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jueves, 8 de octubre de 2015

DEL CIUDAD REAL ANTIGUO. SAN VICENTE FERRER EN ESTA POBLACIÓN



Como todos los pueblos de España, Ciudad Real desde sus orígenes estaba habitado por cristianos, moros y judíos, que con arreglo a las leyes entonces en uso, vivian en barrios separados completamente.

Aunque había esta separación, durante el día se comunicaban entre sí, teniendo su mercado en el centro del pueblo que se denominaba la Alcaría y Alcaicería y siempre en la plaza pública del Consejo o Ayuntamiento.

Pero en sus respectivos barrios tenían árabes y hebreos sus talleres, almacenes y comercios particulares.

En Ciudad Real se conserva el nombre de la Morería, así como se borró el de los judíos, después de las terribles matanzas y saqueos que arruinaron completamente el de estos últimos.

La Judería de Villa Real, ya en otro artículo lo hemos dicho, venía a estar enclavada en casi todo lo que es hoy barrio de Santiago teniendo por límite la calle de la Mata, cerrando su comunicación por las calles con verjas, donde empieza la calle llamada en la actualidad del Compás de Santo Domingo por no haber estado allí el Convento, que antes fue templo o Sinagoga Mayor de los judíos.

Como consecuencia de las terribles predicaciones del arcediano de Écija que motivó que las turbas fanatizadas, prendieran fuego y saquearan las ricas aljamas de Andalucía siendo la principal la de Sevilla, aquí a la Mancha y a Ciudad Real llego también la ola incendiaría antisemita y el populoso barrio de los hebreos quedó casi convertido en cenizas.

Sabido es que al arcediano le fue impuesta por el arzobispo de Sevilla, graves sanciones como la de prohibirle predicar en las iglesias, ni hablar a las multitudes. Este sacerdote se llamaba D. Ferrán Martínez.

El magnánimo San Vicente Ferrer después de las matanzas y saqueos de Andalucía, recorrió esa región y con su perdón misericordioso a la desgraciada raza, con sus célebres milagros y palabra elocuente y persuasiva, llevó a cabo millares de conversiones al cristianismo.

Balcón de hierro desde donde predicó San Vicente Ferrer en la calle de la Mata en el siglo XV y que actualmente se encuentra en la finca de Torrecilla

En el año 1411 llegó el Santo a Ciudad Real por el mes de junio, empezando enseguida sus fructíferas reuniones, catequizando y salvando de sus errores a la extensa barriada, que se llamó la Judería.

Es cosa averiguada, que San Vicente Ferrer predicó en una casa de la calle de la Mata esquina a la de Caldereros, hoy llamada del Alcázar.

Nosotros hemos conocido esta vetusta casa de inmenso solar, donde estuvo hace cincuenta años el cuartel de la Guardia Civil, después el primer Cine que hubo en Ciudad Real y luego se edificó la Escuela de Nuestra Señora del Prado y en la actualidad se encuentra el Seminario Menor.

En esa antigua morada, en la fachada principal hemos visto muchos años antes de las transformaciones enumeradas, el grandísimo balcón de hierro desde donde predicó el Santo. Hoy está colocado en la casa de la finca Torrecilla, propiedad del señor Barco.

También había en la puerta un labrado aldabón o llamador que figuraba una artística torre pues en esa casa habitaron varias familias nobles entre ellas la de los Torres.

Esta casa que tiene larga fachada a la del Alcázar, antes Caldereros, tiene una gran portada, con una puerta adornada con magníficos clavos y arriba un escudo tapado con cal.

En la esquina de este memorable edificio hemos conocido hace cuarenta años, un hueco u hornacina en la misma muralla, con un arco en la parte superior donde estuvo la efigie o estatua de San Vicente Ferrer, sin duda en conmemoración de su estancia en Ciudad Real, que debió tener enorme resonancia, no solo entre los contemporáneos, sino en las generaciones siguientes y hasta casi en nuestros días.

Emilio Bernabeu (Diario Lanza Viernes, 20 de enero de 1950, página 6)


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