Sobre nosotros las celebraciones de
Navidad, con su Nochebuena, Nochevieja y Reyes Magos, pero todo ello precedido
por el popular sorteo Extraordinario de Navidad, que, a buen seguro cuando
estas notas vean la luz en LANZA, ya tendremos nuevos millonarios. En efecto,
hallamos en la revista ilustrada “Vida Manchega” de Ciudad Real, el 19 de
diciembre de 1913, una referencia al dicho famoso sorteo, que en nuestra
capital gozaba, hace un siglo, de un fuerte pero modesto impacto. Evidentemente
no se gozaba del seguimiento por la radio, que no existía aun. La nota decía: “…difícilmente se encontrará en la ciudad
una persona que deje de llevar su correspondiente participación… se olvida todo
estos días. Ni problema marroquí (donde tantos jóvenes españoles morían), ni
los problemas económicos…La lotería lo absorbe todo…” (sic).
En la misma revista, (25 de diciembre de
1915), vemos un suelto de referencia al día anterior Nochebuena, que es la
única alusión a la fiesta navideña, que por entonces aparecía en dicho número.
Daba la impresión de la escasa importancia de las navidades, posiblemente por
el menor sentido comercial de aquella época. Ya conocemos, que las
celebraciones navideñas toman un modesto auge, solo bien avanzado el siglo XIX.
De nuevo en dicha revista, pero dos años
después, el 25 de diciembre de 1917, un reportero (que firmaba Sanjusto),
describía el estado de las maltrechas murallas de Ciudad Real, gloriosas en su
tiempo, se diga lo que se diga, pero abandonadas totalmente e ignoradas durante
siglos. La muralla que abrazaba nuestra Villa-Real hacia el siglo XIV, se
hallaba ya probablemente finalizada junto a sus seis puertas de acceso (las del
Carmen y Ciruela, fueron muy posteriores).
Este Sanjusto, declaraba en su reportaje: “No poseemos ni sentimos una pasión
exacerbada por los vestigios que rememoran aquel famoso reinado de Alfonso X,
pero si hemos de respetar lo que la acción del tiempo no ha demolido, somos
partidarios de que se aplique la piqueta municipal a cuanto no pueda resultar
estético…”(sic).
“Efectivamente
—proseguía el mismo autor— que con alguna dosis de dolor espiritual lo
declaramos, no se siente el respeto de la conservación y reparación suficiente
para lo artístico o histórico, sometiéndose la demolición desde hace varios
lustros a las necesidades de ensanche de la capital; habiéndose perdido en
lamentable consecuencia las Puertas de Ciruela y Alarcos, y, entre otras, una
esbelta y prolongada muralla, cuya crestería la componen numerosísimas almenas en los Paseos de
Cisneros, frente a los jardines de la Estación, que por su proximidad a la vía,
proporcionaban al viajero una “sensación extraña” (sic).
Belén
que se montó en el taller de escultura de Cabildo. Revista Vida Manchega, 8 de
enero de 1914
“Bajo
todos los aspectos se conservan inútilmente numerosos torreones, tan
inconsistentes que es un peligro para los transeúntes de las rondas. Échense
pues, abajo muchos trozos de las inmediaciones de la Plaza de
Toros—añadía—hacia el Norte, así como algunos de los comprendidos entre las
puertas de Granada y Mata, abriendo sitios en que se pueda edificar hermosos
alrededores. Y si es verdad esa ilusión o fervor por lo histórico, trátese solo
por el Municipio y Comisión de Monumentos de la conservación, reparación y
embellecimiento de esa hermosa, esbelta, sólida y a todos los ojos artística
Puerta de Toledo, pero aislándola de los murallones que la aprisionan, con lo
cual resultará más bella aún…” (sic). En 1947, es decir 30 años más tarde,
todavía permanecían en pie los numerosos restos de la muralla.
Loable
intención
Poco más añade este periodista del que
no dudamos de su loable intención, pero no estamos de acuerdo en ciertos
apartados. (En 1917 apenas existían dichas rondas, que no eran sino unos
pésimos caminos de tierra en circunvalación, y somos conocedores que estuvo muy
a punto de desaparecer nuestra emblemática Puerta de Toledo).
Sabemos que a finales del siglo XVl el
amurallamiento estaba ya olvidado y en total abandono, encontrándose
deteriorado en algunos puntos de su perímetro. Por dichas circunstancias, los
mismos ciudarrealeños piden a los Reyes Católicos, autoricen una sisa para que
el corregidor haga reparar “ciertos muros caídos”, lo cual prueba que los
propios vecinos se hallaban orgullosos de su recinto amurallado, queriendo
conservarlo a su costa.
No aceptamos el calificativo de algunos
cronistas, que señalan a la muralla de “ruin cerca”. Observando nosotros alguna
fotografía antigua, con sus sillares de gruesa piedra. La hermosa zona
amurallada desde Puerta de Alarcos a Puerta de Granada, con sus almenas casi al
completo, no se derrumbó, sino que fue demolida, porque, al parecer no agradaba
su contemplación a los viajeros que llegaban en tren a la Estación de Puerta de
Ciruela. No obstante, el derribo de una parte de esa muralla y la edificación
de la Puerta de Ciruela, se levantó a cargo de la compañía de los ferrocarriles
Nosotros nos preguntamos: ¿Que hubiese
sido de ciudades como Lugo, Segovia, Ávila, Zamora, Badajoz, Coria, Cáceres,
etcétera, sin sus murallas conservadas completas o por tramos? Así nos fue a
nosotros después. ¡Ni muralla, ni torreones, ni bonitas almenas, ni puertas de
acceso. ¡Nada quedó en pie de lo mandado levantar por el fundador Alfonso X,
para mayor ornato en su “grand villa e bona”!
José
Golderos Vicario. Es miembro de Número de la Real Asociación Española de
Cronistas Oficiales (http://www.lanzadigital.com/news/show/opinion/en-la-navidad-de-1917-la-prensa-de-ciudad-real-hablaba-sobre-su-muralla-medieval/73848)
Belén
montado en la iglesia de los entonces Jesuitas, hoy Salesianos de la Plaza del
Pilar. Revista Vida Manchega, 10 de enero de 1915
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