Aspecto
que ofrecía nuestra Catedral en 1943, año de la Consagración de la Diócesis al
Sagrado Corazón de María
El 31 de octubre de 1942 y luego, de
manera solemne, el 8 de diciembre en la Basílica de San Pedro, cumpliéndose el
25 aniversario de las apariciones de Fátima, Pío XII consagró la Iglesia y el
género humano al Inmaculado Corazón de María. Por este motivo en todas las diócesis
de España se organizaron actos para consagrar estas al Sagrado Corazón de
María, siguiendo la formula realizada por el Papa.
La Diócesis de Ciudad Real realizó el
acto el 8 de diciembre de 1943 a las seis de la tarde en la Santa Iglesia
Prioral. El diario Lanza publica la información de este acto en su portada y segunda
página el jueves 9 de diciembre del año referido (Año I, Nº 176). La
información recogida es la siguiente:
“Con
toda solemnidad se celebró en la S. I. Catedral la consagración de la Diócesis
al Sagrado Corazón de María Santísima. A la ceremonia asistieron las
autoridades y jerarquías provinciales y representaciones de todos los
organismos oficiales; entre estas se encontraban el Jefe Provincial del Movimiento,
camarada Gutiérrez Ortega, Gobernador Civil don José María Frontera de Haro;
Gobernador militar don César Saenz de Santa María; Alcalde de la ciudad, etc.
Asistieron también los Capitulares y el seminario.
La
novena dio comienzo a las seis de la tarde y la oración sagrada
estuvo a cargo del Superior de los RR. PP. del Sagrado Corazón de Córdoba,
don Teodomiro Rebolledo. Antes de la Reserva, por la Capilla de la catedral y
fieles en general, fue cantada la Letanía de los Santos en rogativa por la paz
del Mundo, según mandato del Papa. La Reserva fue efectuada por el Prior,
doctor Echeverría y asistido por el canónigo señor Torquemada y por el
magistral señor Mugueta.
D.
Emeterio Echeverría y Barrena, octavo Obispo-Prior desde el 13 de abril de 1943 hasta el 23 de
diciembre de 1954, fecha en que falleció. Fue el Obispo-Prior que consagró la Diócesis
al Sagrado Corazón de María
Seguidamente
el doctor Echeverría en elocuente y sentida palabra explicó el significado de
esta Consagración al Corazón de María, por su Diócesis, sintiéndose orgulloso
de ella, dado el entusiasmo de fé que sus fieles demostraron con la asistencia
al templo, el cual encontrábase completamente abarrotado.
Una
vez pronunciadas sus palabras, y todo el pueblo arrodillado, el Prior fue leyendo
la Consagración de María, según fórmula del Papa.
Por
último los fieles entonaron el himno de la Archicofradía del Sagrado Corazón de
María.
El
próximo domingo harán esta Consagración también, los niños de las Escuelas”.
Hasta ahí la noticia recogida en el
diario Lanza. La Consagración que se hace referencia del Papa Pio XII al Sagrado Corazón de María y que se empleó en
el acto fue la siguiente:
“Oh
Reina del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género
humano, vencedora de todas las batallas de Dios! Ante vuestro Trono nos
postramos suplicantes, seguros de impetrar misericordia y de alcanzar gracia y
oportuno auxilio y defensa en las presentes calamidades, no por nuestros
méritos, de los que no presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de
vuestro maternal Corazón.
En
esta hora trágica de la historia humana, a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón,
nos entregamos y nos consagramos, no sólo en unión con la Santa Iglesia, cuerpo
místico de vuestro Hijo Jesús, que sufre y sangra en tantas partes y de tantos
modos atribulada, sino también con todo el Mundo dilacerado por atroces
discordias, abrasado en un incendio de odio, víctima de sus propias
iniquidades.
Que
os conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores, tantas
angustias de padres y madres, de esposos, de hermanos, de niños inocentes;
tantas vidas cortadas en flor, tantos cuerpos despedazados en la horrenda carnicería,
tantas almas torturadas y agonizantes, tantas en peligro de perderse
eternamente.
Vos,
oh Madre de misericordia, impetradnos de Dios la paz; y, ante todo, las gracias
que pueden convertir en un momento los humanos corazones, las gracias que preparan,
concilian y aseguran la paz. Reina de la paz, rogad por nosotros y dad al mundo
en guerra la paz por que suspiran los pueblos, la paz en la verdad, en la
justicia, en la caridad de Cristo. Dadle la paz de las armas y la paz de las
almas, para que en la tranquilidad del orden se dilate el reino de Dios.
Conceded
vuestra protección a los infieles y a cuantos yacen aún en las sombras de la
muerte; concededles la paz y haced que brille para ellos el sol de la verdad y
puedan repetir con nosotros ante el único Salvador del mundo: Gloria a Dios en
las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
La
noticia de la consagración de la Diócesis
al Sagrado Corazón de María fue publicada en el diario Lanza el jueves 9 de
diciembre del año referido (Año I, Nº 176)
Dad
la paz a los pueblos separados por el error o la discordia, especialmente a
aquellos que os profesan singular devoción y en los cuales no había casa donde
no se hallase honrada vuestra venerada imagen (hoy quizá oculta y retirada para
mejores tiempos), y haced que retornen al único redil de Cristo bajo el único
verdadero Pastor.
Obtened
paz y libertad completa para la Iglesia Santa de Dios; contened el diluvio
inundante del neopaganismo, fomentad en los fieles el amor a la pureza, la
práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, a fin de que aumente en
méritos y en número el pueblo de los que sirven a Dios.
Finalmente,
así como fueron consagrados al Corazón de vuestro Hijo Jesús la Iglesia y todo
el género humano, para que, puestas en El todas las esperanzas, fuese para
ellos señal y prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre
nuestra y Reina del Mundo, también nos consagramos para siempre a Vos, a
vuestro Inmaculado Corazón, para que vuestro amor y patrocinio aceleren el
triunfo del Reino de Dios, y todas las gentes, pacificadas entre sí y con Dios,
os proclamen bienaventurada y entonen con Vos, de un extremo a Otro de la tierra,
el eterno Magníficat de gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús,
en sólo el cual pueden hallar la Verdad, la Vida y la Paz.”
También al gran Papa y doctor mariano,
el venerable Pío XII, consagrado obispo –no por pura casualidad– el 13 de mayo
de 1917, día de la primera de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima y
devotísimo de la advocación bajo la cual la Santísima Virgen manifestó querer
ser honrada, a saber, la de su Corazón Inmaculado, se debe la institución de la
fiesta del Inmaculado Corazón de María del 22 de agosto. El 4 de mayo de 1944 la
Sagrada Congregación de Ritos del 4 de mayo publicaba el decreto, por el que se
extiende a toda la Iglesia con rito doble de segunda clase la Fiesta del
Inmaculado Corazón de María, con misa y oficio propios, aprobados por el
venerable Papa Pacelli.
Momento
que el venerable Pio XII, anuncia la consagración del mundo al Inmaculado
Corazón de María
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