En 1970 la corporación concluyó el Plan Parcial de Remodelación del caso actual, que no aprobado hasta 1974 por el Ministerio, por no ajustarse a tres artículos de la Ordenanza de Edificación; el objetivo del plan era nuevamente la construcción galopante e innecesaria de viviendas; entre estas dos f-o,chas,1970 y 1974, surgieron en la ciudad dos hechos que deben ser sacados a la luz, nuevamente, en primer lugar, la polémica de abril de 1972, sobre dónde se debía construir el edificio del Ayuntamiento, ya que el proyecto no se correspondía a las características de la plaza, tal como se había asegurado: no entro en más detalles, ya que todos estos aspectos los recojo en mi libro "Geografía Urbana de Ciudad Real (1255-1980); el segundo acontecimiento se refiere a otra promesa incumplida, ya que al decidir que las viviendas del I. N. V., en lugar de construirse fuera de rondas, se construyeran dentro, el sitio escogido fue el Torreón del Alcázar, se expropió e indemnizó a 1.246 pesetas el metro cuadrado, con la promesa de volver a construir allí mismo, viviendas de tipo social, por las que no se pagaría entrada, esto lo afirmaba el alcalde en 1972, mientras un año después el Plan Parcial de Ordenación del Polígono "Torreón de Alcázar", no se parecía en nada a lo prometido; distinto es que hoy lo podamos considerar como una de las zonas, mejores de la ciudad..., pero no podemos olvidar que toda la responsabilidad de lo afirmado y realizado se deben al Ayuntamiento y al MOPU.
En 1978, el Ministerio aprobó, después de
tres años, el Plan General Municipal de Ordenación Urbana, el vigente
actualmente, los años de retraso se debían al desajuste en lo ofrecido, ya que
sobraban hectáreas dedicadas a suelo industrial, a ese suelo que nunca se ha urbanizado,
pero eso sí, se ha utilizado para justificar el proceso constructivo...
"el extraordinario desarrollo urbanístico habido en el término municipal
durante los últimos diez años"; la obsesión por amenazar con cifras de
población, se vuelve a repetir, esta vez no se justifica la razón de no haber
logrado los 92.000 habitantes en 1975, pero sí se afirma que en 1987 la ciudad alcanzaría
los 87.000 habitantes, hoy, 1986 apenas superamos los cincuenta y cinco mil.
Los edificios públicos de esta época, reciben un tratamiento diferente a los del primer período, propio del tecnocratismo político del momento: Nuevos Ministerios, Sindicatos, Instituto Nacional de Previsión, Museo Provincial... y el Ayuntamiento.
La propiedad urbana del suelo no ha variado entre l939 y 1979 en lo que se refiere a los grandes agentes de la propiedad, ya que en ambas ocasiones los valores catastrales controlados por parte de los poderes públicos y de la Iglesia apenas han superado el quince por ciento, correspondiendo el resto a la propiedad privada, ésta sí ha mostrado una importante modificación, pues mientras en 1939 las mayores propiedades correspondían a familias de esta ciudad: Peco, Morales, Menchero, Ayala, Núñez Hombrebueno, Medrano, Pérez Molina y Marqueses de Casa Treviño, en 1979 el mayor índice de solares y edificios o viviendas estaban a nombre de las empresas constructoras que, aunque luego se deshagan de la propiedad, mediante la venta, no obstante son los mayores controladores del suelo urbano: Gasset S. A., Inmobiliaria Acinipo S. A., doña Concepción Martín Parte, Construcciones Calatrava S. A., don Antonio León Ruiz, Caja de Ahorros de Ronda... Lo más significativo de estos años es la presencia de grupos vinculados a cajas de ahorros, a la vez que ellas también edifican, destacan. Caja de Madrid y su vinculación con la Cooperativa Miguel de Cervantes. Caja de Ahorros de Ronda y su relación con la Inmobiliaria Acinipo S. A.; y por último, la caja de Ahorros de Cuenca y su ligazón con Obras y Vías, S. A.
Y ya para concluir haré referencia a los aspectos ,positivos y negativos que han caracterizado a los siete años de Democracia municipal, pues aunque será tratado por otra persona, en estas páginas, no me resisto a dar una somera impresión. Entre los aciertos destacan la resolución del problema del agua, la política de recuperación de algunos edificios, el proceso de embellecimiento mediante la creación de obras ajardinadas en el centro y en la periferia y por último, la inauguración del recinto ferial; pero por el contrario, hemos visto desaparecer edificios, dignos de su conservación, como la Casa de Socorro y otro que lucía importantes balcones en la calle de María Cristina, o bien otro que se encuentra amenazado al comienzo de la calle de Calatrava... sería un grave error que siguiéramos perdiendo el escaso patrimonio heredado. No podemos pasar por alto la congestión existente en los Girasoles, significativa de un deseo de aprovechamiento del suelo, sin límite ni medida. Otra critica que debemos airear es la abundante existencia de edificios sin ningún valor y un estado absoluto de ruina, que no son más que solares encubiertos, esperando la revalorización del suelo, al tiempo que se convierten en focos insalubres. No comprendemos las razones por las que se ha puesto en el lugar donde antes estuvo la Puerta de Santa María, de acceso a la ciudad, la puerta de un convento, o sobra puerta o falta un cartel que índique su procedencia. Y por último, parece que ha llegado el momento de que se dé a la plaza del Ayuntamiento una solución definitiva y urgente a su impresentable estado, siendo consciente de que el mayor obstáculo es la excesiva fragmentación de la propiedad urbana endicho recinto.
Felix PilleT. Diario “Lanza”, Extra
Feria de Ciudad Real, agosto 1986
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