El
Cuartel de artillería de Ciudad Real en 1929
Ciudad Real era una pequeña capital de
provincia en la segunda década del pasado siglo XX, donde no se producían
noticias de interés general para el resto del país, pero el nombre de nuestra
ciudad saltaría a la prensa nacional en enero de 1929 al levantarse el entonces
Primer Regimiento de Artillería Ligera, con sede en el cuartel de la
Misericordia de Ciudad Real, contra el gobierno de Primo de Rivera con el
objetivo de expulsar al dictador del gobierno de España.
En 1929 la Gran Depresión Económica
afectaba a España, la caída de la
peseta, la corrupción y el favoritismo, le granjearon al Gobierno cada vez mas
enemigos, tanto militares como civiles y con ello los movimientos de
subversión. A ello hay que sumar el empeño que el arma de Artillería tenía en
conservar la llamada «escala cerrada» que sólo permitía el ascenso por
escalafón y rechazaba cualquier promoción por méritos de guerra o por cualquier
otra vía de gracia, mérito o favor. Primo de Rivera, aun conociendo muy de
cerca lo espinoso del tema, decidió zanjar la cuestión unificando el régimen de
ascensos entre las diversas armas y cuerpos del Ejército. La reacción de los
artilleros no se hizo esperar y comenzaron a conspirar contra el Dictador para
derrotarlo del gobierno.
Durante
la sublevación militar la población de Ciudad Real permaneció indiferente, la
foto muestra la Plaza Mayor el día de los sucesos
Para comienzos de 1929 hay ultimado un
movimiento contra Primo de Rivera. La conspiración cuenta con el asentimiento
de algunos generales y guarniciones, y la rebelión debería de estallar
simultáneamente en varias ciudades, lanzándose las tropas a la calle la noche
del 28 al 29 de enero de una forma simultánea sin esperar que sean otras
poblaciones las que inicien la lucha. En toda España estaban comprometidos 21
regimientos de artillería - entre ellos el de Ciudad Real -, más otras fuerzas
de Infantería, Caballería e Ingenieros.
El 29 de enero a las 4 de la mañana, la
guarnición de Ciudad Real tal y como estaba previsto, se levanta en armas. El
Regimiento de Artillería Ligera nº 6, mandado por el coronel Joaquín Paz
Faraldo, ocupa los lugares estratégicos de la capital y procede además a
detener los trenes. Los jefes y oficiales del regimiento de Artillería, con la
complicidad de un grupo de paisanos, ocuparon los edificios oficiales y los
bancos, y desarmaron a la Guardia Civil y a la Policía.
Ciudad Real despertaba el 29 de enero de
1929 perpleja y con su rutina alterada: las fuerzas de su guarnición habían
tomado la población sin saber que el resto de guarniciones comprometidas no se
habían levantado e ignorantes de lo que pasaba en el resto de España. Durante
horas aguardaron inútilmente, noticias del levantamiento en otras provincias.
De Mérida confirmaron, por teléfono, la ausencia de novedades del resto de
España. La alarma y el desaliento empezaron a cundir. A las cinco de la tarde,
cuatro sesquiplanos militares dejaron caer unas octavillas sobre los sublevados
con el siguiente texto:
“España
entera está tranquila. Entregaos cuanto antes y volver al cuartel, pues, en
caso contrario, de la misma manera que hoy os hemos arrojado estas proclamas,
mañana os bombardearemos”.
El
momento de llegar las tropas de Madrid al Cuartel de Artillería ante la mirada
de curiosos ciudadrealeños
Los desanimados artilleros celebraron
una reunión, presidida por el Coronel D. Joaquín Paz Faraldo, que era, además,
Gobernador Militar de la Plaza, en la que acordaron someterse; decisión que fue
comunicada por teléfono al Capitán General de la Primera Región. A las tres de
la madrugada del día 30, ya se habían rendido y vuelto al cuartel, llegando a
Ciudad Real los efectivos de los regimientos de Wad-Ras y León y de Zapadores
minadores, además de un escuadrón de Lanceros, de Alcalá de Henares.
El Teniente Coronel de la Guardia Civil,
D. Carlos Ochotorena, que había sido detenido por los artilleros, pasaba
durante horas al mando de la Plaza, que entregó al General Orgaz donde estuvo
brevemente el General Sanjurgo con poderes especiales; quien solamente tuvo que
comunicar al Gobierno el absoluto restablecimiento de la normalidad en la
Capital manchega.
Ciudad
Real seria castigada con la pérdida del regimiento y dejándola sin
guarnición, los jefes y oficiales fueron procesados, y cuatro de ellos
condenados a muerte, aunque no se ejecutó ninguna sentencia, reponiéndose a los
encartados, al fenecer la Dictadura. El gobierno tomó rigurosas medidas
represivas contra el cuerpo de Artillería. Por Real Decreto del 19 de febrero
de 1929, se disolvió el arma de Artillería en cuyo encabezamiento dice:
Disolución del Arma de Artillería “Vivero propicio al cultivo de todas las
rebeldías”, y prohibición del uso del uniforme a sus miembros. También
queda prohibido para los alumnos de la Academia de Artillería. Con esto,
quedaba también cerrada la Academia de
Segovia.
El nombre de Ciudad Real se asomó a la
Historia de España aquel 29 de enero de 1929, solo el nombre de nuestra ciudad
ya que los ciudadrealeños en sí vivieron indiferentes al pleito de los
artilleros con la Dictadura de Primo de Rivera y aquel día permaneció
tranquila, ajena casi, aunque con expectante curiosidad, al hecho que la hacía
entrar de rondón en la historia de los hechos contemporáneos. Pues tal
importancia tuvo la sublevación del 1º Ligero, que bien puede considerarse
aquel suceso como el principio del fin del gobierno de Primo de Rivera, ya que
al año justo presentaba su dimisión el General Miguel Primo de Rivera y se
exiliaba a París.
El
General Orgaz, nombrado gobernador militar de la plaza de Ciudad Real,
acompañado del Coronel Liniers, jefe de la columna que llegó de Madrid,
saliendo del edificio del Gobierno Militar de Ciudad Real
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