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martes, 20 de diciembre de 2022

PACHÁ, UN PELOTAZO DE MÁS DE CIEN KILOS

 



Nadie lo puede demostrar, al menos por el momento, pero el cierre de la discoteca Pachá Ciudad Real ha hecho que los numerosos acreedores que ha dejado diseminados por la geografía provincial empiecen a sospechar que algún tipo de fraude se ha producido, “no puede ser de otra forma, con todo lo que han facturado no es posible haber dejado tantas deudas”. Sin embargo, la cruel realidad es que, aparte de las hipotecas a las que está sometido el local de la discoteca, Multicines Zoco Real, S. L, la empresa concesionaria del nombre Pachá para Ciudad Real, debe en la actualidad una cantidad que supera los cien millones de pesetas. Un récord que parece difícil de alcanzar en tan corto período de tiempo, poco más de un año, y con las recaudaciones que se hicieron durante muchos de los meses en los que la discoteca ha permanecido abierta.

 

DEUDAS A GOGO.

Algunos de los acreedores de Multicines Zoco Real, S.L, han empezado a realizar investigaciones por su cuenta porque sospechan que no todo ha sido trigo limpio. Ramón Prieto, propietario del Palacio del Vino, uno de los distribuidores de los que se nutría Pachá, ha puesto su deuda en manos del abogado Ramón Alen. Su intención no es otra que llegar hasta el final de este lema con el fin de cobrar lo que se le debe. Entre otras cosas todavía no ha visto el dinero de 40 cajas de whisky que le pidieron para la fiesta del primer aniversario celebrada en las pasadas Navidades. “El verdadero problema de la distribución de bebidas es que se sirven y se cobran al tiempo. A los dueños de Pachá lo de los cheques era de otra galaxia, lo suyo era dar unos recibos y vale”. Y es que han sido numerosos los distribuidores de bebidas afectados por la informalidad en el Págo de Pachá. Entre otros, baste citar empresas como Alimentación Licores Serrano, Mahou, el Palacio de los Licores y Coca-Cola de la zona de Ciudad Real. Precisamente el hecho de deber a Coca-Cola de Ciudad Real provocó que, al comunicarles a los propietarios de Pachá que no se les serviría más si no se les pagaba lo adeudado, éstos se fueran a por Coca-Cola al representante de la marca en Alcázar de San Juan.

Según Coca-Cola de Ciudad Real, la deuda que mantiene Multicines Zoco Real con ellos es de un millón de pesetas, «todas las semanas dicen que nos van a pagar pero no es cierto. Miguel Antonio Wassman, uno de los socios de la empresa Multicines Zoco Real, nos han firmado letras, pero no hemos podido cobrarlas, por lo que hemos tenido que realizar el correspondiente protesto notarial. También es cierto que el cierre de Pachá lo hemos notado mucho, ya que, quitando a los hipermercados, era el mejor cliente con diferencia en cuanto a volumen, no en cuanto a pago, claro está».




A Clesa le deben los batidos; a Limpiezas Don Quijote los servicios de limpieza; a TM publicidad, parte de las campañas publicitarias realizadas. El abanico comprende empresas dedicadas a muy distintas actividades, llegando a deber incluso a las empresas de Seguridad. STAR estuvo cuatro meses prestándoles servicios de vigilancia y enseguida se convirtió en acreedor. Algunos de los trabajadores de esta empresa de seguridad se presentaron de paisano en una ocasión para mostrar su malestar con el impago a las puertas de Pachá. Fue una pequeña manifestación. STAR también tiene letras de cambio firmadas por Miguel Antonio Wassman que han resultado impagadas. La deuda de Pachá con ellos es de casi seis millones de pesetas. La empresa que los sustituyó, Segrupo, también abandonó los servicios por no cobrar.

Pero todavía resulta más sorprendente saber que a Tisesa le debe casi veinte millones por la instalación del sistema eléctrico de la discoteca, y a Piscimar, que le hizo la piscina de la discoteca de verano, siete millones. Si no ha pagado estas inversiones, que se supone se realizaron para empezar a funcionar en las dos discotecas, ¿a quién han pagado con los ingresos?

 

El COCHE DE LAS RECAUDACIONES

Este punto, dónde ha gastado el dinero la empresa Multicines Zoco Real si ha dejado tanto sin pagar, es lo que ha hecho pensar a los acreedores en algún tipo de fraude. El hecho de que algunos vecinos hayan comentado que, por las noches, habían visto salir un coche, presumiblemente con las recaudaciones, ha hecho que se comente que Multicines Zoco Real se llevaba el dinero a Madrid y que todo el montaje de Pachá era tan solo eso: un montaje.

Sin embargo, y según algunos de los socios de la discoteca, la verdad es muy distinta a lo que piensan los acreedores, “todo ha venido del hecho de que ninguno de los que hemos estado metidos en esta empresa somos empresarios de copas; además, todos sumos de Madrid, por lo que nuestra dedicación a Pachá no ha sido completa, tal como debía haber sido. Hemos realizado muy malas compras y no hemos tenido dinero suficiente para acceder a campañas de publicidad”, dice Juan Manuel Velasco Gómez, presidente de la empresa y único que sigue al pie del cañón, “es que yo tengo un nombre en Ciudad Real y debo de mantenerlo”. Los demás socios, o han vendido sus participaciones a la sociedad, caso de Orlando Porras, o han dimitido, caso de la sociedad Arimansa de José María Ramírez Sánchez; Wassman, S.A. de Miguel Antonio Wassman Lozano y el empresario Luis Miguel Tobio Soler.




El hecho de que el local de Pachá esté hipotecado, entre otros, por uno de los socios de la sociedad, concretamente a Luis Miguel Tobio, ha provocado, asimismo, que se piense en una posible maniobra de «blindaje» del local contra las deudas. Al estar hipotecado, difícilmente se podría cobrar de él. Otros van más allá al afirmar que la maniobra pudiera haber surgido del escaso éxito del centro comercial Zoco Real, que haría invendible el local, con lo que, al poner un negocio del tipo Pachá y decir luego que se han sufrido pérdidas sin haber sido así, se le había sacado un cierto rendimiento.

 

LOS TRABAJADORES DE PACHÁ

Pero los socios lo niegan rotundamente. “Todo ha sido perfectamente legal. Nosotros luchamos por poner una discoteca para un cierto tipo de gente, con mucha seguridad, porque pensamos que eso era lo que demandaba la sociedad de Ciudad Real, pero nos equivocamos y, ahora, tenemos que enfrentarnos a esa equivocación. Se están realizando todo tipo de gestiones para garantizar el pago todos los acreedores y, de momento, casi tengo asegurado el pago del 85 por 100 de la deuda”, afirma Juan Manuel Velasco.

Mientras estas gestiones se llevan a cabo, algunos lo están pasando verdaderamente mal. Los trabajadores de Pachá (ya ex-trabajadores, tras el despido por “insultos y amenazas”) no han cobrado sus nóminas desde hace tres meses y medio y, a diferencia de otros acreedores, éste era su principal medio de subsistencia. Algunos no han podido ni siquiera pagar el alquiler del piso en que residían, ya que, en los últimos tres meses, tan sólo han cobrado pequeñas cantidades de las cajas hechas en carnaval. La mayoría de los 24 trabajadores tienen actos de conciliación con la empresa en estos días. Pero, desde luego, entre ellos ha sentado muy mal la carta de despido que se les ha dirigido. Como se ve, Ciudad Real ha acabado en-Paclla-da.

 

Revista“Bisagra” Nº 272, Del 4 al 10 de abril de 1993

 


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