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jueves, 5 de enero de 2017

DE CASA POPULAR DE NUESTRA SEÑORA DEL PRADO A INSTITUTO POPULAR DE LA CONCEPCIÓN


 
Vista de la fachada del Instituto Popular de la Concepción

Una vez inaugurada la Casa Popular de Nuestra Señora del Prado en agosto de 1914, esta comenzó pasado el verano a funcionar, como escuela nocturna para obreros, lugar donde se impartía cursos catequísticos a niños y niñas, y como sede de varias instituciones, entre las que se encontraba el Sindicato Agrícola Católico de Ciudad Real, que abrió también en este edificio la Caja de Ahorros y Préstamos del sindicato.

En febrero de 1915 haría su entrada en Ciudad Real como nuevo Obispo-Prior, D. Javier Irastorza y Loinaz, un obispo vasco que conocía bien nuestra diócesis, ya que desde 1905 residía en nuestra ciudad, año que fue nombrado Secretario de Cámara del obispado. Después ocuparía otros puestos en la catedral como canónigo y en 1909 el Obispo Gandásegui lo haría Provisor y Vicario general de la Diócesis; por lo que conocía bien las intenciones de Gandásegui de convertir la Casa Popular en un centro de atención a las clases más necesitadas.

Dos meses después de que tomara posesión de nuestra diócesis el Obispo Irastorza, se produciría un hecho que marcaria el destino de la Casa Popular, y la llegada de los Marianistas a nuestra ciudad. A finales de abril de 1915, fallecería en Madrid Dª. Concepción Medrano y Maldonado, la prensa nacional se hacía eco de este fallecimiento y el periódico “La Correspondencia de España  diario universal de noticias”, publicaba la siguiente nota en su número 20897 del 30 de abril de 1915: “CASTILLA LA NUEVA. Legado de una Casa de Caridad. Ciudad Real (Jueves, noche). En el convento de las Comendadoras de Santiago, de Madrid, ha fallecido la ilustre dama, de abolengo manchego, doña Concepción Medrano, viuda de Madariaga. La finada se recluyó en dicho convento apenada por el fallecimiento de su esposo.

En sus disposiciones testamentarias dispone cuantiosas mandas piadosas y deja un legado de 85.500 duros al obispado de Ciudad Real para fundar una Casa de Caridad”. En la catedral de Ciudad Real se realizaría un solemne funeral en su memoria el 10 de mayo de 1915, al que asistieron a parte de sus familiares, el Obispo-Prior, el Cabildo Catedral, párrocos de la ciudad, claustro de profesores del seminario y órdenes religiosas.

 
Entrada al Instituto

Recibido el legado de 400.000 pesetas en el obispado, el Obispo-Prior Irastorza decide con  ese dinero fundar el Instituto Popular de la Concepción, en la hasta ahora Casa Popular de Nuestra Señora del Prado, destinandolo a la enseñanza cristiana. El nombre de Instituto Popular de la Concepción, lo recibiría en honor de Dª Concepción Medrano, y la escritura de fundación se redactó por el notario madrileño, D. Alejandro Arizcun y Moreno, en la capital de España el 21 de octubre de 1915.

En la escritura de la fundación se hacía constar  sus fines, que serian la enseñanza y formación gratuita cristiana de maestros, el sostenimiento de una escuela gratuita de primera enseñanza, la enseñanza gratuita de artes y oficios, el sostenimiento de una catequesis y patronato interparroquiales, la creación de una biblioteca popular y un círculo de estudios sociales. De los beneficios de la fundación podían gozar «los niños y obreros que residan habitualmente en Ciudad Real, pero siendo preferidos los hijos de los socios de las instituciones sindicales o sociales católicas». El patronato estaba presidido por el vicario general del obispado y sus vocales eran un canónigo de la iglesia catedral, un párroco de Ciudad Real y el habilitado del clero. El 5 de febrero de 1916 el ministerio de Instrucción pública declaraba la escritura de la fundación del Instituto popular de la Concepción.

 
Uno de los patios con los que contó la institución

Pero el Obispo Irastorza, al igual que hizo su antecesor, intentó poner la dirección del patronato en manos de una congregación religiosa que lo dirigiera, llamando a los marianistas, a los que conoció durante su estancia en San Sebastián. Los marianistas pertenecian a la congregación religiosa de la Compañia de Maria, fundada por el beato Guillermo José Chaminade en 1817.

En agosto de 1915, se puso al habla con el padre provincial Delmas. El experimentado provincial, después de tantos años de gobierno, sin negar ni afirmar nada decidió comenzar «y después se vería». En el contrato con la Compañía de María, se especificaba que se comenzaría con 3 clases gratuitas de primera enseñanza y 1 de preparación para seguir estudios de mecánica y de comercio. No debía haber más de 40 alumnos en cada clase de primaria ni más de 30 en la de comercio. Por lo que respecta a la enseñanza de magisterio, no se tomaba ningún acuerdo previo hasta que la Compañía poseyera personal que le permita tomar a su cargo la preparación de estos alumnos. La aceptación de los alumnos era competencia del director marianista. En la cuestión económica, el comité pagaba el alojamiento de los profesores y de los alumnos gratuitos y se encargaba de proporcionar el material escolar y de los premios necesarios para estimular a los alumnos. Dado que la sección de gratuitos no aportaría ningún beneficio económico a los religiosos, monseñor Irastorza permitió a la Compañía establecer, cuando a ella le pareciera oportuno, las secciones de enseñanza de  pago de primaria, ingreso al bachillerato y a la sección de comercio. El contrato acordaba que los marianistas aplicarían sus propios métodos de enseñanza y que su trabajo escolar no sería inspeccionado nada más que por sus superiores religiosos.

 
Escritura publicada en el año 1916 de la fundación del Instituto Popular de la Concepción

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