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miércoles, 18 de mayo de 2022

REBOLLAR Y HERVÁS EN LA CATEDRAL DE CIUDAD REAL (I)

 



Resumen

 

Al principio del siglo XX se lleva a cabo una restauración de la catedral de Ciudad Real que modifica sustancialmente muchos de sus elementos, tanto en su imagen exterior como en el interior de la iglesia. El chapitel de la torre, recto y realizado en pizarra se sustituye por una estructura curvada revestida de tejas coloreadas. Las capillas de santo Tomás y del Cristo de los Desamparados se reestructuran con formas historicistas en sus accesos y en el espacio interior. En el frente del presbiterio se eliminan las deterioradas formas que protegían las ventanas. Se cambia el solado de todo el templo por una piedra natural. Las portadas de entrada se alteran, especialmente la del Prado con un doble acceso y una ornamentación superior. Los paramentos se enfoscan y revocan. Una actuación duramente criticada por Inocente Hervás que, en la prensa y posteriormente en un libro, critica punto por punto la intervención de Rebollar y las decisiones del presbítero. Una renovación continuada a lo largo del siglo XX con cambios importantes en la realidad construida de la catedral.

 



Sebastián Rebollar y Muñoz nació en 1852 en Fuentihoyuelo (Valladolid). Fue arquitecto municipal de Ciudad Real desde 1886 a 1902. El 18 de enero de 1886 es nombrado arquitecto municipal honorario e interino con una asignación de 1.250 pesetas para gastos de escritorio y dibujo (1). Desde diciembre de 1903 fue arquitecto provincial en sustitución de Florián Calvo, cargo que ocupó hasta su muerte en 1907 (2). Falleció en Ciudad Real el 28 de enero de 1907 a los 54 años después de 20 años de ejercicio profesional.

El Diario de la Mancha decía de él tras su muerte: “hombre que en vida fue un perfectísimo caballero, dotado además de gran inteligencia, de humanitarios sentimientos, con mano pródiga para enjugar lágrimas y aliviar penas(3). Un arquitecto que, en sus veinte años de ejercicio profesional, había dejado una huella importante en la provincia de Ciudad Real con numerosas y significativas obras. Con 54 años de vida y 20 de ejercicio profesional en Ciudad Real, dejaba una aportación singular a la arquitectura de la provincia de Ciudad Real con una trayectoria notable dentro de la edificación provincial.

A lo largo de su actividad profesional se van haciendo presentes ideas personales, planteamientos de su concepción de la arquitectura y una respuesta proyectual diferente según los encargos y el contenido de estos. Proyectos que tienen su repercusión en la ciudad, que dan respuesta a sus requerimientos funcionales y a su ubicación en los diferentes municipios, especialmente Ciudad Real. Y ello desde propuestas personales en las que se mezcla un cierto academicismo con las nuevas concepciones de principios del siglo XX (4)




Sebastián Rebollar firma algunos documentos con el siguiente encabezamiento: “Sebastián Rebollar y Muñoz arquitecto de la Real Academia de san Fernando y provincial de Ciudad Real”. Una condición de académico que unida a la de arquitecto diocesano le hace intervenir en diferentes proyectos de restauración.

El proyecto de nuevo chapitel para la iglesia de Valdepeñas se realizó en 1897 y aparece documentado en diferentes imágenes de época. Dos imágenes fechadas este mismo año muestran el chapitel en obras con el andamio que lo rodea y la iglesia sin el andamio con un grupo de gente en su parte delantera. La imagen de Clifford de la iglesia (1858) presentaba un detalle de la casa del cura entre los contrafuertes.

En esta serie la primera imagen es la Plaza con la Iglesia al fondo. Destaca la presencia de la casa del cura, establecida entre dos contrafuertes y hoy desaparecida, así como, la existencia del espacio anexo en la zona Este de la fachada donde estaba el Archivo Parroquial. La torre presenta ya una imagen renovada con el nuevo chapitel construido en 1897 por el arquitecto Sebastián Rebollar. El reloj se puso en marcha a las 12 del mediodía del 6 de enero de 1898 (5).




1. EL PROYECTO DE REBOLLAR PARA LA CATEDRAL DE CIUDAD REAL

 

El arquitecto diocesano don Sebastián Rebollar, ante el lamentable estado en que se hallaba el templo catedralicio había redactado su Memoria en agosto de 1901.

 

1.1.  Contenido del proyecto.

 

La “Memoria explicativa del estado de conservación y obra de reparación extraordinaria necesaria en la Sta. Iglesia Prioral De Ciudad Real” decía:

En virtud de la R.O, que me comunicada por V.I, en 16 de julio he reconocido la Sta. Iglesia Prioral de Ciudad Real a los fines que se expresan en la R.O. citada.

Del expresado reconocimiento resulta que las reparaciones que deben hacerse en la Sta. Iglesia Prioral son muy numerosas viéndonos obligados a descartar algunas de poca importancia por no ser posible comprenderlas aun haciendo uso del art.º nº 16 del R.D de 13 de agosto de 1876, en el presupuesto que se acompaña, dada la cantidad concedida para estas obras de reparación. Entre las obras de reparación más importantes se encuentran la reconstrucción del chapitel de la torre que fue demolido por amenazar ruina, el picado, maestreado, guarnecido y revocos de todos los bordes y muros de la Sta. Iglesia y la reconstrucción del solado que actualmente se halla completamente destruido, así como también el recorrido de todas las cubiertas cuyo entablado está reducido a polvo en su mayor parte.

 



Las demás obras que se especifican en el presupuesto y pliego de condiciones que se acompañan son de menor importancia.

Respecto a la ejecución de las obras creemos que por la naturaleza deben hacerse por admón. pero sea por este sistema o por el de subasta pública la obra deberá terminarse en el plazo de dos años.

Tal es el proyecto que tenemos el honor de elevar a la superioridad para su aprobación C.R. Agosto de 1901, S.R (6).

Una descripción de una página que condensa las actuaciones previstas y a la que acompañaba un presupuesto y una serie de planos. Las obras tenían un presupuesto general de 114.172 pesetas y sesenta y seis céntimos. El presupuesto parte de una ejecución material de 93.546,99 al que se sumaba un 5% de gastos imprevistos (4.777.34) y un beneficio industrial del 8% (7.483,75). Con ello el presupuesto de contrata era de 105.808,02. Los gastos de proyecto, gastos de dirección, visitas e inspección y premio del pagador un 8%, es decir 8.464,64 pesetas. Las obras serán adjudicadas a la empresa de don Rufino Fernández Villegas, elegido entre cinco licitadores por un presupuesto de 98.320 pesetas. Rebollar firmaba el 1 de septiembre de 1902 una primera certificación de 1.239 pesetas que indicaba ya el inicio de las obras (7).

El proyecto de Rebollar tenía dos planos importantes: una planta general de la catedral y otro plano con la sección de la torre y el diseño del nuevo chapitel. Y otra documentación referida a capillas y portadas del conjunto de la iglesia.

 



1.1.  Las capillas y las portadas

 

En el trascurso de las obras proyectadas por Rebollar se incorporan dos actuaciones importantes en el interior con la construcción de dos capillas a ambos lados de la nave principal. En marzo de 1903 el vicario general Santiago Magdalena se dirigía a Rebollar, arquitecto diocesano pidiendo que formase “el oportuno expediente y levante el plano acompañándolo a la brevedad posible con dictamen correspondiente a los efectos de poder asesorar a V.E.”. Balcázar decía en su libro sobre la Virgen del Prado:

Vacante esta diócesis, por traslado del Sr. Rancés, fue destinado a ella el Sr. Piñera (8), haciendo su solemne entrada en esta capital el 19 de marzo de 1899. Su pontificado se distinguió por un tacto y celo exquisito. Fomentó la, enseñanza cristiana y en su tiempo se establecieron en la provincia varias comunidades religiosas, y en la capital la residencia de Padres de la Compañía de Jesús y la Comunidad de las Siervas de María. Recabó del Gobierno cien mil pesetas para obras en la S. I. P. Dicha cantidad se dio en cinco ejercicios económicos, construyéndose en su pontificado el esbelto chapitel de la torre, se refundió una campana y se hizo otra nueva, se reparó con madera y teja toda la techumbre de la iglesia y sus dependencias, decorándose los ventanales con hermosas vidrieras artísticas, para las que una piadosa señora hizo un donativo de cuatro mil pesetas, vidrieras de mucho gusto, aunque no merecieran el agrado del señor Ramírez de Arellano. No se tuvo el mismo acierto con las obras, que después, se hicieron en las puertas del templo, que fueron verdaderos “pegadizos”, sobre todo, en la llamada puerta del sol, siendo lástima, también, que se modificara la puerta de la umbría, de gran valor histórico, y que se quitara del centro del arco que la cubre la antiquísima imagen de la Virgen de los Desamparados, que se alumbraba con faroles de aceite, alumbrado sostenido, como un gran honor, por los vecinos de la barriada (9).




Rebollar realiza el proyecto de “Nueva construcción de una capilla en la Santa Iglesia Prioral de esta diócesis”. Hay planos de planta, y una sección transversal. Dos capillas enfrentadas a ambos lados de la nave principal con planta similar y ábside poligonal.

 

Gómez Moreno habla de dos capillas construidas a principios del siglo XX:

 

En 1900 edificó a su costa una capilla el canónigo de la iglesia Prioral, don Juan Montes de Oca, y otra erigió también a sus expensas el Obispo Prior, don Casimiro Piñera Nareda. La primera se dedicó a Santo Tomás de Villanueva, Patrón de la diócesis, y la segunda dedicada primero al Corazón de Jesús, en la actualidad Capilla Penitencial (10).

La capilla del Santísimo dedicada a Santo Tomás de Villanueva incorporará después el rico retablo costeado por el que fue Dean, don José Jiménez Manzanares y tiene en el centro la imagen de santo Tomás de Villanueva, patrón de la diócesis y a los lados las imágenes de san Juan Bautista de la Concepción y la de san Juan de Ávila.

La segunda capilla del Cristo de la Piedad supone una importante transformación del espacio existente ajustando la superficie de la sacristía nueva y la vieja. Las formas de cubierta que simulan las nervaduras y los recercados de las vidrieras tienen la frialdad de lo artificial y el desarrollo de un rígido historicismo.

 



En 1905 el obispo es Remigio Gandásegui y Gorrochategui (quinto obispo prior) que continuó con algunas actuaciones en la catedral:

Reanudó las obras en la S. 1. P., que hubieron de suspenderse a consecuencia de un arco ruinoso que amenazaba con el hundimiento de las bóvedas que no estaba en el presupuesto y donó a dicha iglesia un magnifico órgano para que tuviera todo realce el culto catedralicio. El traslado del coro al presbiterio, donde se instaló la Silla prioral de Uclés, para lo cual hubo que quitar el tabernáculo del retablo, fue muy discutido (11).

Otro cambio especialmente significativo se produce en los accesos al templo construyendo una doble entrada al conjunto.

En la fachada al Prado la nueva se remata con un frontón superior ornamentado de acuerdo con los dibujos del proyecto de Rebollar. Este remate superior aparece en los cuadros de Carlos Vázquez sobre la iglesia y en documentación gráfica hasta finales de los años sesenta. La portada norte está encajada en una gruesa estructura anterior a la intervención de Rebollar según la descripción de Ramírez de Arellano y parece un elemento de refuerzo de la base de la torre por sus dimensiones y configuración.

El proyecto de Rebollar recogía también partidas para el picado y revocos de bóvedas (4.692), de muros (5.850) y de fachadas (4.050) junto al arreglo de arcos, aristones y molduras. La cornisa de piedra de Novelda suponía una cantidad de 7.320 pesetas. Toda la nave y el presbiterio se cubrían con un solado de mármol que suponía 31.590, es decir un 31% del presupuesto de las obras. Se colocaba también una verja de hierro en la capilla de santo Tomás y se realizaban los dorados del altar mayor.

 Diego Peris Sánchez. Cuaderno Nº 46 del Instituto de Estudios Manchegos





(1) El Boletín Oficial de la Provincia de enero de 1886 acordaba “Nombrar arquitecto municipal honorario interino a D. Sebastián Rebollar y Muñoz, con la asignación de 1.250 pesetas para escritorio y dibujo”.

(2) Por unanimidad se acordó quedar enterados y subsanada la omisión involuntaria en el acta de la sesión extraordinaria del día 2 de diciembre último, de haber cesado en su cargo de Arquitecto municipal D. Florián Calvo y haber sido nombrado en su reemplazo D. Sebastián Rebollar, Arquitecto provincial, según consta en el libro del personal de este Ayuntamiento. Boletín Oficial de Ciudad Real 5.08.1904.

(3) Diario de la Mancha nº 153, 19.01.1907.

(4) Peris Sánchez, Diego (2019) “Sebastián Rebollar, el arquitecto del palacio” en Alía Miranda, Francisco y Díaz Sánchez, Julián coord., El Palacio Provincial y su época pp. 77-104, Ciudad Real, Diputación Provincial de Ciudad Real.

(5) Cerceda Cañizares, Francisco José y García Alcázar, Silvia (2009), José: “La imagen de Valdepeñas a través de las postales” en Sánchez Sánchez, Isidro (et al.): IV Ciclo de conferencias: Valdepeñas y su historia. Valdepeñas, Ayuntamiento de Valdepeñas, 2009, pp. 149- 199.

ADPCR, Arquitectura, Obras, Hay un proyecto de 1889, Proyecto de reparación extraordinaria del chapitel de la iglesia parroquial de Valdepeñas. Reg. 34.

Rebollar había estudiado en 1893 colocar un reloj en el Ayuntamiento con la construcción de una torre en su centro.

(6) ADPCR, Arquitectura, Obras.

(7) En la certificación se indica un aumento del 13% que incorporaba el 5% de imprevistos y el 8% de beneficio industrial.

(8) D. Casimiro Piñera y Naredo fue el cuarto obispo Prior de Ciudad Real desde marzo de 1899.

(9) Balcázar y Sabariegos, José (1940), La Virgen del Prado a través de su historia, p. 183. Balcázar figura en la portada del libro como Director del Instituto, Cronista de la Provincia y C. de la Real Academia de la Historia.

(10) Gómez Moreno, Hermenegildo (1985), Ciudad Real monumental. Catedral, San Pedro y Santiago, Ciudad Real, Talleres de J. Galán Moncada.

(11) Balcázar y Sabariegos, José (1940), p. 187.



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