La Hermandad del Cristo de la Piedad fue
fundada en 1616, para rendir culto a una imagen del escultor Giraldo de Merlo,
autor del retablo mayor de nuestra catedral, que según la tradición oral dice
que Giraldo de Merlo realizó un Crucificado más pequeño de lo que debiera, para
coronar el retablo mayor de nuestra Catedral, que dejo a custodia del templo
parroquial, y al verlo un grupo de fieles se juntaron para rendirle culto y
crear la cofradía, con la cual procesionarían la tarde-noche del Viernes Santo.
Esta imagen sería destruida por republicanos del Frente Popular en 1936, y en
1939 al reorganizarse la hermandad, adquirió al escultor ciudadrealeño Antonio
L. García Coronado, la imagen de su segundo crucificado.
El 12 de julio de 1946, se acordó en Junta
General, el cambio de la imagen del titular de la hermandad nombrándose una
comisión para este tema, formada por Ángel López López-Salazar y Manuel
González Díaz, Hermano Mayor y Tesorero respectivamente de la Hermandad, que se
trasladaron a Sevilla y se pusieron en contacto con el escultor Antonio
Castillo Lastrucci, llegando a un acuerdo y firmando el contrato el 12 de
noviembre de 1946, por valor de 35.000 pesetas de las cuales 13.000 pesetas
correspondían a la imagen del crucificado ya muerto, y 22.000 pesetas al paso.
La imagen llegó a Ciudad Real el Viernes
de Dolores del año 1947, gracias a la ayuda del entonces Gobernador Civil,
Jacobo Roldán Losada, que solucionó el transporte de la imagen y las andas de
Sevilla a Ciudad Real. La bendición de la nueva imagen y paso la realizó el
Obispo-Prior Emeterio Echeverria, el 31 de marzo el referido año de 1947,
procesionado por primera vez la tarde-noche del Viernes Santo 4 de abril.
Pasada la Semana Santa de este año, la
cofradía celebró Junta General Extraordinaria el 8 de junio, donde entre otros
acuerdos se decidió por unanimidad, el donar la imagen adquirida a Coronado
para que fuese colocada en el calvario que preside el retablo mayor catedralicio,
en sustitución del destruido en 1936.
Con la llegada de la imagen de Castillo
Lastrucci, y con los permisos correspondientes del Cabildo Catedral, se acuerda
ponerla a culto, en una pequeña capilla que da acceso al Camarín de la Virgen
del Prado, junto al Altar Mayor, en el lado del evangelio, capilla que fue
reconstruida por la propia cofradía en 1950, tal y como se puede leer en la
inscripción que aún se conserva en la puerta de entrada. Las obras para adecuar
este espacio para culto, duraron tres años y medio, periodo en el cual la
imagen del crucificado permaneció en la casa particular del Presidente en la
calle Caballeros, siendo colocado en el patio central con fondo de damascos
rojos. Con las grandes obras de restauración, que se realizaron en la Catedral
durante los años sesenta del pasado siglo, el crucificado es colocado
presidiendo la nueva capilla penitencial bendecida e inaugurada tal y como hoy
la podemos ver, el Domingo de Resurrección 2 de abril de 1972, por el
Obispo-Prior, D. Juan Hervás y Benet.
El paso con el que procesionó el
crucificado desde 1947 hasta el año 2008, era como he dicho anteriormente obra
de Castillo Lastrucci, y fue vendido a la Hermandad del Santo Sepulcro de
nuestra ciudad en 2011. El actual paso del año 2008, es obra de los tallistas
sevillanos Francisco Pineda y Felipe Martínez Oliver, encontrándose actualmente
en fase de dorado por los Hermanos González de Sevilla.
Desde el año 1947 y hasta el año 1962 el
paso fue portado a hombros por 48 costaleros asalariados que hacían dos
relevos, uno de ellos en la Plaza de María Inmaculada. En el año 1963 se le
pusieron ruedas al paso, siendo portado de nuevo a dos hombros en 1983, y a
costal a partir del año 1998.
Como datos curiosos decir que el Cristo tiene la firma de su autor en la espalda sobre el paño de pureza, y dentro de uno de sus pies un pergamino con la firma del escultor y los hermanos que intervinieron en el proceso de ejecución y gestión del Cristo. Ha sido restaurado varias veces a lo largo de su historia; la última por Juan Manuel Miñarro López en el 2021. La imagen del crucificado posee y procesiona con potencias en metal dorado y cantoneras del mismo metal en la cruz.
Emilio Martín Aguirre
Es increíble el parecido de este Crucificado con el Crucificado de la Buena Muerte de la Hermandad sevillana de la Hiniesta aunque esto es algo muy usual en la imaginería producida en el taller de Lastrucci.
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