El puente viejo de Alarcos se localiza
en un encajonamiento natural del río Guadiana. A lo largo de la historia, ha
significado un paso importante pues, desde la época romana, está integrado en
la calzada que unía Toledo con Sevilla.
D. Inocente Hervás y Buendía, en su “Diccionario
Histórico, Geográfico, Biográfico y Bibliográfico de la Provincia de Ciudad
Real”, nos dice lo siguiente de este puente: “La población de Alarcos, su desarrollo y riqueza, determinarían no sólo
la existencia de este puente, sino sus condiciones de seguridad. Al construir
los romanos la calzada de Toledo a Sevilla, señalándole para el cruce del
Guadiana, diéronle una existencia oficial que no le abandonará nunca, sujetándose
su conservación a las leyes por las
cuales se rija la nación. En él existía una lápida de su reconstrucción en 1310
bajo la dirección del superior de los Dominicos, trasladada al molino y el
ayuntamiento custodia en su Índice una Provisión de los Reyes al Obispo de
Córdoba, presidente de esta Audiencia -1495- para este concejo y otra de
Fernando VI -1758- para que los pueblos de Toledo, Alcaraz, Infantes y Almagro
concurran a su reparación y a la de Doña Olalla y Morena. En los años
posteriores recibió varias reparaciones, siendo la más importante la de 1800
por tener dos ojos hundidos; al hacer pasar por él la carretera de Piedrabuena
lo puso bajo la custodia del Estado”.
A mediados del siglo XX, más
concretamente en 1957, el puente fue restaurado al sufrir grandes desperfectos
ocasionados por las lluvias caídas en ese año. Una nueva reparación sufrió en enero de 1986 al tener dañado el pavimento y los sillares separados
en tres bóvedas de los arcos. La última intervención sobre este puente se produciría
en enero de 1988, al tener que restaurarse dos arcos del puente.
El viernes 13 mayo de 1988 quedó abierto
al tráfico el nuevo puente de Alarcos construido aguas arriba. El nuevo puente
tiene una longitud de 220 metros y supuso una inversión de 160 millones de
pesetas.
A partir de esta inauguración, comienza
el abandono y deterioro del viejo puente, quedando sólo como servicio a las
carreteras de Poblete (CR-P-4128) y Corral de Calatrava (CR-P-4129), siendo declarado
como un Bien de Interés Cultural.
El viejo puente tiene cinco ojos a modo
de arcos de medio punto abovedados con imposta y un caz para la fábrica de
harinas, franqueados por contrafuertes. El petril también es de piedra.
Ojala pronto se hagan realidad los proyectos para recuperar esa zona y potenciarla
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