Ayer domingo día 15, asistí en la Santa
Catedral Primada de Toledo invitado personalmente por D. Ángel Fernández Collado, a su Ordenación
Episcopal.
D. Ángel es un buen sacerdote, que será
un buenísimo Obispo. Amante de la historia y de la Religiosidad Popular, como demostró
ayer nombrando a las imágenes de más devoción de su pueblo natal la localidad
toledana de Los Cerralbos.
Lugar
donde seguí la ceremonia invitado por D. Ángel
La Eucarística comenzó a las seis de la
tarde y duro más de dos horas, siendo el Arzobispo de Toledo, Primado de
España, D. Braulio Rodríguez Plaza, quien presidió la ceremonia y junto a él
los Cardenales Francisco Álvarez y Antonio Cañizares, antiguos Arzobispos de Toledo, y el Nuncio Apostólico en España,
Renzo Fratini. Las lecturas, varios cánticos y el Evangelio precedieron al rito
de ordenación, bajo la atenta mirada de D. Ángel Fernández Collado, arropado
por la presencia de Obispos y Arzobispos
de buena parte de España, incluidos los que también ejercieron su ministerio en
Toledo durante un tiempo como Obispos Auxiliares, como D. Ángel Rubio y D.
Carmelo Borobia.
La lectura de la bula del Papa
Francisco, que le nombró Obispo Auxiliar en junio, cobró un especial
significado por su cercanía y la exaltación de los valores de este buen
sacerdote, conocido por «sus dotes de
humanidad y su celo religioso». Además, el Papa recomienda en la carta que fomente con el Arzobispo un
«vínculo de caridad y concordia» para ejercer un buen ministerio.
El rito de la ordenación comenzó con el
Himno ‘Veni, Creator Spiritus’. A continuación, Rodríguez Plaza pronunció una
sentida homilía dirigida especialmente al ordenado y un exhaustivo examen de fe
y del futuro ministerio como manda la antigua regla de los Santos Padres.
La
ceremonia duro cerca de dos horas
Antes de las letanías se llevó a cabo la
súplica litánica y Fernández Collado se postró en el suelo. A continuación, se
arrodilló ante el Arzobispo para que éste impusiera las manos sobre su cabeza,
gesto que repitieron el resto de Obispos en silencio. Además, Rodríguez
Plaza siguió el riguroso ceremonial y
posó el libro de los Evangelios abierto sobre su cabeza durante la plegaria de
ordenación y terminó poniéndole el anillo, la mitra y el báculo antes de
invitarle a que tomase asiento entre los obispos concelebrantes.
D.
Ángel recorriendo la Catedral de Toledo tras su ordenación episcopal
Tras la comunión el
nuevo obispo auxiliar recorrió el templo bendiciendo a los fieles, el recorrido
por las naves de la Catedral entre aplausos resultó muy emotivo. Fernández
Collado saludó y bendijo a los congregados con detenimiento y no pudo disimular
la emoción por el cariño con el que le obsequiaron los toledanos y los vecinos
de Los Cerralbos, que no quisieron perderse su ordenación en la Catedral.
«Gracias a Dios que me
ha hecho hijo suyo», apuntó al inicio de su alocución, tras agradecer también a
la Iglesia porque a través de ella ha recibido lo mejor de su vida. Aseguró que
ejercerá el ministerio «con entrega y
humildad» -además de compatibilizarlo con su cargo de vicario general- como
lleva haciendo desde que se ordenó sacerdote. También hubo palabras de
agradecimiento hacia Rodríguez Plaza, a
quien también prometió esfuerzo. «Pondré mi vida y mi corazón en ayudar
a Jesucristo».
Junto
al báculo episcopal de D. Ángel en la Catedral toledana
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