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miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA REBELIÓN DEL REGIMIENTO DE ARTILLERIA DE CIUDAD REAL EN 1929 CONTRA LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA


El Cuartel de artillería de Ciudad Real en 1929

Ciudad Real era una pequeña capital de provincia en la segunda década del pasado siglo XX, donde no se producían noticias de interés general para el resto del país, pero el nombre de nuestra ciudad saltaría a la prensa nacional en enero de 1929 al levantarse el entonces Primer Regimiento de Artillería Ligera, con sede en el cuartel de la Misericordia de Ciudad Real, contra el gobierno de Primo de Rivera con el objetivo de expulsar al dictador del gobierno de España.

En 1929 la Gran Depresión Económica afectaba  a España, la caída de la peseta, la corrupción y el favoritismo, le granjearon al Gobierno cada vez mas enemigos, tanto militares como civiles y con ello los movimientos de subversión. A ello hay que sumar el empeño que el arma de Artillería tenía en conservar la llamada «escala cerrada» que sólo permitía el ascenso por escalafón y rechazaba cualquier promoción por méritos de guerra o por cualquier otra vía de gracia, mérito o favor. Primo de Rivera, aun conociendo muy de cerca lo espinoso del tema, decidió zanjar la cuestión unificando el régimen de ascensos entre las diversas armas y cuerpos del Ejército. La reacción de los artilleros no se hizo esperar y comenzaron a conspirar contra el Dictador para derrotarlo del gobierno.

Durante la sublevación militar la población de Ciudad Real permaneció indiferente, la foto muestra la Plaza Mayor el día de los sucesos

Para comienzos de 1929 hay ultimado un movimiento contra Primo de Rivera. La conspiración cuenta con el asentimiento de algunos generales y guarniciones, y la rebelión debería de estallar simultáneamente en varias ciudades, lanzándose las tropas a la calle la noche del 28 al 29 de enero de una forma simultánea sin esperar que sean otras poblaciones las que inicien la lucha. En toda España estaban comprometidos 21 regimientos de artillería - entre ellos el de Ciudad Real -, más otras fuerzas de Infantería, Caballería e Ingenieros.

El 29 de enero a las 4 de la mañana, la guarnición de Ciudad Real tal y como estaba previsto, se levanta en armas. El Regimiento de Artillería Ligera nº 6, mandado por el coronel Joaquín Paz Faraldo, ocupa los lugares estratégicos de la capital y procede además a detener los trenes. Los jefes y oficiales del regimiento de Artillería, con la complicidad de un grupo de paisanos, ocuparon los edificios oficiales y los bancos, y desarmaron a la Guardia Civil y a la Policía.

Ciudad Real despertaba el 29 de enero de 1929 perpleja y con su rutina alterada: las fuerzas de su guarnición habían tomado la población sin saber que el resto de guarniciones comprometidas no se habían levantado e ignorantes de lo que pasaba en el resto de España. Durante horas aguardaron inútilmente, noticias del levantamiento en otras provincias. De Mérida confirmaron, por teléfono, la ausencia de novedades del resto de España. La alarma y el desaliento empezaron a cundir. A las cinco de la tarde, cuatro sesquiplanos militares dejaron caer unas octavillas sobre los sublevados con el siguiente texto:

España entera está tranquila. Entregaos cuanto antes y volver al cuartel, pues, en caso contrario, de la misma manera que hoy os hemos arrojado estas proclamas, mañana os  bombardearemos”.

El momento de llegar las tropas de Madrid al Cuartel de Artillería ante la mirada de curiosos ciudadrealeños

Los desanimados artilleros celebraron una reunión, presidida por el Coronel D. Joaquín Paz Faraldo, que era, además, Gobernador Militar de la Plaza, en la que acordaron someterse; decisión que fue comunicada por teléfono al Capitán General de la Primera Región. A las tres de la madrugada del día 30, ya se habían rendido y vuelto al cuartel, llegando a Ciudad Real los efectivos de los regimientos de Wad-Ras y León y de Zapadores minadores, además de un escuadrón de Lanceros, de Alcalá de Henares.

El Teniente Coronel de la Guardia Civil, D. Carlos Ochotorena, que había sido detenido por los artilleros, pasaba durante horas al mando de la Plaza, que entregó al General Orgaz donde estuvo brevemente el General Sanjurgo con poderes especiales; quien solamente tuvo que comunicar al Gobierno el absoluto restablecimiento de la normalidad en la Capital manchega.

Ciudad  Real seria castigada con la pérdida del regimiento y dejándola sin guarnición, los jefes y oficiales fueron procesados, y cuatro de ellos condenados a muerte, aunque no se ejecutó ninguna sentencia, reponiéndose a los encartados, al fenecer la Dictadura. El gobierno tomó rigurosas medidas represivas contra el cuerpo de Artillería. Por Real Decreto del 19 de febrero de 1929, se disolvió el arma de Artillería en cuyo encabezamiento dice:

 Disolución del Arma de Artillería “Vivero propicio al cultivo de todas las rebeldías”, y prohibición del uso del uniforme a sus miembros. También queda prohibido para los alumnos de la Academia de Artillería. Con esto, quedaba también cerrada  la Academia de Segovia.

El nombre de Ciudad Real se asomó a la Historia de España aquel 29 de enero de 1929, solo el nombre de nuestra ciudad ya que los ciudadrealeños en sí vivieron indiferentes al pleito de los artilleros con la Dictadura de Primo de Rivera y aquel día permaneció tranquila, ajena casi, aunque con expectante curiosidad, al hecho que la hacía entrar de rondón en la historia de los hechos contemporáneos. Pues tal importancia tuvo la sublevación del 1º Ligero, que bien puede considerarse aquel suceso como el principio del fin del gobierno de Primo de Rivera, ya que al año justo presentaba su dimisión el General Miguel Primo de Rivera y se exiliaba a París.

El General Orgaz, nombrado gobernador militar de la plaza de Ciudad Real, acompañado del Coronel Liniers, jefe de la columna que llegó de Madrid, saliendo del edificio del Gobierno Militar de Ciudad Real

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