Santo
Tomás de Villanueva dando limosna en la plaza de su mismo nombre en Fuenllana
Hoy celebramos la festividad de Santo
Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia, un santo manchego que nació en la
Navidad del año 1486 en Fuenllana, en la casa de su abuelo materno, García
Castellanos, y de su propia madre, Doña Lucia Martínez Castellanos, que también
había nacido en Fuenllana. El nacimiento se produjo en la habitación donde hoy
se conserva la Capilla del Santo dentro del Convento de Agustinos y aquí vivió
con sus padres y abuelos durante casi un año, porque en Infantes, según nos
dice D. Francisco de Quevedo en su Epítome Vida de Santo Tomas de Villanueva,
había una epidemia de peste y, aún cuando su padre Don Tomas Alonso García
quería vivir allí por ser de Infantes y perteneciente a la condición de
hidalguía, no pudieron desplazarse hasta que desapareció la peste.
Monumento
erigido en Fuenllana por suscripción de sus paisanos a Sto. Tomás de Villanueva
con motivo de su IV centenario (1555-1955), obra de Valentín Molinero
Así pues, Santo Tomas fue bautizado en
Fuenllana en la Iglesia parroquial de Santa Catalina que estaba donde aún están
sus paredes, dentro del Castillo. Al construir los frailes Agustinos, con
motivo de la beatificación del Santo, la nueva Iglesia dedicada a Santo Tomas y
cerrar la de Santa Catalina, se bajaron
a la nueva Iglesia la Pila donde fue bautizado el Santo y actualmente se
conserva en la Capilla construida en el lugar exacto donde nació Santo Tomas.
Convento
de Santo Tomás de Villanueva en Fuenllana. Edificio barroco del siglo XVIII,
erigido por la Orden de San Agustín, en el lugar mismo en el que naciera el
Santo Limosnero, con motivo del gran acontecimiento de su canonización
Su verdadero nombre era el de Tomás García
Martínez, y su sobrenombre le vino de la ciudad donde se educó y creció,
Villanueva de los Infantes. Siempre se declaró del pueblo donde se crió y
también del que nació, de ahí que hoy en día sea el patrón de ambos lugares. Su
vida se desarrolló en tres etapas perfectamente delineadas. En la primera preparó
sus armas en un hogar profundamente cristiano y en la universidad de Alcalá; en
la segunda las afinó en un convento salmantino y las estrenó en su orden
religiosa; y en la tercera las puso al servicio de la sociedad.
Pila
bautismal donde fue bautizado Santo Tomás en la iglesia de Fuenllana
Tras realizar sus primeros estudios en
Villanueva de los Infantes, en agosto de 1508 se matriculó en el recién
inaugurado Colegio Mayor San Ildefonso de la Universidad de Alcalá de Henares
donde cursó Teología y Artes llegando a ser catedrático; finalizado su ciclo
universitario, ingresó en la Orden de los Agustinos de Salamanca (1516) y en
1518 fue ordenado sacerdote; en esta orden ocupó los cargos de prior
conventual, visitador general y prior provincial de Andalucía y Castilla y
predicador de Carlos I.
Casa
donde vivió Santo Tomás de Villanueva en Villanueva de los Infantes, con bello
escudo arzobispal esquinado y una placa conmemorativa del IV Centenario de su
muerte
Gozó de gran fama por su gran austeridad
personal (llegó a vender el jergón donde dormía para dar el dinero a los
pobres) y por su ejercicio continuo e infatigable de la caridad, especialmente
con los huérfanos, con las doncellas pobres y sin dote y con los enfermos.
Poseía, sin embargo, una concepción inteligente de la piedad, de forma que,
aunque era muy limosnero, procuraba solucionar definitiva y estructuralmente la
pobreza mediante la redención activa de la misma, dando trabajo a los pobres, y
así hacía fructificar sus limosnas; al respecto escribió:
«La limosna no sólo es dar, sino sacar de la necesidad al que la padece
y librarla de ella cuando fuere posible».
En 1533 envió como Provincial a los
primeros padres agustinos que llegaron a México. Empezó a tener éxtasis
místicos en misa o cuando rezaba los salmos.
Oratorio
de Santo Tomasillo en Villanueva de los Infantes. Se encuentra frente a su casa
y es un edificio de los pocos existentes de estilo barroco pleno, construido
probablemente para su beatificación (1618) o su canonización (1648). Recibe
este nombre de la imagen del santo que se venera en su interior de Santo Tomás
de Villanueva joven
Aunque Carlos I le ofreció el cargo de arzobispo de Granada, él nunca lo aceptó; se cuenta que llegó a Arzobispo de Valencia el 10 de octubre de 1544 por error de un escribano, pero siguió negándose hasta que se lo ordenó su superior en la Orden; en el momento de su nombramiento se hallaba en el monasterio de Nuestra Señora del Pino, en tierra de Cuéllar.2 En Valencia, ayudado por su obispo auxiliar Juan Segriá, puso orden en una diócesis que hacía un siglo que no tenía gobierno pastoral directo. Organizó un colegio especial para los moriscos conversos y organizó en especial un plan eficaz de asistencia y auxilio social y de caridad.
Junto
a la puerta de entrada de la Parroquia de San Andrés de Villanueva de los
Infantes, se encuentra una escultura de San Tomás obra de Carmelo Vicent,
erigida en 1955, con motivo centenario de la muerte del Santo
Compuso bellos sermones en los que
denuncia abiertamente males sociales y abusos públicos de la sociedad de su
tiempo, señalando valores eternos, entre los que destaca Sermón del amor de
Dios, una de las grandes manifestaciones de la oratoria sagrada del XVI. Tuvo,
en efecto, una gran fama de predicador, en un estilo sobrio y sencillo. Carlos
I, al oírle predicar, exclamó: «Este Monseñor conmueve hasta las piedras», y
provocaba sonoras conversiones. Tuvo asimismo una gran devoción por la Virgen
María, cuyo corazón comparó a la zarza ardiente, que nunca se consumía. Es
autor de varios Opúsculos, dentro de los que se incluye el Soliloquio entre
Dios y el alma, en torno a la comunión.
En
el interior de la parroquia de venera la imagen de Santo Tomás de Villanueva,
patrón de esta localidad. La festividad del patrón, se celebra el día 18 de
Septiembre, con Santa Misa, ofrecimiento y posterior procesión. La imagen del
Santo también acompaña a la Virgen de la Antigua en su salida procesional del 8
de septiembre
En 1547 ordenó sacerdote al futuro San
Luis Beltrán. Falleció en 1555 a los sesenta y seis años. Fue canonizado el 1
de noviembre de 1658 durante el pontificado del papa Alejandro VII.
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