JOYERÍA BENJAMÍN, MÁS DE UN SIGLO DE SOLERA EN CIUDAD REAL

1877,  en una de las calles más céntricas de la ciudad, la calle Feria, abría sus puertas al público un modesto negocio de joyería, el más antiguo de nuestra capital, la por entonces “Joyería de Don Cruz”, hoy Benjamín. Más de un siglo después, los herederos de Cruz Fernández siguen manteniendo un negocio familiar por el que han pasado cuatro sagas de Fernández; actualmente la regenta José Luis Fernández y tres de sus hijos, José Luis, encargado de las ventas, Javier, que se encarga del taller y la parte creativa, y Jesús, que coordina los aspectos económicos de la empresa. Sus años de experiencia y dedicación a esta industria hacen que, en estos momentos, estos joyeros estén considerados como los mejores de la capital.

  

Pese a las apariencias; José Luis Fernández hijo, explica que el joyero no es ese empresario de élite que la gente suele tener en mente “este negocio es muy sacrificado y exige muchas horas de dedicación y constancia, sobre todo, si, como nosotros, tienes tu propio taller y tus laboratorios”.

Como expertos en gemología, en Joyería Benjamín se pueden encontrar todo tipo de artículos, pulseras, relojes, collares, anillos… Además de las primeras marcas del mercado internacional y diseños especiales y por encargo que se realizan en los talleres de la empresa. En virtud del prestigio que dan los años, José Luis Fernández afirma que “cuando la gente quiere un trabajo de calidad o exclusivo, sin duda acude a esta casa”.

Los principales clientes con los que cuenta se encuentran en Ciudad Real capital y la provincia, “de momento, -añade Fernández- no pensamos salir de estos límites, ni tenemos ninguna necesidad de hacerlo”.

Además de las innovaciones a las que ha tenido que ajustarse la empresa para competir en el mercado, con los años, según J. L. Fernández hijo, la mentalidad del público que acude a adquirir una joya también ha cambiado, “ya no se trata de personas que compran un artículo como inversión para tenerlo guardado en un armario, hoy en día la gente adquiere una joya para disfrutarla al máximo”.

Un sector que cada vez se acerca más a la joyería son los jóvenes que para Fernández “son un público muy entendido, que exige calidad y primeras marcas”.

Diario “Lanza”, Extra Empresas, 14 de diciembre de 1994, página 42