No siempre el paso del tiempo borra las huellas que dejaron los hombres. En el mundo moderno permanecen numerosas señas de identidad de los que habitaron estos lugares durante la Edad Media. Las universidades, la consolidación de nuestro idioma, instituciones un largo etcétera de formas de vida costumbres.
Aún hoy, ciertas celebraciones, comidas, juegos, cantos... nos transportan lejanos tiempos. Son las zonas rurales las pequeñas ciudades donde mejor se conservan estas tradiciones, aunque poco a poco, el ímpetu de la modernidad las vas erosionando haciéndolas desaparecer.
Es en la Baja Edad Media cuando se ve renacer la vida urbana, aunque en convivencia con la rural.
A partir del siglo XII, con el florecimiento de la economía de los reinos cristianos la aparición de una nueva clase social, la burguesía, cuando irán surgiendo de nuevo las ciudades, generalmente sobre antiguos asentamientos.
Alfonso VII, consiguió recuperar Calatrava junto otros castillos de cierta importancia estratégico-militar: Mestanza, Alcudia, Caracuel Almodóvar.
A falta de hombres del rey que la defiendan, entrega la plaza de Calatrava la Orden del Temple, que poco después renunció mantener la fortaleza por temor un posible asedio almohade.
Poco servía la ocupación militar si no se podían cultivar ni defender las nuevas tierras. Era necesario repoblarlas.
Repoblación
Algunos reyes estarán preocupados por obtener de estas tierras riquezas con las que mejorar la calidad de vida de sus habitantes de paso incrementar las arcas de la Hacienda real.
Así Alfonso X, no en vano apodado el Sabio, trató de mejorar el comercio interior en sus tierras, para lo cual favorece la creación de ciudades, de ferias mercados. Estas ciudades de nueva creación no surgirán como en la etapa anterior alrededor de la catedral, sino en el cruce de caminos fin de facilitar el comercio intercambio de productos.
Surgirá pues esta nueva villa (Villa Real) donde se cruza el camino que lleva Toledo (hoy, calle Toledo) el que lleva Calatrava (hoy, calle de Calatrava). En las proximidades de estas cuatro esquinas que forman la calle de Toledo, Calatrava, Feria María Cristina, surgiría esta nueva Villa. Tiene un claro sentido burgués comercial. La Plaza que sirve de mercado, el Ayuntamiento otras dependencias es el núcleo de esta nueva villa, alrededor de esto irá surgiendo los demás elementos:
Su Fundación.
En la Crónica General de España de Alfonso
X, aparece: "....Por un lugar que dicen El Pozuelo de Don Gil, que era
término de Alarcos, entre tanto que llegaban las campañas porque había enviado,
mandó venir gentes de la comarca, mandó que le dijesen Villa Real, ordenó luego
las calles señaló los lugares por do fuese la cerca (muralla). fizo facer luego
una puerta labrada de piedra esta es la que está en el camino que viene de
Toledo, mando los del lugar como ficiesen la cerca".
La Muralla
La muralla en Villa Real, tenía un perímetro de 5.152 varas (4,5 km), limitaba la villa por donde actualmente está situada la Ronda, Tenia 130 torreones siete puertas.
Su finalidad, además de defensiva, tenía una función fiscal jurídica. El vivir en la ciudad concedía ciertos privilegios para tener acceso ella vender productos se debía pagar un impuesto, el llamado portazgo.
Los regidores de la villa, con tal de cobrar mayor cantidad de tributos, evitaban que se pudiera acceder la misma por otro lugar que no fueran sus puertas: la de Toledo, Granada, Alarcos, del Carmen, la Mata, Ciruela, Calatrava.
Sus calles, igual que la mayoría de las ciudades cristianas del medievo, eran estrechas (entre 2,5 m.), sucias con malos olores. En ellas convivían animales personas.
En época de lluvia, el barro casi las
hacia intransitables. Pero, pesar de ello, eran animadas, en ellas se mostraban
los artesanos que tenían el taller con vistas a la calle, donde trabajaban
largas jornadas; Estos artesanos se asocia ban en gremios para favorecer la
venta de sus productos evitar intromisiones. Solían vivir en una misma calle
que podía llevar el nombre del oficio industria. Por ejemplo, la calle
Cuchillería, próxima la Plaza, nos demuestra la importancia de esta industria en
la Villa.
Amalio Astilleros Ramos, diario
“Lanza”, sábado 9 de octubre de 2004
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