La
desaparecida imagen en 1936 de la Virgen del Carmen, en su altar de cultos durante la Novena en su honor en los años veinte del pasado siglo XX
Ciudad Real ha tenido, creemos que en
muchos años ha, varias verbenas populares, de barrio, que se celebran,
naturalmente durante el verano. Hoy, 15 de julio, víspera de la Virgen del
Carmen, la habrá en la tradicional plaza de este nombre y en la calle de
Caballeros, para visitar por último a la venerada imagen en el templo de las
Religiosas Carmelitas. Pero la verbena del Carmen tal y como se celebra ahora,
ha perdido mucho de su popularidad y esplendor y no digamos de tipismo.
Uno recuerda que nada más enfilar la
calle Caballeros, desde la de la Feria, se veía la puerta del templo
carmelitano hecha un ascua de luz, con varias docenas de bombillas luciendo
artístico dibujo. Y a medida que se iba uno acercando, se oía el pregón de los
primeros puestos que llegaban hasta la altura de la calle Camarín y algunos
casi daban la vuelta al principio de la calle de la Rosa. Una vez, en el
segundo tramo de la calle principal de acceso al templo, la algarabía de chicos
y grandes era extraordinaria, con el típico olor a los carburos de los puestos
–estamos refiriéndonos a una verbena del año veintidós-, a la limonada y a los churros, que se
fabricaban en los puestos más pegados a la tapia del huerto de las monjas, ya
prácticamente en la calle de Pedrera. La plazuela del Carmen iluminada, era el
lugar donde daba el concierto la banda municipal, mientras el principio de la
propiamente calle del Carmen de Azucena y Zarza, se unía a la verbena,
ofreciendo sus aceras a los puestos que no habían podido acomodarse en
Caballeros.
Enseguida, guardando un poco de turno,
pues la afluencia de fieles era muy considerable, a rezar una salve a la Virgen
del Carmen, depositar una limosna y adquirir algún escapulario hecho por las
monjitas y que solía vender la monjera.
Uno
de los arcos que se levantaban en la calle Caballeros con motivo de la Verbena
del Carmen. La fotografía es de la revista “Vida Manchega”, y fue publicada el 25
de julio de 1914
Pero hasta el año 31 ó 32 la verbena del
Carmen tenía una prolongación hasta el Hospital, donde en su hermosa capilla,
se veneraba la Virgen del Carmen, bajo cuyo patronazgo estaba, y continua
estando, nuestro primer centro benéfico hospitalario. La Banda Provincial, que
por aquellos años del veintitantos alcanzó un gran nivel artístico, dirigida
por el eminente maestro Segura –parece que estamos viendo al pequeño don
Antonio, con su barbita entrecana, crecerse con la batuta en la mano- daba un concierto
de música popular, que era escuchado por no pocas personas, pues la verdad es
que se tenía en Ciudad Real mucha simpatía a estos jovencísimos músicos,
encuadrados en solamente cuatro o cinco profesores, de donde salieron más
adelante algún director de banda y desde luego no pocos solistas.
Bien, volviendo a la verbena del Carmen,
diremos que los vecinos del barrio se ufanaban de invitar a los amigos de otros
puntos de la capital que se llegaban en esa fecha hasta la iglesia de las
Carmelitas y tras rezar una plegaria, tomarse un vaso de limonada fresquita,
invitar a la mujer a unas almendras o turrón y comprar unas llaves para los
niños, que si eran demasiado pequeños había que dejarlos acostados.
Los del barrio del Carmen se preciaban
de que su verbena era la más concurrida –y puede que llevaran razón- aunque las
dos del barrio de San Pedro y la de Santiago tampoco eran mancas, como diría un
castizo. Aun hubo otras verbenas, la de los Remedios, que se limitaba
prácticamente a unas cuantas hogueras que ardían en las calles próximas a la
pequeña ermita –Toledo, Estación, Paz principalmente- y la de la Merced, que
falta de tradición no llegó a cuajar. Pero esta del Carmen sí, esta era raro el
vecino de Ciudad Real que en aquellas fechas que comentamos no la visitase. Y
como el calor solía apretar en esa noche, un vaso de agua de cebada fresquita
era el mejor colofón al paseo. Entonces no se habían inventado todavía las
colas, los schwepes, ni los helados de corte. Y se estaba tan ricamente…
Cecilio
López Pastor
(Diario
Lanza, Año XXIII nº 6.524, jueves 15 de
julio de 1965, página 2)
Procesión
de la Virgen del Carmen, fotografía publicada en la revista “Vida Manchega” el 25
de julio de 1914
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