La
primera vez que visitó Don Juan Carlos Ciudad Real, fue siendo Príncipe de
España el 13 de diciembre de 1971
Ayer nos sorprendía a todos los
españoles, la abdicación de su Majestad el Rey de España, D. Juan Carlos I de
Borbón y Borbón-Dos Sicilias. Un Rey cercano que de manera oficial ha visitado
dos veces Ciudad Real capital, una como Príncipe de España y otra como Rey de
España.
La visita como Príncipe de España la
efectuó el lunes 13 de diciembre de 1971, llegando a nuestra ciudad a las
cuatro de la tarde y entrando a la misma por la calle Toledo, dirigiéndose
hacia la entonces Plaza del Generalísimo y siendo recibido en el Ayuntamiento
por el entonces Ministro de Hacienda, señor Monreal Luque, varias autoridades
nacionales y todas las autoridades provinciales y locales. En la Plaza del Generalísimo tras escuchar el himno
de España, paso revista a una batería del Regimiento de Artillería de
Información y Localización que entonces tenía su sede en nuestra ciudad.
El
entonces Príncipe de España firmando en el libro de honor del ayuntamiento
Posteriormente acompañado del entonces
Alcalde de Ciudad Real, D. Eloy Sancho García, se dirigió al balcón del
ayuntamiento donde fue aclamado por los ciudadrealeños que llenaban la Plaza
del Generalísimo y donde el alcalde pronunció unas palabras en las que le dió la
bienvenida a la capital de la Mancha. El entonces Príncipe respondió al Alcalde
con las siguientes palabras: “Gracias,
alcalde por vuestras palabras y gracias, Ciudad Real, por vuestro recibimiento.
Espero volver pronto para conoceros mejor, estar entre vosotros y saber
directamente de vuestras preocupaciones y vuestras realidades. Espero poder volver
con la princesa para que la conozcáis. No tengo más que una palabra que
deciros: Hasta pronto”.
Seguidamente don Juan Carlos, y las
autoridades pasaron al despacho de la Alcaldía donde el Príncipe firmó en el
libro de honor del Ayuntamiento, haciéndole entrega la primera autoridad local,
de una copia en pergamino de la Carta Puebla, de la ciudad, así como del acta
en que el Pleno de la Corporación por unanimidad, acordó dar el nombre de S. A.
R. al complejo deportivo que posteriormente se inauguraría con el nombre de
Príncipe Juan Carlos. Una vez concluida la visita en la Casa Consistorial, el
entonces Príncipe se dirigió hacia Almadén.
El
No-Do se hizo eco de la visita de los Reyes a Ciudad Real en noviembre de 1978
Una vez proclamado Rey Don Juan Carlos,
visitó de nuevo Ciudad Real, esta vez acompañado de su majestad la Reina Dª.
Sofía, el miércoles 8 de noviembre de 1978. Llegaron a nuestra ciudad en
helicóptero a las cinco y media de la tarde, aterrizando este en el
polideportivo “Príncipe Juan Carlos”. Desde este lugar en automóvil se
dirigieron a la actual calle Alarcos,
entonces Avenida de los Mártires, pasando por las calles Mata, General Rey,
Plaza del Pilar, Avenidas del Rey Santo, Almirante Carrero Blanco y de los
Mártires. Una vez en la calle de los Mártires se interpretó el himno nacional
por la banda de música del Regimiento de Inmemorial del Rey, rindiendo honores
una batería del desaparecido Regimiento de Artillería de Información y
Localización.
Una vez recibido honores militares, se
dirigió a pie hacia el ayuntamiento, siendo recibido a la altura del Pasaje
Gutiérrez Ortega por el entonces alcalde
de Ciudad Real, D. José Ruiz Lorente, haciéndole entrega del bastón de mando de
alcalde. Una vez en el ayuntamiento se le hizo entrega a la reina de un ramo de
flores y de una medalla de la Virgen del Prado, descubriéndose después una
lápida como recuerdo de la visita en el vestíbulo de la casa consistorial. Una
vez en el balcón del ayuntamiento, el Alcalde pronunció unas palabras dándole
la bienvenida, siendo contestado por el Rey con el siguiente discurso:
El
entonces Alcalde de Ciudad Real, D. José
Ruiz Lorente, haciéndole entrega del bastón de mando de alcalde al Rey en la
calle Alarcos
“Varios
son los motivos por los que la palabra “gracias” ha de salir de mis labios en
esta querida ciudad. La reina y yo, os damos gracias por el recibimiento tan
cariñoso, tan sincero, tan noble, que nos habéis ofrecido.
Gracias
también porque al citar aquí los conceptos de juventud y sencillez referidos a
nuestras personas, vuestro alcalde no ha hecho más que exaltar tres condiciones
que distinguen a Ciudad Real y a su provincia toda: juventud, sencillez y
grandeza.
Esta
ciudad y estas tierras han sabido extraer de su gloriosa antigüedad un
verdadero secreto de pujanza juvenil. Ciudad real, como la Mancha y sus otras
comarcas vecinas, son hoy jóvenes porque
son emprendedoras y vitales; los son porque saben laborar con alegría, ilusión
y empeño.
Y
todo esto, además lo hacen con sencillez y grandeza, con esa grandeza y
sencillez, tan proverbiales vuestras, como lo son asimismo la hospitalidad y la
lealtad.
Ello
explica aún mejor nuestro vivo deseo de venir a Ciudad Real, de encontrarnos
entre vosotros, de hablaros y veros en vuestra propia casa. Esta aspiración se
cumple ahora con creces.
Los
Reyes saludando desde el balcón de nuestro ayuntamiento
Gracias,
en fin, porque habéis sabido hablarme con claridad. Precisamente nuestro viaje
a Ciudad Real responde al propósito de conoceros más de cerca, y a la vez estar
presente en vuestros anhelos, necesidades y proyectos.
El
Rey está y estará siempre a vuestro lado, con Ciudad Real y su pueblo, según
corresponde a la propia naturaleza de la Institución monárquica que se encarna
en mi persona.
Sentido
especial tiene aquí esta afirmación, porque, como habéis subrayado, vuestra
ciudad fue real desde su fundación, por Alfonso el Sabio en 1255, quien la
llamó con el bello y expresivo nombre de Villarreal.
Antes
y después, estas anchas tierras fueron escenario de hechos memorables, y cuna
de ilustres personalidades. Desde un García Jofre de Loaysa, descubridor por
tierras de Oceanía, un Hernán Pérez del Pulgar, el de las “Hazañas”, un Diego
de Almagro, conquistador y adelantado, hasta un Bernardo de Balbuena, el poeta
épico del “Bernardo del Carpio”.
Aquí
nacieron varones como Santo Tomás de Villanueva, que vio la luz en Fuenllana, y
fue predicador de Carlos V y arzobispo de Valencia, o Juan Bautista de la
Concepción, de Almodóvar del Campo, reformador de la Orden Trinitaria, o,
figura grandiosa, la de San Juan de Ávila, maestro espiritual de los santos
españoles, en el siglo XVI. Y tantos otros personajes ilustres.
La
Plaza Mayor, entonces llamada Plaza del Generalísimo, se encontraba repleta de
público
Santa
Teresa de Ávila, otro modelo de grandeza, y sencillez anduvo por aquí fundando
sus “palomaricos” carmelitanos. (Malagón, Daimiel, Almodóvar) Y, en orden a la
cultura, es admirable ese “Corral de Comedias” de Almagro ejemplar único, entre
los de su género, durante el Siglo de Oro.
Hoy
día en el trabajo del espíritu como en el esfuerzo de los brazos, seguís dando
a la Patria hombres y mujeres que son ejemplo de un presente activo y creador y
de un futuro más pleno en dicha y bienestar.
Es
cierto, muy cierto que en largos periodos de la historia, pasó sobre vuestros
llanos y montes el fantasma trágico de la escasez material. Pero es también
verdad que os levantasteis, y habéis de seguir levantando, mediante el
razonable tránsito a la industrialización, sin abandonar la tradicional
actividad agrícola y ganadera, no desmayando en las iniciativas y prosperando
siempre en la solidaridad.
Gran
empresa, en especial, para la juventud, esperanza máxima de nuestros afanes.
Todo
lo necesitan, y lo merecen Ciudad Real y sus tierras.
Antaño
fueron las calzadas romanas que aún nos marcan el sentido de la comunicación:
las cañadas, ventas y molinos que encendieron la fantasía de Cervantes. Hoy el
progreso nos abre nuevas vías, y por ellas caminaremos. “Desfaciendo”, de paso,
cuantos entuertos se nos quieran oponer.
Don
Juan Carlos dirigiéndose a los ciudadrealeños desde el balcón del ayuntamiento
Porque
Don Quijote no morirá jamás. Gracias a su figura, que es a la vez de alma y de
carne y hueso, la seca Mancha de los siglos pasados resumió ante el mundo la
imagen de todos los heroísmos.
Ciudad
Real, gentil, hospitalaria y trabajadora, tiene un puesto de honor en los
derroteros españoles. Vuestra excelsa patrona la Virgen del Prado, nos guie por
ellos.
Dejadme
ahora que os repita las gracias y os dejo aquí nuestro mejor saludo”.
Las palabras del Rey fueron acogidas con
una gran ovación, pasando posteriormente al salón de sesiones, donde firmó en
el libro de honor, desplazándose a continuación al recién construido Hospital
Provincial.
Los Reyes se hospedaron en el
desaparecido Hotel Castillos, donde después de cenar en privado, se reunieron
con las autoridades y parlamentarios de la provincia. Al día siguiente
visitaron varios pueblos de la provincia, regresando a las 17:15 horas en
helicóptero a Madrid.
El No-Do realizó un reportaje de la
visita, cuyas imágenes se pueden ver pinchando el siguiente enlace: http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-1869/1465503/
Sus
Majestades los Reyes de España en el Hospital Provincial
La tercera y última vez que han estado
los Reyes en nuestra ciudad, fue el 4 de octubre de 2005, para presidir el acto
de apertura del curso universitario 2005-2006 en el Paraninfo de la Universidad
de Castilla-La Mancha.
Su
Majestad el Rey firma, el 4 de octubre de 2005, en el libro de honor de la
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha
en Ciudad Real tras presidir el acto de apertura del curso universitario
2005-2006
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