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jueves, 30 de junio de 2011

HOY SE CELEBRABA ANTIGUAMENTE LA OCTAVA DEL CORPUS EN CIUDAD REAL




La Catedral con los jardines del Prado, lugar donde tenia lugar la procesión de la Octava del Corpus

En primer lugar hay que decir que las Octavas son la prolongación por ocho días, a modo de los judíos con sus principales fiestas, de las fiestas correspondientes. Antiguamente, muchas fiestas celebraban octavas, de modo que, aunque esto era costumbre durante la semana (no existían textos propios para las ferias, días entre semana) se repetía la misa durante ocho días posteriores a fiestas como la Epifanía, Pentecostés, incluso algunos santos no tan importantes como Santa Inés o San Lorenzo.

En el tiempo de la reforma del breviario promulgada por Juan XXIII el 25 de julio de 1960 se suprimió la octava del Corpus, aunque en muchas localidades de España y de la provincia de Ciudad Real se continuaron celebrando.

La Octava del Corpus fue implantada en la Iglesia Católica en 1294 y se celebro en nuestra ciudad hasta los años sesenta del pasado siglo XX, que con la publicación del Código de Rúbricas por mandato de Juan XXIII en el año 1960 desaparecía. Su celebración era el jueves siguiente a la celebración de la Solemnidad del Corpus Christi y esta se realizaba en la Catedral.

Según el ceremonial de la Santa Iglesia Prioral de las Cuatro Ordenes Militares, aprobado por el primer Obispo-Prior D. Victoriano Guisasola y Rodríguez, el 13 de abril de 1882, esta era la forma que se debía celebrar la Octava del Corpus:


Aspecto que ofrecia el interior de nuestra Catedral, hasta 1936

El día de la Octava por la tarde después de los Laudes, se hace otra procesión con visita de Altares, en la cual el Santísimo Sacramento es llevado en la custodia en manos del Oficiante, sea este el Rmo. Prelado ó el Hebdomadario. A ella asiste el Ilustrísimo Cabildo y el Clero parroquial, seis individuos del cual llevarán las varas del palio, y se organiza según queda dicho en la fiesta de las Candelas, en cada uno de los Altares se cantará un motete en honor al Sacramento durante el cual la Residencia permanecerá de pié, la estrofa Tantum ergo… á la que todos se arrodillaran, un verso que se variará en cada Altar, y la oración sin el Dominus robiscum antes ni después. Los Altares que se visiten serán el de la Sma. Trinidad, dos que se pondrán en el Prado, ó á los pies de la Iglesia, si el mal tiempo impidiera la salida, y el del Santo Cristo del Perdón, haciendo la ultima visita en el Altar mayor; últimamente se dará la bendición y se reservará según queda dicho, observando en todo las Sagradas Rúbricas y prescripciones del ceremonial”.
La implicación de las hermandades de penitencia en esta procesión eucarística, estaba presente en la instalación del altar que la Hermandad del Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas ponía en el Prado, y que como queda referido anteriormente, era obligatorio hacer estación con el Santísimo en el.

A la procesión de la Octava del Corpus asistía también la banda municipal y asociaciones eucarísticas como la Adoración Nocturna como reseña el periódico local “Lanza”, el viernes 8 de junio de 1945 con la siguiente cronica:

La procesión de la Octava del Corpus Christi
Ayer tarde, a las ocho y media, se celebró por el Paseo del Prado la procesión de la Octava del Corpus, que salió de la Santa Iglesia Prioral. Formaban en la procesión numerosos fieles y una nutrida representación de adoradores nocturnos con su bandera. La custodia con el Santísimo, bajo palio, fue llevada por el canónigo Maestrescuela don Jesús Andrés, ministrado por los beneficiados señores Gómez Rico y Cañizares. También asistió el Cabildo Catedralicio. Durante la procesión se coloco la custodia en tres altares instalados en el Prado, adornados con plantas y flores, cantándose por la Capilla de la S. I. P. diversos motetes. El acto eucarístico que revistió solemnidad dentro de su sencillez, termino con la Reserva del Santísimo Sacramento”.

Con la reforma como he dicho anteriormente de Juan XXIII, desaparecía la obligación de celebrar la Octava del Corpus, y en Ciudad Real así se hizo, aunque en muchos pueblos de nuestra provincia y en muchas otras localidades de España se mantuvo. Ciudad Real como siempre, a la cabeza en suprimir manifestaciones populares de la religiosidad popular.

Paño de mesa de altar, de la extinguida Hermandad Sacramental de Nuestra Señora del Prado

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