La implantación social de las órdenes militares entre las familias nobles fue muy significativa, extendiéndose incluso a través de órdenes femeninas vinculadas (Comendadoras de Santiago y otras similares).
Después del turbulento periodo de la crisis bajomedieval, en que el cargo de Gran Maestre de las órdenes era objeto de violentas disputas entre la aristocracia, la monarquía y los validos (infantes de Aragón, Álvaro de Luna, etc.); Fernando el Católico, a finales del siglo XV consiguió neutralizarlas políticamente al obtener la concesión papal de la unificación en su persona de ese cargo para todas ellas, y su sucesión conjunta para sus herederos, los reyes de la Monarquía Hispánica posterior, que las administraba a través del Consejo de Órdenes.
Perdida paulatinamente toda función militar a lo largo del Antiguo Régimen, la riqueza territorial de las órdenes militares fue objeto de desamortización en el siglo XIX, quedando reducidas éstas a partir de entonces a la función social de representar, como cargos honoríficos, un aspecto de la condición nobiliaria.
Las Órdenes militares quedaron disueltas el 29 de abril de 1931 por mandato del gobierno republicano. Finalizada la guerra civil española se iniciaron conversaciones con el gobierno de Francisco Franco, invitando al obispo-prior Emeterio Echeverría Barrena, no obteniendo resultado alguno, por lo que durante estos años subsistieron marginalmente, hasta que el 2 de abril de 1980 fueron inscritas por separado en el registro de asociaciones del Gobierno Civil de la provincia de Madrid. El 26 de mayo de ese mismo año se inscriben como federación. La Orden de Santiago, junto con las de Calatrava, Alcántara y Montesa, fueron reinstauradas como asociaciones civiles en el reinado de Juan Carlos I con el carácter de organización nobiliaria honorífica y religiosa y como tal permanecen en la actualidad.
Desde la creación del Obispado-Priorato, las ordenes militares han sido reproducidas en los ornamentos liturgicos de culto
El 9 de abril de 1981, y tras cincuenta años de larga vacante, el Rey de España, Juan Carlos I, nombra a su padre Juan de Borbón presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares. Tras la muerte de este, desde el 25 de Junio de 1993, S.A.R Don Carlos de Borbón Dos Sicílias, Jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias (Unificado con el Reino de Italia) es Decano-Presidente del Real Consejo de las Ordenes Militares.
La Prelatura Cluniense o Priorato Nullius Dioeceseos de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa, fue creada por Su Santidad el papa Pío IX, mediante las Letras Apostólicas Ad Apostolicam, de 18 de noviembre de 1875, ejecutadas por el cardenal Moreno, arzobispo de Toledo, el 15 de mayo de 1876, y promulgadas solemnemente en Ciudad Real, el 4 de junio de 1876, domingo de Pentecostés.
La Prelatura Cluniense o Priorato Nullius Dioeceseos de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa, fue creada por Su Santidad el papa Pío IX, mediante las Letras Apostólicas Ad Apostolicam, de 18 de noviembre de 1875, ejecutadas por el cardenal Moreno, arzobispo de Toledo, el 15 de mayo de 1876, y promulgadas solemnemente en Ciudad Real, el 4 de junio de 1876, domingo de Pentecostés.
El territorio de este Priorato formaba un «coto redondo», es decir, un territorio continuo, que sustituía a los diseminados por la geografía nacional y enclavados en distintas diócesis, en los que, antes, ejercían su jurisdicción las Órdenes Militares Españolas.
Gobernaba esta circunscripción un Prior nombrado por el Rey, Administrador de las Órdenes Militares. Prior que era investido del carácter episcopal, por nombramiento pontificio, con el título de Obispo de Dora, unido perpetuamente al cargo de Prior. El elegido debía ser miembro de una de las Órdenes Militares o ingresar en ella si no lo era. A partir del Concordato de 1953, el nombramiento del Obispo-Prior seguía el trámite común para todos los Obispos diocesanos españoles.
El gobierno del Priorato era similar al de las diócesis españolas. Y, durante la vacante de la Sede, era ejercido por el Vicario General y no por un Vicario Capitular. Como tribunal de apelación, actuaba el de las Órdenes Militares. Y, últimamente, el de la Rota de la Nunciatura.
Gobernaba esta circunscripción un Prior nombrado por el Rey, Administrador de las Órdenes Militares. Prior que era investido del carácter episcopal, por nombramiento pontificio, con el título de Obispo de Dora, unido perpetuamente al cargo de Prior. El elegido debía ser miembro de una de las Órdenes Militares o ingresar en ella si no lo era. A partir del Concordato de 1953, el nombramiento del Obispo-Prior seguía el trámite común para todos los Obispos diocesanos españoles.
El gobierno del Priorato era similar al de las diócesis españolas. Y, durante la vacante de la Sede, era ejercido por el Vicario General y no por un Vicario Capitular. Como tribunal de apelación, actuaba el de las Órdenes Militares. Y, últimamente, el de la Rota de la Nunciatura.
Los caballeros de las Ordenes Militares, tambien asistieron al pontifical con motivo del IX Centenario de la Virgen del Prado el 22 de mayo de 1988
El Prior tenía su sede en Ciudad Real, en la Iglesia de Santa María del Prado (antes, parroquia del mismo nombre), consagrada el 26 de mayo de 1967, y declarada Basílica Menor el 25 de febrero del mismo año.
El día 4 de febrero de 1980, por la Bula Constat Militarium, ejecutada por el Nuncio Apostólico Mons. Innocenti, el día 5 de marzo de 1981, Su Santidad el Papa Juan Pablo II elevó a Diócesis, sufragánea de Toledo, la Prelatura Cluniense o Priorato de las Órdenes Militares. Le dio el nombre de DIOECESIS CIVITATIS REGALENSIS. Y nombró como primer obispo al entonces Prelado Cluniense Mons. D. Rafael Torija de la Fuente, que queda desvinculado de la Iglesia titular de Dora, pero conserva el título de Prior de las Órdenes Militares, por razones históricas.
La misma Bula eleva a Iglesia Catedral la antes Prioral de Santa María del Prado, y el Cabildo Prioral a Catedral, sin prejuzgar sus vínculos honoríficos con las Órdenes Militares.
La promulgación solemne de la Bula tuvo lugar en la Catedral, el día 19 de marzo de 1981.
El día 4 de febrero de 1980, por la Bula Constat Militarium, ejecutada por el Nuncio Apostólico Mons. Innocenti, el día 5 de marzo de 1981, Su Santidad el Papa Juan Pablo II elevó a Diócesis, sufragánea de Toledo, la Prelatura Cluniense o Priorato de las Órdenes Militares. Le dio el nombre de DIOECESIS CIVITATIS REGALENSIS. Y nombró como primer obispo al entonces Prelado Cluniense Mons. D. Rafael Torija de la Fuente, que queda desvinculado de la Iglesia titular de Dora, pero conserva el título de Prior de las Órdenes Militares, por razones históricas.
La misma Bula eleva a Iglesia Catedral la antes Prioral de Santa María del Prado, y el Cabildo Prioral a Catedral, sin prejuzgar sus vínculos honoríficos con las Órdenes Militares.
La promulgación solemne de la Bula tuvo lugar en la Catedral, el día 19 de marzo de 1981.
Actualmente una representación de las Ordenes Militares, asiste todos los años a la Procesión del Corpus Christi
A partir de 1981, con el nombramiento de D. Juan de Borbón como presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares y el cruzamiento de nuevos caballeros, se adopta el acuerdo de hacerse presente una representación de las cuatro ordenes, en la procesión del Corpus Christi de Ciudad Real, siendo efectiva esa representación a partir del año 1985 con la presencia de D. Juan de Borbón en la celebración Eucarística y a la que también ha asistido muchos años el actual Decano-Presidente del Real Consejo de las Ordenes Militares, S.A.R Don Carlos de Borbón Dos Sicílias.
El orden de fundación de las cuatro ordenes militares fue: En primer lugar la Orden de Calatrava año 1158 después la de Santiago 1170, después, la de Alcántara 1176 y la ultima la de Montesa año 1317.
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