La aldea del Rocío se transforma en romería y la patrona de Almonte un nuevo año sale a la calle para festejar con su pueblo el lunes de Pentecostés. Es el día grande para los almonteños y para los miles de rocieros que viven la romería, entre estos últimos un grupo de ciudadrealeños que año tras año se desplazan al Rocío atraídos por la fe hacia la Blanca Paloma.
Entre ellos este año, tras varios años de ausencia, me encontraba yo otra vez comprobando la fe de un pueblo y de miles de personas venidas desde los puntos más recónditos de España. Fe y devoción es lo que se vive en la aldea del Rocío que este año ha sido histórico tras producirse la rotura de uno de los varales del paso de la Virgen del Rocío que obligo a la vuelta del paso de la Virgen en torno a las 8’15 horas. Momento histórico que pudimos vivir todos los ciudadrealeños allí presentes. Una romería que ha dejado las siguientes estampas para mí.
Tras llegar al Rocío las hermandades filiales se dirigian hacia la ermita para realizar sus presentaciones
Lo primero a visitar y rezar a la reina de las marismas
Y pedirle muchas cosas por mi y mi familia
Las presentaciones terminaron cerca de las doce de la noche
Simpecado de la primera hermandad filial Villamanrique
Triana tambien presente en el Rocío
Lo primero a visitar y rezar a la reina de las marismas
Y pedirle muchas cosas por mi y mi familia
Las presentaciones terminaron cerca de las doce de la noche
Simpecado de la primera hermandad filial Villamanrique
Triana tambien presente en el Rocío
El domingo es el día grande del Rocío. Todo comienza con la misa de romeros y el Rosario por la noche, que da paso al salto de la reja
¡Ah, pero al final salió la Virgen! tenía entendido que no pudo salir porque se rompió el trono.
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