Ciudad Real se halla situada en llanura de la Mancha, entre los ríos Guadiana y Jabalón. Su caserío blanco, sobre el que se elevan torres y chapiteles, ofrece a distancia una agradable perspectiva.
Tiene el aspecto general de los restantes lugares de la Mancha; sus calles son rectas, y sus construcciones, anchas y bajas. En los Interiores de las casas viejas son frecuentes los patios y corrales, aunque y a la moderna arquitectura va cambiando el antiguo aspecto de la ciudad. El centro de ésta lo constituye la plaza llamada de la Constitución, formada por Un rectángulo de 150 pies de largo y un ancho un poco menor; tres de sus frentes están ocupados por galerías saledizas sobre soportes de hierro, y el cuarto, por la Casa Ayuntamiento, que es un bonito edificio de estilo grecorromano. Tiene dos paseos principales, el del Prado y el de Cisneros, y el parque Gasset, hecho recientemente con todo esmero.
Uno de los monumentos más interesantes de la población es la Puerta de Toledo, precioso resto de la arquitectura militar del siglo XIV, emplazada al final de la calle de Toledo, que es el principio del antiguo camino que conduce a la imperial ciudad. Está declarada monumento nacional, y Se compone de seis arcos de variada forma, flanqueados por dos fuertes torreones de planta rectangular; debió de estar coronada de almenas con sus correspondientes parapetos, aunque hoy se encuentra ruinosa en la parte superior. Los dos arcos extremos son de estilo ojival; los medianeros, de los llamados de herradura, del primer periodo de la arquitectura árabe, y los centrales, de estilo gótico
En el paseo del Prado se eleva la iglesia
de Sant a María del Prado, hoy catedral. Es de estilo gótico de la decadencia,
y está fabricada de ladrillos con arcos de sillares. Al ábside, que fue el comienzo
de la construcción de la iglesia, data de principios del siglo XV. Tiene una
ornamentación modesta, siendo lo más importante el magnífico retablo del altar mayor,
atribuido a Giraldo de Merlo.
La iglesia de San Pedro Apóstol es el templo más viejo y más importante, desde el punto de vista monumental, que existe en la ciudad. En la fachada principal se abre una claraboya de estilo ojival, y debajo de ella, una puerta con cinco archivoltas semicirculares, claveteadas de puntas de diamantes. Se conoce esta puerta con el nombre del Perdón, por encontrarse frente a la cárcel y entrar por ella los ajusticiados. Tiene esta iglesia otras dos entradas laterales, la llamada del Sol, de estilo gótico, en la fachada del Sur, y la denominada Umbría, abierta al Norte, de estilo árabe. El interior del templo se divide en tres, naves. En la central existe un retablo churrigueresco, de escayola notable en su estilo. El coro, con sillería de talla, es obra del siglo XVI. Deben mencionarse la capilla fundada a expensas del presbítero Coca, que conserva el sepulcro de alabastro del fundador; un retablo gótico y un cuadro de Luis López. Posee esta iglesia la bellísima imagen de un Nazareno atribuida a Montañés.
La iglesia de Santiago ofrece bastante parecido con la anterior. En el siglo XVI fué restaurada de un modo tan disparatado, que ha perdido gran parte de su carácter. El techo, cubierto hoy por casetones de yeso, oculta un valioso artesonado con armadura de lazo de a cuatro, tallada en el siglo XIV, con pinturas moriscas, que deben de estar ya muy deterioradas por las obras de la restauración.
Por la ciudad existen diseminadas algunas obras artísticas de interés. En la casa número 4 de la calle del Lirio se puede apreciar un hermoso arco mudéjar, así como algunas portadas interesantes en diversas casonas de la localidad.
La Diputación, instalada en el mejor edificio de la ciudad, posee una biblioteca y pinacoteca provinciales.
Las excursiones más interesantes que desde Ciudad Real pueden hacerse a lugares próximos son:
A Calatrava la Nueva (43 kilómetros), donde se encuentra el famoso Sacro Convento y vestigios del castillo de Salvatierra; a Alarcos (ocho kilómetros), lugar de la famosa batalla, donde sobre un montículo se eleva el histórico santuario, y a Almagro (26 kilómetros), una de las ciudades más interesantes de la provincia, rica en casas solariegas, adornadas con magníficos escudos; una plaza típicamente española, de las más bellas de la Península, y el convento de los dominicos, notable por su claustro e interiores.
Diario “El Sol”, Madrid 14 de
septiembre de 1930
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