Escudo
de los dominicos en una reja del antiguo monasterio de las madres dominicas de
nuestra ciudad
La tercera orden religiosa que se
estableció en Ciudad Real desde su fundación como Villa Real, fue la Orden de
Predicadores de Santo Domingo, conocida también como orden dominicana y sus
miembros como dominicos, es una orden mendicante de la Iglesia católica fundada
por Domingo de Guzmán en Toulouse durante la Cruzada albigense y confirmada por
el papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216.
Los dominicos se establecieron en Ciudad
Real sobre la Sinagoga Mayor Judía, que con motivo de las persecuciones que habían
ocurrido en 1391 fue convertida en iglesia bajo la advocación de San Juan
Bautista. Sinagoga que el rey Enrique
III en 1393, justamente con el fonsario de los judíos, dono a Gonzalo de Soto,
Maestresala del citado monarca, quien cinco años más tarde, en 1398 se la
vendió al vecino de Villa Real Juan Rodríguez de Villa Real, tesorero mayor del
Rey, en Toledo por diez mil maravedíes. Este, a su vez, en enero de 1399, hacía
la donación de la Sinagoga y de unas casas anejas yavarias heredades, al prior
del convento de San Pablo de los dominicos de Sevilla, Fray García de Sevilla,
quien aceptó la construcción de un convento en nuestra ciudad con la obligación
de cumplir ciertas memorias por la intención de los fundadores, a quienes se
hicieron seis sepulturas con proximidad inmediata al altar mayor y que a la
iglesia de dicho convento se diese la advocación de San Juan Bautista en memoria
del donante. Todas estas clausulas se encontraban recogidas en una escritura pública
con fecha en la ciudad de Toledo a 29 días del mes de enero de 1399 y que
conservaba el monasterio ciudadrealeño (1).
Monje
dominico, por L'abbé Tiron
Un año después fue confirmada esta
donación por Juan Rodríguez de Villa Real con su mujer, Elvira López de la
Torre, al que fuera primer prior del de Santo Domingo de Ciudad Real, fray
Alonso de Sanlúcar, adjudicándole varias más heredades junto a las primeras,
para que el monasterio disfrutara de copiosas rentas, según la escritura pública
que lleva fecha en Villa Rubia del Campo de Calatrava en cuatro días de
noviembre de mil cuatrocientos (2).
La Sinagoga Mayor era según Delgado
Merchán de estilo mudéjar y no se destruyó, sino que fue adaptada por los
frailes para el culto cristiano. Poseía dos portadas, una al norte y otra al
poniente, formadas por semicírculos en degradación con sus correspondientes
arquivoltas, de muy semejante parecido a las de la parroquia de San Pedro, siendo
la fábrica de sus muros, todos de ladrillo y tapia conforme al gusto árabe de
aquella época (3). Su interior
era espacioso con tres naves adornada con muchas vistosas capillas (4), siendo construida una para su
enterramiento el converso Juan Gónzalez Pintado, que compró en Medina del Campo
para su altar una imagen de la Virgen, un frontal y ornamentos (5). También sabemos que existían otras
capillas dedicadas a Santa Catalina y Santa Rosa, Nuestra Señora de la
Sentencia y las Once Mil Vírgenes (6).
Contiguo a la iglesia había un grandioso
patio cuadrangular, “confiante con la
calle de la Mata, con sus espaciosos claustros por fuertes pilares de
extraordinario espesor sostenidos, formando arcos combinados de herradura y
apuntados, semejantes á los esbletos y airosos de la puerta monumental de
Toledo, era obra de igual fábrica y estilo arquitectónico que la del templo, lo
que junto con la posición que ocupaba á la parte del Mediodía, hace presumir
con fundamento que nacieron á la vez, dependientes uno de otro, y que ambos
pertenecían a aquella época de viril
entusiasmo en que la población cristiana y la judáica, aguijoneadas en santo
celo y religiosa emulación, erigían en Villa real al Dios de sus creencias los
más suntuosos edificios del arte contemporáneo” (7).
Dentro del templo recibieron culto
varias imágenes que tenían gran devoción en la ciudad, como la imagen de la
Virgen del Rosario como lo demuestra el hecho que en el convento llegaron a
existir en el siglo XVIII hasta tres Cofradías que rendían culto a la Virgen
del Rosario según el censo de Hermandades, Gremios y Cofradías del Conde de
Aranda y que eran:
Imagen
de la Virgen del Rosario que recibía culto en el desparecido convento de la
ciudad, según un grabado de Julián Alonso
“La
cofradia de Nuestra Señora del Rosario creada en el combento de Religio//ssos
Dominicos haze tres funciones de Iglesia anualmente gasta el Piostre en cada
una (a corta diferencia) 150 reales con un refresco que da el dia de su
eleccion.
La
de los Cavalleros del Rosario que se compone de 12 casas de la primera
distinción de esta ciudad//, zelebra anualmente 12 fiestas”…” turnan en
mencionadas casas por meses gastando en cada una de referidas fiestas 40 reales
a corta diferencia en cera que luze a su Magnitud manifiesto y prozesion que se
haze a Nuestra Señora alrededor del claustro. No tiene ordenanzas esta ilustre
congregación y es a imitación de la que fundo Nuestro Padre Santo Domingo, que
tiene la probacion de su Santidad.” (8).
En el siglo XVIII nacería la procesión
popular del Rosario de la Aurora y Ciudad Real no se va quedar ajena a esta
devoción popular creándose la Hermandad de “La
Aurora haze una fiesta todos los años a Maria Santissima con Sermon Polvora y
musica, cuyos gastos seran 300 reales poco mas o menos. Igualmente celebran
otra funzion de honras por los cofrades difuntos con cuadrante de Misas que
costara 230 reales. Hace tambien un nobenario del Santo Rosario po las animas
benditas con nueve platicas doctrinales, y Musica cuyo gasto sera 200 reales
subieniendo a todas estas expensas con quatro reales y medio que pagan los
cofrades cada año. Sus ordenazas estan aprobadas por el ordinario.” (9).
También recibía culto la imagen de
Nuestro Padre Jesús Nazareno, que pocesionaba la comunidad dominica la noche
del Jueves Santo y que según la tradición popular, fue traída por el primer
prior de este convento, que era de Sevilla, y se atribuía a Martínez Montañes.
Pero todo parece apuntar que era probablemente de alguno de sus discípulos, que
en el siglo XVII ejecutaron tantas obras en Andalucía. D. Emiliano Morales, en
el informe que redactó de los bienes que desaparecieron y fueron destruidos en
la Parroquia de San Pedro durante Guerra Civil, asegura que la imagen de Jesús
era de la escuela de Juan de Mesa, discípulo de Montañes. La Hermandad en torno
a este nazareno se fundó el 6 de enero de 1725 (10).
Constituciones
y Ordenanzas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, conservadas en el
Archivo Diocesano de Toledo, donde figura la fundación el 6 de enero de 1725 en
el Convento de los Dominicos
En el convento de los dominicos también existía la Hermandad de la Vera Cruz que en
1562 se reunió en la sala capitular del convento de Santo Domingo, con la
comunidad religiosa con su Prior Gonzalo de Arcinyega, para que la comunidad
cediera en la iglesia conventual y en los terrenos del convento, el espacio
necesario para construir una capilla y una sala para la hermandad
respectivamente. La capilla se construyó colateral a la Capilla Mayor y llevó
el nombre de San Juan de Letrán, ya que tenía las mismas bulas de las gracias e
indulgencias de la Iglesia de San Juan de Letrán de Roma. En esta capilla se
celebraban las misas, oficios y festividades de la cofradía, enterrándose los
cofrades, sus mujeres, hijos y criados. También construyó la hermandad una sala
donde celebraba sus cabildos (11).
Por último también sabemos que en la
capilla que existía en la iglesia del Mayorazgo de los Campos, que era su
propietario en el siglo XVII Diego Muñoz de Loaisa, recibían culto en la misma
el Cristo de los Tarugos y la imagen de la Virgen de la Piedad que poseía diferentes
ornamentos que fueron adquiridos con la limosna que consiguió para dicho fin
Agustín Treviño de la Cerda y en 1657 se le construyó un altar también con limosnas.
En torno a esta imagen se constituyó también una hermandad en el año anteriormente
citado, figurando en el Censo del Conde de Aranda, ya aludido y efectuado el 7
de diciembre de 1770, que la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad celebraba
una fiesta con sermón el Viernes de Dolores, cuyos gastos, incluyendo un
refresco, ascendían poco más o menos a 500 ó 600 reales, que eran a cuenta del
prioste (12).
(1)
Singular Idea del Sabio Rey Don Alonso, Dibujada en la Fundación de Ciudad
Real. Joseph Diaz Jurado. Ayuntamiento de Ciudad Real, fondo editorial nº 7, páginas
103-104.
(2)
Ibídem.
(3)
Historia documentada de Ciudad Real. Luis Delgado Merchán. Establecimiento
tipográfico de Enrique Pérez 1907, página 64.
(4)
Singular Idea del Sabio Rey Don Alonso, Dibujada en la Fundación de Ciudad
Real. Joseph Diaz Jurado. Ayuntamiento de Ciudad Real, fondo editorial nº 7, página
105.
(5)
Historia de Ciudad Real. Obra Social y Cultural de la Caja de Castilla-La
Mancha 1993. Varios autores, página 151.
(6)
Semana Santa en Ciudad Real. Historia de una Tradición. Emilio Martín Aguirre.
Ediciones Cofrades 2001, página 263.
(7)
Historia documentada de Ciudad Real. Luis Delgado Merchán. Establecimiento
tipográfico de Enrique Pérez 1907, página 65.
(8)
Cultura y Religiosidad popular en el siglo XVIII. María del Prado Ramírez.
Biblioteca de autores manchegos. Año 1986, pagina 139 y 141.
(9)
Ibídem.
(10)
Semana Santa en Ciudad Real. Historia de una Tradición. Emilio Martín Aguirre.
Ediciones Cofrades 2001, página 271.
(11)
Ibídem página 104.
(12)
Ibídem página 108-109.
La
destruida imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno que recibió culto en el
Convento de los dominicos y que posteriormente paso a la Parroquia de San Pedro
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