Desparecida la histórica imagen de la
Virgen de Alarcos en 1936, una vez acabada la Guerra Civil, comienza la reconstrucción de toda la imaginería
religiosa destruida en Ciudad Real, por los republicanos extremistas de izquierdas.
Una de las devociones que había que
reconstruir, era la de Nuestra Señora de Alarcos. Para ello surgió entre los
ferroviarios ciudadrealeños, la iniciativa de realizar una suscripción con el
fin de recaudar fondos para la adquisición de una nueva imagen de la Virgen. La
colecta fue pobre, no llegó a lo calculado y por este motivo se optó encargar
una imagen de cemento al escultor ciudadrealeño, D. Antonio Lorenzo García Mora
Coronado. Un escultor de familia de artistas, que fue escultor, ilustrador y
profesor de la escuela de Artes y Oficios de nuestra ciudad. Su padre fue el
maestro vaciador, D. Joaquín García Coronado y entre sus hermanos se encontraba
el también escultor Felipe García de Mora, que en homenaje a su padre utilizará
como apellido artístico, el segundo de aquél, Coronado.
El
escultor Antonio Lorenzo García Mora Coronado con la imagen de la Virgen de
Alarcos realizada en 1940
La imagen de la Virgen realizada por
Antonio Lorenzo, seguía la iconografía de la talla destruida de la Virgen de
Alarcos, a excepción de la imagen del Niño Jesús, que en vez de llevar en su
mano izquierda el pájaro como la antigua imagen, lleva una bola coronada con
una cruz.
Esta imagen fue puesta al culto en la
ermita de Alarcos en 1940, celebrando los ciudadrealeños por primera vez su romería
tras la Guerra Civil, en el citado año. Siendo sustituida en 1950 por la actual, obra de los escultores valencianos José María Rausell Montañana
y Francisco Llorens Ferrer.
La imagen de la Virgen de Alarcos
realizada por Antonio Lorenzo, aún se conserva en la ermita en el camarín de la
Virgen, aunque se encuentra muy deteriorada y necesitaría una restauración.
La
imagen de la Virgen se encuentra muy deteriorada en el camarín de la ermita
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