El diario “El Observador”, publicó en su
número del jueves 15 de junio de 1850, una noticia curiosa que tiene como
protagonista a la torre de la Catedral y el telégrafo, que terminó en una
revuelta ciudadana. La noticia dice lo siguiente:
“Ciudad
Real 7 de junio
Anoche
hubo en esta población una alarma promovida por el cura párroco y capellanes de
la Virgen del Prado, siendo una manifestación contra el gobierno, y un ensayo
de motines como los del año 1823.
En
la línea telegráfica que se está construyendo de Madrid a Cádiz, una de las
torres había de colocarse en la torre de la parroquia de la Virgen del Prado, según
designación del ingeniero que entiende en estos trabajos. Para ello había necesidad
de quitar el capitel a dicha torre sin tocar a las campanas; mas los clérigos
no lo llevaron a bien y movieron al ayuntamiento á que solicitase de S. M. el
que no llevase adelante aquella obra. Esta petición fue desestimada por razón de
haber manifestado el ingeniero que no había otro punto más á propósito; en
consecuencia de esta resolución se dio principio a los trabajos, y cuando llevaban
tres días levantando los plomos que cubrían la techumbre, se esparció ayer
tarde la noticia que no continuaba la obra.
Las
ocho de la tarde serian cuando se empezaron á tocar las campanas y no cesaron
hasta después de las diez. Se reunió mucha gente; hubo diferentes vivas a la
Virgen y á la religión, pero ninguno á la reina; hubo mueras y quisieron ir a
matar al capataz de los albañiles. El alboroto duro hasta más de las once,
porque reunieron la orquesta y estuvo tocando en el Prado. También quisieron en
aquella hora bajar á la Virgen, mas el alcalde no permitió tal cosa: en fin ha
sido una bullanga eclesiástica completa, encaminada a imponer al gobierno para
que no se construya el telégrafo. El pueblo idiota, refiere mil necedades,
entre otras que ha sido esto un milagro, y que la Virgen faltó algunas horas de
su sitio y que estuvo en Madrid á arreglar el negocio. Veremos qué providencias
toma el gobernador civil sobre tan escandalosa ocurrencia”. (El
Observador, diario independiente, Año III, jueves 15 de junio de 1850, número
718, páginas 2 y 3)
Parece ser que la revuelta dio sus frutos
y el chapitel de la torre catedralicia no se desmontó para instalar una torre
de telégrafos, ya que eso suponía una gran
preocupación entre los ciudarrealeños de mediados del siglo XIX, que podia terminar en
una revuelta ciudana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario