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sábado, 21 de mayo de 2016

MONS. RAFAEL TORIJA NUEVO OBISPO DE LA DIÓCESIS-PRIORATO



La Diócesis Priorato de las cuatro Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa cuenta desde el 6 de noviembre con su décimo Obispo Prior, monseñor Rafael Torija de la Fuente, titular de Dora, que sustituye a don Juan Hervás y Benet, quien como se sabe, hace un año, presentó a Su Santidad el Papa la dimisión, fundada en motivos de salud, habiendo regido la diócesis durante más de veintiún años.

La entrada del nuevo prelado en la capital diocesana se ha celebrado, por expreso deseo de monseñor Torija, de modo sencillo, ausente del antiguo protocolo con que se revestía esta clase de acontecimientos. El obispo llegó directamente desde Madrid al palacio episcopal, donde fue recibido y saludado por el dimisionario, monseñor Hervás, vicario general de la diócesis, don Félix Rodríguez Izquierdo, y altos cargos de la Curia Diocesana.

Por la tarde, a las cinco, recibió a las autoridades, que iban encabezadas por el director general de Asuntos Eclesiásticos, del Ministerio de Justicia, don Eduardo Zulueta; los gobernadores civiles de Ciudad Real y Guadalajara, señor Ameijide Montenegro y Calatayud Maldonado; Diputaciones de Ciudad Real y Toledo; consejero nacional, señor Tello y Fernández Caballero; Ayuntamiento de Ciudad Real, presidido por el alcalde, representaciones de los de Toledo y Noez, pueblo natal de monseñor Torija, y
otras representaciones, departiendo con todas ellas muy cordialmente.


También llegaron a palacio los obispos de Sigüenza-Guadalajara, monseñor Castán; de Córdoba, Dr. Cirarda; de Cádiz, monseñor Dorado; de Teruel, Dr. Iguacen; de Albacete, Dr. García Alonso, auxiliar de Sevilla, monseñor Bellido; auxiliar de Madrid, Dr. Oliver; y director nacional del Secretariado de Misiones, monseñor Larauri, que deseaban hallarse presentes en el acto de posesión del nuevo obispo de Ciudad Real.

Sobre las cinco y veinte de la tarde se inició la marcha de la comitiva episcopal desde palacio, saliendo por la puerta del Prado hasta la Santa Iglesia Basílica Prioral. Numeroso público llenaba los alrededores del templo y el paseo de la Virgen. Formaban en la comitiva los arciprestes de la Diócesis, en representación del Clero, el Excmo. Cabildo de la Diócesis Priorato, monseñor Torija, que momentos después iba a posesionarse de su cargo.

El templo catedrático se hallaba totalmente ocupado, hasta en los lugares que normalmente se respetan por los fieles. Tal era el deseo de sus nuevos diocesanos, de no perderse el acontecimiento. Al llegar la comitiva a las puertas de la catedral, el público prorrumpió en una cariñosa ovación, a la que correspondió sonriente monseñor Torija de la Fuente.


En el presbiterio esperaban la llegada del nuevo obispo el cardenal primado de Toledo, monseñor Marcelo González Martín, y el obispo dimisionario de Ciudad Real, monseñor Juan Hervás, que al llegar a la catedral habían sido objeto igualmente de afectuosos aplausos. También se hallaban en el coro del presbiterio, haciendo uso de antiguo privilegio, dos caballeros en representación de las Ordenes Militares, don José María de Zulueta, conde de las Torres, de la Orden Militar de Santiago, y don Juan Valdés Armada, marqués de Casa Valdés, de la de Montesa, habiéndose excusado, por enfermedad, el marqués de Lozoya, que había anunciado su presencia. En el presbiterio se hallaban igualmente unos doscientos cincuenta sacerdotes de la diócesis, revestidos con alba y estola, para participar en la misa concelebrada.

En lugares destacados se hallaban las autoridades y corporaciones citadas, si bien algunos de sus miembros hubieron de permanecer en pie debido al gran número de personas que desbordaron todas las previsiones. Junto con las autoridades asistió también el ex-ministro don Licinio de la Fuente, primo del nuevo prelado, acompañado de su esposa.


JURA Y TOMA DE POSESION

En el momento de entrar en la catedral, monseñor Torija iba acompañado del deán del Cabildo, señor Rodríguez-Izquierdo, y del arcipreste, señor Pérez Piñero. La Escolanía y Coral Mater Assumpta, de Manzanares, y el pueblo recibieron al obispo con una salutación.

Al llegar al presbiterio, el deán dio lectura a la bula de Su Santidad el Papa en la que consta el nombramiento de monseñor Rafael Torija de la Fuente como Obispo Prior de Ciudad Real, titular de Dora. El secretario del Cabildo, don Jesús Torres González de la Aleja, leyó igualmente el acuerdo de dicha corporación por el que se reconoce la bula pontificia de nombramiento, aceptándolas como válidas.

El nuevo prelado de Ciudad Real prestó a continuación juramento de su cargo como décimo Obispo Prior y se posesionó de la silla episcopal, tomando en sus manos el báculo, atributo de autoridad como pastor de la grey diocesana.


SANTA MISA

Se inició a continuación la conmemoración de la Eucaristía, presidiendo la concelebración monseñor Torija de la Fuente. Participaron, los prelados, miembros del Cabildo, arciprestes y sacerdotes, que llenaban por completo el presbiterio, actuando en la observancia de la liturgia el prefecto de ceremonias, canónigo señor Daviú Romaguera.

Después del evangelio el obispo pronunció la primera homilía dirigida a sus diocesanos,
Seguida con especial interés por cuantos llenaban el templo y los alrededores de la catedral e igualmente en las retransmisiones por las emisoras de la capital.

Durante la concelebración tuvo un alto grado emotivo el momento de ofrecer la paz, en que monseñor Torija, como oficiante, se llegó hasta el sitial en que se hallaba su antecesor, monseñor Hervás, fundiéndose en un abrazo.

Al finalizar la Eucaristía, en la que muchos fieles recibieron la comunión, el canónigo, señor Lizcano, que había dirigido los cánticos, anunció que como sábado iba a cantarse la salve en honor de la Patrona de Ciudad Real, Santísima Virgen del Prado, que preside
desde su camarín, como se sabe, el magnífico retablo del altar mayor del templo prioral. Así se hizo por todos los asistentes, impartiendo final mente el señor obispo la bendición.

Por último, el ya décimo prior diocesano recibió el homenaje de los millares de personas que habían asistido a su toma de posesión.

Revista “Veinte mil kilómetros cuadrados”, Ciudad Real Otoño-Invierno 1976.


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