Miniatura
de Santa María de Alarcos del siglo XVI
Ciudad Real celebra este fin de semana
diferentes actos en honor de Nuestra Señora de Alarcos, devoción mariana de
nuestra ciudad que congrega a miles de romeros en torno a su imagen cada lunes
de pentecostés.
Tres imágenes de la Virgen de Alarcos
tenemos documentadas, que a lo largo de los siglos han recibido culto en la histórica
ermita. La más antigua era una imagen de estilo gótico del siglo XV o
principios del XVI, destruida en 1936.
La primera descripción de esta imagen la
podemos observar en unas miniaturas incluidas en una “Ejecutoria librada a petición del Consejo, Justicia y Regimiento de
Ciudad Real, por el Presidente y Oidores de la Cancillería de Granada; por
mandamiento de Felipe II el 20 de junio de 1562” (Archivo Histórico
Nacional. Sección de Códices y Cartularios. Asignatura 1.024,b). En esta
miniatura aparece la Virgen de pie delante de una colina; vestida a la romana
con túnica y manto plegado que le cubre desde su cabeza; sostiene al Niño Jesús
en sus brazos y éste sujeta con la mano izquierda un pájaro; la rodea una cinta
o filacteria blanca donde se lee: “Benedictus Dominus Deus Israel quía
visitauit el fecit redemp tienen plebis suae”; teniendo en la parte alta, a la
derecha una torre de castillo (representa la antigua fortaleza de Alarcos) y,
sobre ella, una ermita con una espadaña o campanario; a la izquierda, el río
Guadiana, el puente y molino de Alarcos; también en el lado izquierdo, hacia el
centro, el humilladero; y más abajo, a los pies de la Virgen y bajo su
protección, las casas e iglesias con sus torres de Ciudad Real y murallas
almenadas.
Antigua
imagen de Santa María de Alarcos del siglo XV o principios del XVI (Archivo
López de la Franca)
Existen varias descripciones, en obras
publicadas en el siglo XIX y comienzos del XX, de la antigua imagen de la
Virgen de Alarcos, pero quien verdaderamente hace un estudio iconográfico de la
susodicha imagen, es Inocente Hervás, publicándole en su célebre y notable “Diccionario
histórico, geográfico,…. de la provincia de Ciudad Real” (1º edición 1880); y
dice que “Es la santa imagen de mármol, y
de pié su postura, de rostro amable y gracioso, no exento de majestad. Sobre su
cabeza rica y bien plegada toca; está vestida a la romana con túnica y manto;
airosamente plegado y recogido por los dos lados, forman vistosas caídas.
Sostiene al Niño con el brazo izquierdo y éste al manto con su mano derecha, mientras
en la izquierda tiene un pájaro; el que por la distancia no hemos podido
clasificar, ni por tanto interpretar su simbolismo. Perfectamente definidos los
caracteres de esta venerada imagen, los que nos dicen ser del mismo tiempo que su
ojival iglesia, no hay que extendernos en ampliar las consideraciones y pruebas…”
Bernardo Portuondo en su “Catalogo
Monumental de la Provincia de Ciudad Real” publicado en 1917, sigue casi
literalmente a Inocente Hervás, en cuanto a la descripción de la artística
imagen, pero cuando se dice que en la mano izquierda tiene el Niño un pájaro,
añade que “es símbolo del alma inocente o
del pecador desde los siglos XII y XIV en adelante”.
Fotografía
de Santa María de Alarcos de mediados del siglo XIX, donde aparece vestida (Archivo
López de la Franca)
Esta imagen con el paso de los siglos se
fue deteriorando tal y como nos lo recuerda Joaquín Gómez Fernández, en su “Historia de la Ciudad de Ciudad Real y estracto histórico de España y
lista de sus reyes, casamientos y muertes” escrita en 1840; cuando dice que
“es de piedra de Alabastro y hermosa
taifa. La tienen gran devoción los habitantes de Ciudad Real…; como la estatua
de alabastro de mucho peso, perdió la elegante vestidura…; y con el tiempo y
otras circunstancias se rompió por la cabeza y brazo derecho, desgraciándose
notablemente la figura y hermoso ropaje de la Madre e del Hijo. Por tan
poderoso motivo fue necesario vestirla toda con dos manos postizas; y para no
destrozarla más, conserva la mano izquierda que sostiene al Niño sin verse, y
él enseña un colorín”.
Hay algunos documentos gráficos que
demuestran lo escrito por Joaquín Gómez, donde aparece la Virgen y el Niño
vestidos. Imagen que fue restaurada en 1860, al igual que toda la ermita, volviéndose
a mostrar a la veneración de los fieles en talla sin los mantos y sayas de rica
tela.
La imagen permaneció en su ermita hasta
el inició de la Guerra Civil Española en 1936, siendo destruida en el citado
año. Según Jorge Sánchez Lillo en su obra publicada en 1984 sobre “Nuestra Señora de Alarcos. Estudio Histórico e Iconográfico de la
Sagrada Imagen” nos dice que: “tras
de consultar a distintas personas de nuestra Ciudad, todas ellas dignas de
crédito, que vivieron la triste t salvaje guerra civil (1936-39), sabemos que
la imagen de Santa María de Alarcos “fue hundida en el río Guadiana”; otros, en
cambio, aseguran que quedó “destrozada por completo”. Las noticias verbales se
contradicen como podemos comprobar; pero sea una u otra la causa, lo cierto es
que la venerada Virgen de Alarcos desapareció para siempre en el período de
nuestra última guerra civil”.
La
desaparecida Virgen de Alarcos a principios del siglo XX en su salida
procesional del lunes de pentecostés (Archivo
López de la Franca)
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