Días previos a Pentecostés, la Virgen del Consuelo fue
vestida magistralmente de rojo por su equipo de camarería. Hay que recordar que
el color rojo lo usa la iglesia el domingo de Pasión y el Viernes Santo, el
domingo de Pentecostés, en las celebraciones de la Pasión del Señor, en las
fiestas natalicias de Apóstoles y Evangelistas y en las celebraciones de los
Santos Mártires.
El rojo es el color de la sangre y del fuego, ligado por
tanto a la fecundidad de la vida, apto para simbolizar el heroísmo del
sacrificio y el incendio de la caridad. En todas las religiones antiguas el
sacrificio, base del culto, se consuma con las hostias abrasadas por el fuego,
símbolo de la aceptación de éstas por parte de la divinidad, por lo que pasa a
representar este elemento el amor divino. La ofrenda del profeta Elías es
consumida por el fuego de Yavé, a pesar de estar deliberadamente mojada, como
signo de la aceptación de Éste, mientras que la de los profetas del dios falso
Baal permaneció intacta.
Es el color, según esto, del Espíritu Santo, “ignis,
caritas”, que se manifestó en Pentecostés en forma de lenguas de fuego, símbolo
del ímpetu y de la fuerza amorosa de la Tercera Persona de
la Santísima
Trinidad , pues es un color ilimitado, de explosión
exuberante, de resplandor poderoso, irresistible, y, además, en
sánscrito vahni significa fuego y tres.
Ya Dios se había manifestado a Moisés en la zarza ardiente, una columna de fuego guió a los israelitas por el desierto, el trono de Dios está inflamado y el propio Bautista anuncia a Cristo como el que bautiza con fuego. De esta concepción surge la cremación de los cadáveres, como símbolo de purificación post mortem, y las hogueras de San Juan.
Así como el amor divino, también se vincula al amor humano, por ser el color del corazón: una simple rosa roja puede ser toda una declaración. El manto de San Juan Evangelista es rojo porque fue el discípulo amado del Maestro. También entre los musulmanes simboliza el amor del hombre a Dios y la oración, el trato con Él: Mahoma llevaba ropas rojas los viernes y en las fiestas del Beyram.
También simboliza el combate y el martirio de los que derramaron su sangre, bautismo rojo, por la fe que habían recibido. Por supuesto también la Pasión de Cristo, rey de los mártires y el sacrificio de la Cruz : en el Apocalipsis aparece vestido “un manto empapado en sangre” Domingo de Ramos, Viernes Santo, Preciosísima Sangre, Exaltación de la Santa Cruz ). No olvidemos que la sangre se considera el principio de la vida, por lo que perder la sangre es perder la vida.
La saya que luce la Virgen fue regalada por el Consiliario de la Cofradía , Rvdo. Sr. D.
Antonio Ruiz Pozo y confeccionada por la hermana Paqui Moyano
En cuanto a la tendencia de
asignar el rojo a la
Eucaristía , que se observa entre nosotros, es acentuar su
carácter sacrificial: el vino, hijo del fuego, alegría del corazón, símbolo de
la verdad divina en el Antiguo Testamento, se convierte en la sangre de
Cristo en la Nueva
Alianza. De ahí la cera roja que se reserva para el culto
eucarístico y para identificar a las Hermandades Sacramentales.
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