Mercerías, Una de las soluciones de la arquitectura de Ciudad Real en el siglo XIX, va a ser la utilización en fachada de fábricas de ladrillo visto aparejadas a hueso. El repertorio de soluciones se dilata a lo largo de 50 años en múltiples edificios. El ladrillo sólo o combinado con otros materiales (piedra, cerámica) va a posibilitar diversos hallazgos plásticos de Interés en la edificación de nuestra ciudad.
En la Plaza del Pilar, el Banco de España,
venía a completar la nómina de edificaciones eclécticas que configuraban y
singularizaban el recinto. Los Palacetes de Doña Mariana, de los Messia, el
Casino de la Unión y el Banco, componían un repertorio de soluciones formales
innovadoras. Piedra, pizarra, ladrillo y fundición son los repertorios
materiales sobre los que se sustentan los nuevos hallazgos lingüísticos. La
piedra ennoblecida por su origen y por su tradicional utilización, sustentaba
los aspectos más clasicistas del lenguaje formal: basamentos, cornisas y
pilastras.
El Gran Hotel (1911) suponla la adopción de los nuevos recursos formales en un programa ambicioso. El gran paramentos de fachada tratado con ladrillo precisaba algún elemento que organizarse visualmente los resultados, en evitación de la dispersión compositiva resultante de las grandes dimensiones de aquella. Para ello, Introdujeron los fierros románticos. De esta forma se introducía un elemento organizador de la composición, que gracias al cristal aligeraba los resultados de la altimetría. Un caso límite de la utilización del ladrillo en programas residenciales, es el presente. Basta el aparejo rehundicado o saliente para conferir al plano de ladrillo valores plásticos.
El caso de la arquitectura de Arias,
creemos que es merecedor de un estudio más atento, dada la calidad de algunas
de sus obras. La Casa de Socorro (1931), abría tempranamente uno de los temas
que iba a desarrollar Arias de forma continuada: La solución de un edificio de
esquina. Aquí la resolución se consigue mediante la disposición de un cilindro
en el que se plantea el acceso. El remate de dicha pieza se efectúa con un
cuerpo aterrazado y una pérgola montada en el antepecho.
El cuerpo aterrazado, en la esquina es el eje de la composición de la Casa de la Emisora (1932). la complejidad del volumen, requiere en este caso recursos formales diversos, alcanzándose resultados de gran Interés. Puede decirse que con este diseño se produce el primer inmueble moderno en nuestra ciudad.
El Garaje Ford (1945), supone una
prolongación de recursos y de temas anteriormente desarrollados. la visera de
hormigón armado, caracteriza singularmente el programa de un surtidor de gasolina,
resuelto con gran dignidad formal y constructiva.
“El
Manchego” Nº 9 Ciudad Real 6-13 Enero 1981
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