En la obra del arquitecto y político conservador Fernando Chueca Goitia, “La destrucción del legado urbanístico español” se distinguen cuatro capitales de provincia con el máximo índice de deterioro urbano, siendo tres de ellas de Castilla-La Mancha: Albacete, Ciudad Real y Guadalajara; respecto a nuestra ciudad, que es sobre la que ya he investigado, intentaré dividir estas cuatro décadas en dos grandes apartados históricos, en primer lugar me referiré a los años transcurridas hasta el primer quinquenio de los años sesenta, caracterizados por un urbanismo periférico, ante el expansivo surgimiento de barrios a ambos lados de la ronda; el segundo periodo hace referencia a una serie de planes de ordenación urbana, que al no estar en consonancia con las intenciones de los regidores, cumplieron una función muy distinta, logrando la destrucción interna del casco urbano.
Durante el primer periodo, el proceso de
construcción se dirigió a cubrir las necesidades de viviendas para funcionarios
y fuerzas armadas, de esta forma se construyeron bloques para los de la
Diputación Provincial en las calles de Audiencia y Ruíz Morote; para los del
Ayuntamiento en la calle de la Mata; para los de Hacienda en la Plaza de la
Provincia, además de Casas Militares y la Casa Cuartel de la, Guardia Civil. El
Gobierno Civil llevó a cabo una importante labor al coordinar junto con otros organismos,
la creación de un barrio para chabolistas o con pocos recursos económicos, en lo
que hoy conocemos como barriada del Pilar o de Jacobo Roldán, por ser su
promotor; las primeras, sobre un total de 223 viviendas, se entregaron en 1946.
Ante la desidia de la empresa privada, la Obra Sindical del Hogar y Arquitectura
inició el proceso constructivo levantando gran número de grupos de viviendas en
distintos puntos de la ciudad: Vicente Galiana, Virgen del Prado o Padre Ayala,
Obispo Esténaga, Lope de Vega y Grupo Santa María, más conocido como “La
hormiga” entre otros…
La empresa privada llegó a consolidar la
creación de dos importantes barrios obreros, en primer lugar, tendríamos que
hablar de Pío XII, promovido por un maquinista de RENFE, señor Rumín, que
amparándose en la Cooperativa de la Hermandad Ferroviaria de Acción Católica,
creada por él mismo, consiguió levantar 604 viviendas, junto a la Residencia de
la Seguridad Social; en el sur de la ciudad surgió el barrio de Los Ángeles, de
diseño más original, siendo su promotor don Luis Barrios. Este señor pretendía,
con 1a ayuda del arquitecto municipal que era el que había realizado el
proyecto, levantar 908 viviendas, en esta ocasión me refiero al señor Bendito,
aunque esta práctica la llevó hasta la saciedad su sucesor, don Idelfonso
Prieto.
Dentro del casco urbano y más concretamente en las llamadas avenidas de los Mártires y de Rey Santo los constructores con mayor número de bloques Edificados fueron García del Castillo Hermanos y don Antonio León Ruiz. Por las características del tipo de viviendas utilizadas, se podría decir que Ciudad Real se convirtió en un núcleo urbano de protección oficial, subvencionado.
Durante estos primeros años, que estamos comentando, aparecieron una serie de edificios con claras connotaciones imperialistas, de estilo fascista: Sanidad, Artes y Oficios, Gobierno Civil, Hospital Provincial, Delegación de Hacienda, y el edificio del seminario, de corte herreriano.
El segundo periodo registra una ligera
recuperación demográfica, pero por supuesto más débil que la que aventuraban
los Planes de Ordenación Urbana; el primero de estos, el Plan General de 1963, preveía
la creación de una zona industrial de 61 hectáreas en el sur de la ciudad, por
tal motivo, la ciudad iba a contar en 1975 con 92.000 habitantes; aunque nunca
se ha llegado a urbanizar, siempre se aconsejó que se construyeran viviendas,
con el fin de recoger la avalancha demográfica; el primer ejemplo del
consentimiento, fue la aceptación por parte del Ayuntamiento para que pudieran
aparecer edificios de alturas desproporcionadas en las plazas del Pilar y Cervantes.
En 1966 y en 1968 se llevaron a cabo dos
revisiones de Plan General de 1963, la primera se refería a la prohibición de
construir viviendas fuera de rondas, lo que imposibilitaba poder concluir el
proyecto presentando para el barrio de Los Ángeles, así como un triste final en
la elaboración del barrio de Pío XII; con esta medida, por supuesto importante,
pues se estaba construyendo más viviendas nuevas fuera de rondas, en lugar de
dentro, se hacía imposible realizar las 600 viviendas que el I.N.V., quería
levantar en la que se llamaría "Polígono residencial de la Granja",
este proyecto se trasladaría dentro de rondas, creándose en su lugar "el
complejo educacional y deportivo", donde hoy se encuentra el polideportivo
y tres centros universitarios: el Colegio Universitario, donde también radican
dos Facultades, y además existen en esta zona, junto con "otros centros,
las Escuelas Universitarias de Ingenieros Técnicos Agrícolas y la del Profesorado
de EGB, este complejo podría transformarse, si existiera auténtica voluntad
política, em el Campus Universitario de Ciudad Real, para que esto se lograra
se debería sustituir las funciones que vienen desempeñando algunos de los
edificios existentes, La segunda revisión llevada a cabo en 1968 consistió en
expropiar 100 hectáreas en el monte de La Atalaya, para crear una zona de
recreo, lógicamente debemos aplaudir las dos revisiones al plan de 1963, hechas
durante el segundo quinquenio del sesenta.
Felix PilleT. Diario “Lanza”, Extra
Feria de Ciudad Real, agosto 1986
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