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viernes, 16 de mayo de 2014

ERMITAS Y ROMERÍAS DE CIUDAD REAL



¡Mayo mes de romerías y flores…!

Qué lástima que vayan desapareciendo las viejas costumbres de las romerías. Ya son muy contados los pueblos que festejan estas fiestas peregrinas en las que se funden el fervor religioso con el regocijo pagano. ¡Pueblos manchegos de mi tierra llana..! ¿Habéis contemplado en el campo el embrujo del atardecer en la llanura, con su silencio impresionante y sus nubecillas teñidas de arrebol en el horizonte? Es grandioso.

También tuvo Ciudad Real sus romerías en pleno auge allá por los siglos XV al XVII y sus ermitas eran numerosas. Por la primavera empezaba la de Nuestra Señora de la Valvaneda, cuya ermita estaba a orillas del Guadiana, junto al puente de Picón. Por su distancia, la comitiva de fieles salía la tarde anterior y por allí se hacía el alegre trasnocho.

Continuaba la de Nuestra Señora de Gracia, cuya ermita estaba fuera de las murallas concretamente en la “Era del Cerrillo”, libre por entonces de ferrocarriles y construcciones, rodeada de pequeño bosque y tierras labrantías. Era tarde de merienda, música y de amoríos, pero había que regresar antes que cerrasen las Puertas de Ciruela o Alarcos, que eran las más próximas. Había mucha devoción por esta Virgen.

Seguía la romería a la ermita de Santa María de Ciruela, que todavía hacia el año 1700 se llamaba Ciheruela y Zuheruela con su bien fortificado castillo, del que apenas se observa algún pequeño vestigio. Hace ya muchos años se encontraron bastantes sepulturas, vasijas, puntas de lanzas. Concurrían los vecinos de Ciudad Real y Miguelturra, cuyas relaciones eran muy agrias y las camorras frecuentes.

Se mantiene en nuestros días la tradicional romería a la Virgen de Alarcos, que tantos recuerdos guarda. ¿Qué antigüedad tiene esta ermita? ¿Fue este su asiento primitivo? ¿Qué fue del rico artesonado, encubierto de yeso por manos profanas? Aquellos cerros cuanta historia guardan, y nadie, esta es mi creencia, sería capaz de decir cuál es su antigüedad y si sus primeros pobladores fueron Oretanos, Celtas o Iberos. ¡Adiós LARCURIS, población famosa y guerrera, a quien Villarreal debe su primitiva existencia!

Más moderna es la romería a la ermita de Santa María Magdalena, en la Poblachuela, pero muy de la Capital. La primitiva iglesia se vino abajo y se construyó la actual. Parece ser que al antigüa albergó los restos del capitán de Cuadrilleros Pascual Ballesteros, hijo del gran señor de Alarcos D. Gil, nombre que dio origen a Pozuelo de D. Gil, Aldea del Pozuelo o Pozuelo del Rey, que por todos estos nombres se conoció a Ciudad Real.

Mas ermitas dentro del recinto amurallado, eran las de Santa Brígida y San Lino, las de San Lázaro y Santa Quiteria, y la del Refugio que aún existe, y tiene como mérito el haberse guardado en ella la Virgen del Prado, cuando la invasión francesa, cuyas tropas se adueñaron de Ciudad Real y se aposetaron en el Asilo de la Misericordia, hoy cuartel de Artilleria.

José Rodrigo Rico
Publicado en el “Diario Lanza” año XXV nº 7.027, miércoles 4 de mayo de 1966, página 5

Ciudad Real tuvo voto a San Lino

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