Celebramos hoy la fiesta de nuestra
Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, por este motivo me voy a referir al mural que
el pintor ciudadrealeño Francisco Vela Siller pintó en 1973 sobre la entonces
Castilla la Nueva, hoy Castilla-La Mancha, y que se encuentra en el pasillo de
entrada del edificio de oficinas Europa, en la Avenida del Rey Santo número, 8
y que anterior fue el antiguo Hotel Castillo.
Como he dicho el mural fue pintado en
1973 por Francisco Vela Siller, un pintor autodidacta ciudadrealeño nacido en 1946. Aunque también
asistió a varios cursos de arte organizados por la Obra Sindical en la década
de los años “70” del pasado siglo XX.
Tuvo una vida muy corta, pero muy activa
artísticamente, ya que en sólo 13 años, consiguió colocarse a la altura de los
pintores más consagrados de la provincia, habida cuenta, que su actividad
profesional como dependiente de una casa comercial de Ciudad Real, también le
restaba tiempo.
En 1969 a los 23 años de edad, presentó
su primera exposición en Ciudad Real. En 1974, consigue el Primer Premio en el
V Salón de Otoño de la provincia. También recibe otros premios en los “Cursos
Nacionales de Arte” celebrados en Madrid y organizados por la Obra Sindical de
Educación y Descanso, en 1974 y 1975. En 1977 realiza diversas exposiciones en
Madrid, Salamanca, Ciudad Real y Puertollano.
Más tarde conquista varios galardones en
Valdepeñas, el primero en la XXXVIII Exposición Nacional de Artes Plásticas en
1977 con el Premio “Uva de Oro” con la obra Homenaje a Juan Alcaide, y en 1979
vuelve a repetir consiguiendo el “Molino de Oro” en la XL Exposición Nacional
de Artes Plásticas, con el cuadro titulado Hacia el interior de un recuerdo,
más otros premios que no hemos podido constatar en Santander y Huesca.
Durante los años siguientes a estos
premios, la actividad artística de Vela Siller, se multiplica. Se inauguran
exposiciones del pintor en galerías y salas de exposiciones de muchas ciudades
españolas. El trabajo del artista es intensivo y agotador, porque en cada
manifestación artística que organiza vende todos los cuadros. Ya en la década
de los años “80” sigue recibiendo numerosos premios en Sevilla, Alcázar de San
Juan, Cuenca, Ponferrada, y un largo etcétera.
En 1984 la importante galería “Bernesga”
de León, edita un lujoso ejemplar, con motivo de su décimo aniversario de su
fundación. Para lo cual selecciona a 12 artistas más importantes de los que
habían colgado obras en dicha galería durante esos últimos 10 años.
Francisco Vela Siller figura entre
ellos, siendo el más joven. Entre las firmas que se exponían se pueden citar a
Vela Zanetti, Viola, Lapayese del Río, Gutiérrez Montiel, Daniel Merino. Ese
mismo año la Galería Winker de Salamanca fue más lejos, editando un volumen de
500 ejemplares, dedicado íntegramente al artista, con el título Vela Siller,
complementándolo con la dedicatoria siguiente “Este libro es el homenaje de la
galería Winker a Francisco Vela Siller. Homenaje al hombre, homenaje a la obra”.
Entre sus obras en pro del arte destaca
la inauguración en 1976 de la Sala de Arte “Andrade” de la capital, de la cual
fue su propietario y director. En 1985 muere en accidente de tráfico junto a su
mujer y una hija.
La trayectoria artística de este autor,
podemos sintetizarla de la siguiente forma: En su primera etapa como pintor de
la década de los años “70”, trabaja un tipo de pintura, que destaca sobre todo
la armonía cromática, la sensibilidad y la delicadeza por los temas que refleja
en interiores, novias, velos, ropajes, lugares desolados, casas abandonadas,
alacenas, temas de la vida cotidiana. Todo lo proyecta en un plano casi
hiperrealista, pero con cierta tendencia surrealista, que consigue con
fundidos, transparencias, veladuras, etc. Creando una atmósfera real pero
antigua, con pátina, donde las figuras están en un plano irreal, es decir, como
si de un recuerdo o un sueño se tratara.
En su última etapa, la paleta de Vela
Siller se vuelve más clara, destacan los espacios abiertos, claridades, figuras
con una estética un tanto original, lo que más trabaja es el color y su
cualidad cromática, dejando en un segundo plano el dibujo, aunque domina
magistralmente esta técnica. En cuanto a las herramientas que utiliza, son el
pincel, la espátula, o cualquier elemento que sirva para conseguir esas
transparencias.
El mural que es un gran desconocido, se
encuentra como he dicho en el edificio Europa en la Avenida del Rey Santo y nos
muestra a través de los monumentos más
representativos de cada provincia, la actual Castilla La Mancha.
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