“La
Coronación” en la mañana del Viernes Santo
Sobre las once de la mañana del Viernes
Santo partía la procesión pasionaria de la parroquia de San Pedro. Una pequeña
imagen del Niño Jesús la iniciaba, acompañada de un grupo de niños del Hogar
Provincial. Y enseguida la Hermandad de “La oración en el huerto”, con el
“paso” imitando al famoso de Salcillo de Murcia. Fue su primer hermano mayor y
fundador don Ezequiel Naranjo y los cofrades portaban palmas, algunas con
vistosos dibujos. La segunda Cofradía era la de “La Coronación de Espinas”, a
la que su fundador en 1925, el ilustre abogado y periodista don Francisco
Herencia Mohino, atribuía notable antigüedad de siglos, reinando Carlos V en
España, con el nombre de Hermandad de los flagelantes o disciplinantes y más
tarde con el nombre de Santo Cristo de la Coronación. El entusiasmo del señor
Herencia, con la colaboración de su hermano Manuel y buen número de
ferroviarios, hizo que la Hermandad, en muy corto tiempo, se pusiera a la
altura de las mejores, con ricas túnicas de moaré morado, de modelo original, y
una valiosa colección de estandartes, que logró salvarse, hoy cedidos a la
Cofradía de “El Encuentro”, de la Hermandad Ferroviaria.
El “paso” de la Coronación, portado a
hombros por cincuenta costaleros con largos varales, había sido realizado en
figuras de buen tamaño por el escultor catalán Coscolla. No faltó la discusión
y aún la censura por parte de quienes se mostraban partidarios de tallas al
estilo tradicional, pero lo cierto era que constituía un conjunto grandioso.
Las Hermandades de Jesús Caído, integrada por cofrades del Comercio local, y
del Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas, la más numerosa por aquel entonces
gracias al interés de don Federico Fernández y de la familia Rojas, realzaban
esta procesión de la mañana del Viernes Santo, que era presidida por el párroco
titular don Emiliano Morales, hombre de gran cultura y muy entusiasta de las
tradiciones semanasanteras de la ciudad, que años más tarde demostraría al
orientar y contribuir para la adquisición de nuevas imágenes.
“La
Enclavación” primera cofradía en la procesión del Santo Entierro
Sin duda la procesión del Santo Entierro,
considerada como la oficial por presidirla las autoridades, en la tarde del
Viernes Santo, era la de mayor magnificencia y número de penitentes. Tras la
imagen del Niño Jesús, con túnica negra de terciopelo, guardada por la familia
Ayala, se iniciaba el desfile pasionario con la Hermandad de “La Enclavación”,
monumental “paso” que representaba el monte Calvario, en el momento de ser
clavado Jesús en la cruz y con un total de cinco figuras, no obstante lo cual
era portado a hombros, acompañándose los cofrades de vistosos faroles. Lástima
grande que no se lograra reconstruir la Hermandad en los años cuarenta y se
haya perdido, creemos que ya para siempre, tan emotivo y platico momento de la
pasión. El Cristo de la Piedad, con su impresionante crujir de la cruz por el
balanceo de los portadores, el Santo Descendimiento, otro acertado grupo de un
famoso imaginero, el Sepulcro, con su cohorte de “armaos” y de la Virgen de los
Dolores, que partía de la Catedral para incorporarse junto con el Cristo, en la
calle de Toledo, constituían la magna procesión del Santo Entierro, que presidía
el Obispo, doctor Esténaga, y en la que formaba el Seminario, por aquel
entonces con gran número de seminaristas.
Las procesiones de la Semana Santa, con
la participación de la mujer ciudarrealeña, que acompañaba a la Santísima
Virgen de la Soledad, ataviadas en su mayor parte con mantilla negra y flor
pasionaria, distintivo de esta Real Cofradía, cuya imagen se ha venerado de
siempre en la parroquia de San Pedro.
Era hermano mayor don Enrique Pérez Fernández,
que año más tarde, al constituirse la Comisión Permanente, ocupó el cargo de
secretario.
El lector, si ha tenido la atención de
llegar hasta aquí, habrá podido comprender el obligado recuerdo que en estas
líneas hemos querido para tres Hermandades que no figuran en la Semana Santa capitalina,
aunque una de ellas, la Hermandad Ferroviaria, si lo haga con otro “paso”
distinto al que fuera titular el constituirse en los años veinte.
Creemos haber contribuido a que en la
historia de nuestras procesiones de la Semana Mayor no pudiera dejar de haber constancia,
en su día, de estos tres “pasos”, lamentablemente perdidos.
Cecilio
López Pastor, Diario “La Tribuna de Ciudad Real”, especial Semana Santa,
domingo 24 de marzo 1991, página 22 y 23
La
Hermandad del Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas la mañana del Viernes
Santo en 1913 a su paso por el Prado. En la
fotografía podemos ver los jardines del Prado, el Casino con la antigua
verja y parte del edificio de la Antigua
Academia General de Enseñanza, donde hoy esta el museo provincial. La fotografía fue publicada en la revista Vida Manchega
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