En el siglo XIV y en una época de
numerosas gestas caballerescas, no debió causar sensación la entrega romántica
de varias ciudades españolas al Rey de Armenia León V. Hoy, que tanto ha
cambiado el concepto de Estado, nos asombra el hecho. A continuación vamos a
exponer unas breves líneas sobre la cesión citada, pasaje que con bastante
detalle, recoge la crónica del rey de Castilla Juan I.
Reinaba en Armenia, el Rey León V, del
linaje Lusiñiano, el Soldán de Babilonia declaró la guerra al armenio, se apoderó
de su reino y junto con su esposa la reina y una hija de corta edad, se lo
llevó prisionero a Oriente. Dicho Rey, envió cartas a los Reyes Cristianos,
solicitando intervinieran en su favor, con el fin de libertarles “de aquella prisión tan dura, como estaba en
poder de los enemigos de la Fe de Jesucristo”.
El Rey de Castilla, Juan I, en Medina
del Campo recibió la misiva del monarca prisionero. Hondamente impresionado
decidió intervenir y trabajar para conseguir la libertad del monarca cautivo.
Por medio de un fraile de la Orden de San Francisco, solicitó la cuantía, por
la cual el Soldán de Babilonia liberaría al Rey. Los mensajeros, manifestaron,
que el monarca oriental no pedio dinero, “que
asaz había de oro e riquezas, mas quería que los reyes cristianos se le
enviasen rogar y demandar que le soltase por honra de ellos”. Únicamente
deseaba le enviasen algunas joyas de las que no había en su tierra, como “escarlatas, e falcones jerifaltes,
peñasveras e grises, e tales cosas como estas”. El Rey don Juan reunió
cuanto pudo, además de otras joyas de oro y plata “muy bien labradas, las cuales envió más por la obra hermosa que en
ellas había, que por la riqueza”. Los mensajeros se dirigieron a Barcelona
y embarcaron en una galera del Rey de Aragón. En dicha nave iba un enviado del
Rey Pedro IV que llevaba cartas para el de Babilonia con el mismo fin “pero no joyas”.
León V fue libertado, y regresó con los
emisarios deteniéndose en Avignon, donde visitó al Papa Clemente VII.
Estando el Rey don Juan en Badajoz,
llegó a visitarle su libertado, el Rey de Armenia. Al enterarse el Rey de
Castilla, envió a recibirle a los términos del Reino, caballeros que viniesen
con él; “e mando que le hiciesen por todo
el Reino de Castilla mucha honra e servicio”. El castellano salió a una legua de Badajoz a esperarle. El de
Armenia se adelantó “ descabalgó de la
mula en que venía e fincó los linojos en tierra, e tirose el sombrero e el
capirote de la cabeza. El Rey de Castilla le abrazó, diéronse la paz, y
cabalgaron juntos. Nuestro monarca Juan I, le entregó paños de oro, joyas,
vajillas de plata y le cedió para toda su vida la Villa de Madrid, la de Villa
Real y Andújar, con todos sus pechos, derechos y rentas y dióle además 150.000
maravedís”.
Las citadas Villas mostraron su
disconformidad, y el Rey en las Cortes de Segovia del año 1383 prometía no
enajenarlas más de la Corona.
He solicitado fotocopia de algunos
documentos que se conservan en el Archivo Municipal de Madrid, en los cuales
aparece la firma del Rey León V, como señor de Madrid, Villa Real y Andújar.
Para terminar diremos que el Rey de Armenía
residió en la Corona de Aragón algún tiempo, las cartas entre este último y los
Reyes de Aragón Pedro IV y Juan I fueron objeto de estudio y publicadas en el
año 1948 por la culta investigadora doña Amada López Meneses en la Revista de
cuadernos Historia de España, Buenos Aires 1948.
Nuestro inquieto Rey pasó más tarde a
Inglaterra con sus vasallos, criados y cuarenta caballos, murió en París en el
año 1391.
Isabel
Pérez Valera (Diario Lanza, viernes 25 de marzo de 1960, página 5)
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