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jueves, 22 de mayo de 2014

LOS MANTOS DE CAMARÍN DE LA VIRGEN DEL PRADO (II)



Posee la Virgen otros dos mantos más blancos de camarín, que compagina a lo largo del año en sus correspondientes tiempos litúrgicos. Hay que tener en cuenta que el color blanco en la iglesia católica es un color alegre, que de entrada sugiere limpieza, la fiesta y la luz. Por eso se ha convertido en símbolo de la inocencia, de la pureza, y de la alegría. El vestido blanco de la novia es, en nuestra cultura, uno de los símbolos más significativos. El ángel que aparece junto al sepulcro para anunciar que Jesús ha resucitado, va vestido de blanco. Los vencedores del Apocalipsis están cubiertos de lino blanco y montado en caballos blancos. La gloria de Cristo se simboliza en la escena de la Transfiguración con unos vestidos blancos como la luz.  Por eso los vestidos de los ministros son blancos en la Navidad, en la Pascua, en las fiestas del Señor (a no ser que se refieran a la Cruz) y de la Virgen, así como en los santos que no sean mártires. También para la celebración del Bautismo, del Matrimonio y de la Unción de enfermos, si es con misa. El blanco es, por tanto, el color privilegiado de la fiesta cristiana, como expresión de la luz, la alegría y la vida que Dios nos comunica.

Manto de rosas bordado en oro

De los dos mantos blancos anteriormente reseñados, el más antiguo es el confeccionado en raso blanco con rosas bordadas en oro. Este manto procede de uno antiguo que le quedó pequeño a la actual imagen de la Virgen del Prado. Fue pasado primero a terciopelo por las Religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad de nuestra ciudad, en los años cincuenta del pasado siglo XX, pasándose en los años noventa también del pasado siglo  por las Esclavas del Santísimo Sacramento de Jaén a raso.

El otro manto blanco, que es el que esta luciendo nuestra Patrona durante la Novena del presente año, es adamascado con dibujo en oro y puntilla dorada. Fue regalado por Dª. Concepción Barreda Treviño, viuda Dionisio Guijarro y Gallego, y fue confeccionado por las Esclavas del Santísimo Sacramento de Jaén.

Manto regalado por Dª. Concepción Barreda Treviño

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