primeras obras de urbanización de la
zona. El periódico “Diario de la Mancha”, en su número del jueves 23 de
septiembre da información de las obras realizadas en este lugar: “Ya están casi terminadas las obras del sitio
llamado cementerio de San Pedro.
Con
ellas queda adecentado y mejorado muy notablemente. Al ejecutarlas se ha
ensanchado algo la vía pública”.
Las obras de urbanización de esta
plazoleta, consistieron en levantar un muro con barandilla, y así se mantuvo
hasta después de la Guerra Civil Española, que se eliminó el muro y la
barandilla, se empedró el camino de subida y se realizaron zonas verdes a ambos
lados del camino.
En la zona verde que se realizó a la
derecha del camino de subida, se llegó a instalar una fuente, y durante la
realización de este jardín aparecieron restos humanos, del antiguo cementerio
parroquial. A punto de finalizar el siglo XX, nuevas obras de urbanización se
realizaron de nuevo, suprimiendo parte del jardín que se extendía hasta la
puerta del Perdón y levantando de nuevo un pequeño muro, ofreciendo el aspecto
que actualmente ofrece.
Muy interesante. Gracias por toda esta información.
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