Boceto
de monumentos al Cardenal Monescillo publicados en la revista “Vida Manchega”
en 1912
Ocasiones habrá, y bien merecidas, de
que pase por estas "efemérides manchegas" la figura prócer del cardenal
don Antolín Monescillo y Viso, primado de España e hijo ilustre de Corral de
Calatrava. Hoy sólo queremos comentar el proyecto de monumento para enaltecer
su memoria, con motivo de la publicación en el número dos de la revista
"Vida Manchega" de una página entera reproduciendo todas las maquetas,
verdadero alarde tipográfico si tenemos en cuenta la fecha -11 de abril de
1912-, cuando el arte del fotograbado daba sus pasos iniciales en la región
manchega.
Que Monescillo merecía un monumento en
la capital de su provincia era una verdad evidente. No siempre surgen figuras
de tal valía y la del cardenal Monescillo, que había llenado casi toda el siglo
XIX, era extraordinaria: origen humilde,
vocación decidida, estudios brillantes; doctor en Teología a los veinticuatro
años, profesor de la Universidad toledana, vicario de Estepa, canónigo de
Granada, maestrescuela de la Catedral Primada, obispo de Calahorra, obispo de
Jaén, diputado a Cortes por Ciudad Real, orador elocuente, predicador insigne, escritor
notable, polemista profundo, político defensor de la iglesia en circunstancias
graves, fiel a principios inconmovibles, arzobispo de Valencia, senador por
Vizcaya, cardenal en 1884 y primado de España hasta su santa muerte en Toledo
el día 11 de agosto de 1897.
Esto ha sido como una película rápida y
apenas un índice de la carrera brillantísima de Monescillo, cuya memoria bien
merecía ese monumento. La iniciativa -nos lo dice el señor Villazán, uno de sus
mejores biógrafos- partió de don Fernando Vázquez, hermano del ilustre pintor
Carlos y caído por Dios Y por España; en el trágico verano del 36. Este señor
era concejal allá por el 1911, año del centenario del nacimiento de Monescillo,
y consiguió del Ayuntamiento de Ciudad Real, que presidía entonces don Ceferino
Saúco Diez, la convocatoria de un concurso de proyectos del monumento que
habría de erigirse en la plaza principal.
Nada menos que siete maquetas aparecen en esta plana gráfica de "Vida
Manchega" y sus autores fueron los siguientes: Cabildo (dos), Telmo Sánchez,
Llimona, Coullaut Valera, Rodríguez y Martín Cañamero. Allí había escultores
afamados, arquitectos, profesores de dibujo y modestos artistas locales, cuyos
bocetos tampoco desmerecían de los que presentaban los consagrados.
¿Qué sucedió después?
El cronista confiesa su ignorancia.
Desconocemos el fallo del jurado, si lo
hubo, y las condiciones económicas que acompañarían al concurso. Lo único que
sabemos es que el proyecto de monumento a; Monescillo se quedó en eso, en
proyecto, -como tantas otras cosas- y
que la memoria de la egregia figura del ilustre cardenal, honra y orgullo
legítimo de nuestra provincia, se mantiene en el nombre de alguna calle de nuestras
villas y ciudades y con un sencillo monumento en Corral de Calatrava, su pueblo
natal, menos ingrato con el hijo preclaro que la capital de su provincia.
Antón
de Villa Real. Efemérides Manchegas. Diario Lanza, 11 de abril de 1970
Antolín
Monescillo y Viso
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