Ayer a las 18:00 horas el repique de las
campanas catedralicias y la quema de fuegos artificiales, anunciaban a los
ciudadrealeños que su Patrona, Nuestra Señora del Prado, había abandonado el
camarín para ser colocada en su paso de salida, con motivo del 50 Aniversario
de su Coronación Pontificia, lugar en el que permanecerá hasta el próximo 28 de
mayo.
La imagen de la Virgen luce en el paso
el actual manto de camarín, regalado en 1917 en acción de gracias, por Dª. María
de la Concepción y María de la Asunción Jarava
y Muñoz, Manuel
y Luis Mac-Crohon y Acedo –Rico,
residentes en Madrid y emparentados con linajudas familias manchegas, conociéndose desde entonces como manto de “los
Mac-Crohon”.
El manto fue bordado en oro por las Religiosas Adoratrices de
Madrid, sobre raso blanco-crema, y fue concebido en un principio como manto de
procesión. Lo estrenó la antiquísima y desaparecida imagen de la Virgen del
Prado, en su salida procesional de 1917. Este manto fue, junto al de los Condes
de la Cañada, los únicos que se salvaron de su desaparición en 1936,
cuando fue asaltada la Catedral por republicanos de izquierdas, destruyendo la
imagen de la Virgen y robando todo su tesoro.
Terminada la Guerra Civil, fue recuperado
por la Ilustre Hermandad de la Virgen del Prado, al esconderlo la cocinera del
Gobierno Civil en una dependencia de ese edificio. A partir de 1939 y hasta 1946,
que se recupera el manto ya citado de los Condes de la Cañada, fue el manto que
utilizó la nueva imagen de la Virgen del Prado para sus fiestas de agosto.
Con la realización de la actual talla de
la Virgen del Prado en 1950, y de su nuevo paso procesional en 1954, el manto
no se le volvió a poner a la imagen para su salida al quedársele corto. Por
este motivo la Corte de Honor, con el fin de recuperar el manto para el culto,
acuerda en el año 1998, cortarle la cola y hacerle los arreglos necesarios para
que se convirtiera en un manto corto de camarín, contactando con los
descendientes de la familia Mac-Crohon, sus
hijos: Exmo. Sr.
D. Juan Ignacio,
Josefina Pellón Medina y Pilar Jarava Mac-Chroon, y nietos:
D. Alfonso Ruiz
de la Prada
y Paloma Mac-Crohon
y Garay, quienes asumirían el
coste de su transformación. Poniéndose desde entonces el manto a la Virgen,
solo el día del Corpus Christi.
El pasado año 2016, la Corte de Honor de
la Virgen del Prado, al guardar los trozos de la cola del manto que se le
quitaron en su día, decidió su restauración, pasando los bordados del manto a
nueva tela e incorporando a esta, los
bordados conservados de la antigua cola. Estos trabajos han sido realizados en
el taller de bordados de oro y seda, de D. Joaquín Salcedo de Málaga, quien ha
pasado los bordados con pedrería a nueva tela de raso de seda natural, llevando
en la parte central del mismo y posterior de la imagen de la Virgen, el
anagrama mariano. Con este manto permanecerá la imagen toda la Novena, colocándole
posteriormente el manto de los Condes de la Cañada, manto con el cual fue
coronada pontificiamente en 1967.
Cuando estrenó la imagen de la Virgen en
1917 el manto de los Mac-Crohon, también estrenó una toca de tul bordada en
oro, regalo del industrial D. Carmelo Coello; y da la casualidad que ahora que
se le pone por primera vez el manto restaurado a la Virgen, también estrena
toca de tul realizada a mano y donada a
la imagen de la Virgen por Dª. Petra Cañizares Arroyo.
Por último comentar los lacitos de color
rojo, que se le han puesto en las
campanillas de las ráfagas para esta efeméride, recuperando así una tradición que
se puede ver en todos los cuadros pintados de la Virgen del Prado, en los
siglos XVIII y XIX.
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