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domingo, 9 de octubre de 2016

DESCUBRIMIENTO DE ALGUNAS PIEZAS DEL PORTA-PAZ Y SU DEVOLUCIÓN


 
Las catorces piezas del Porta-Paz tal y como fueron entregadas el 16 de octubre de 1986 (Archivo López de la Franca)

Toledo.- Una autentica joya de orfebrería del siglo XVI, conocida como “El Porta-Paz de Úcles”, compuesta por 14 piezas, ha sido recuperada tras vagar 49 años por medio mundo.

Amaro del Rosal Díaz, ex-director de la Caja de Reparaciones del Ministerio de Hacienda de la Republica, entregó ayer al presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, las 14 piezas recuperadas del citado Porta-paz.

El “Porta-Paz de Uclés”, uno de los tres que actualmente se conservan en el mundo, junto al de Estambul y Roma, es una pieza de retablo, y era utilizado en la liturgia católica para simbolizar la paz.

Las catorce piezas, cuya procedencia se desconocía hasta hace un par de meses, formaron parte de una de las mejores obras realizadas por el platero conquense Francisco Becerril en el siglo XVI.

Las piezas recuperadas, la mayoría de las que conformaron el retablo, representan las figuras de los apóstoles, San Pedro, San Juan, San Pablo y Santiago; un medallón de la figura de la Ascensión de la Virgen; y la imagen del Salvador.

El Porta-paz del monasterio de Uclés (Cuenca) fue encargado al platero Becerril por los Caballeros de la Orden de Santiago, quienes regentaban el monasterio, para instalar una plaza bizantina del siglo XI, que representa un Anástasis.

Precisamente la parte central del retablo, tallado en jade, donde estuvo instalada la Anástasis, no ha podido ser recuperada desde que en tiempos de la Guerra Civil desapareciera todo el retablo.

Tras el saqueo de que fue objeto la catedral de Ciudad Real durante la contienda civil española, el retablo desapareció, por lo que Amaro del Rosal ordenó una investigación para localizar el Porta-paz.

Se nombró a un comisario especial y se interpuso una denuncia en el juzgado de Valencia, ciudad en la que tenía su sede la Caja de Reparaciones del Ministerio de Hacienda de la República.

La Caja de Reparaciones era el depósito donde las autoridades civiles entregaron las piezas de valor para evitar ser saqueadas, o de las que se desconocía su procedencia.

Posteriormente, en la citada Caja de Reparaciones aparecieron las piezas del retablo, aunque nadie supo que pertenecían al Portapaz de Uclés.

Amaro del Rosal, entendió que se trataba de importantes piezas de orfebrería, en oro y plata y esmaltes, y se encargó de su custodia durante 49 años.

En todo este tiempo, del Rosal, que se declara ateo, llevó consigo estas 14 piezas que viajaron por medio mundo, hasta que tras su vuelta a España, e empeño en identificarlas.

A través de unos amigos, que poseían documentación sobre el “Portapaz de Uclés”, logró averiguar, hace unos dos meses, el verdadero origen de las piezas.

Ahora las 14 piezas, de las que se desconoce el verdadero valor económico, serán entregadas al Cabildo de la Catedral de Ciudad Real, donde serán expuestas al público.

El hallazgo fue dado  a conocer ayer tarde por el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, en una precipitada rueda de prensa en la que estuvieron presentes también, Amaro del Rosal, Fernando Alberto Martín, historiador de arte; José Serrano Romero, ex-gobernador civil de Ciudad Real, entre otras personas.

Diario “Lanza”, viernes 17 de octubre de 1986, portada.
 
 
El Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, hace entrega al Obispo Prior del resto de las piezas del Porta-Paz en 1987 (Archivo López de la Franca)

CATORCE PIEZAS DEL PORTAPAZ DE UCLÉS YA ESTAN EN CIUDAD REAL

El presidente José Bono acudió al edificio del Obispado y Museo Diocesano de Arte para entregar las catorce valiosas piezas, recientemente recuperadas, que formaban parte del mundialmente famoso -no es exageración- Portapaz de Uclés. Como luego diría el obispo de Ciudad Real y prior de las Órdenes  Militares -que es por donde vino a nuestra Catedral, y nuestra ciudad el célebre Portapaz- no se trata de la obra completa ni mucho menos, sino de catorce valiosas piezas de las muchas que conformaban la obra de arte de Becerril.

Como se sabe, el Portapaz de Uclés, era un minimonumento, por su tamaño, de la mejor orfebrería española de todos los tiempos que enmarcaba una pieza casi única en el mundo, una importante escultura en jade oriental, representando la Resurrección de Jesús, traída a España por los cruzados y caballeros de la Orden de Santiago. La piedra, el jade tallado, fue el motivo de que se encargase al inigualable Becerril un portapaz que la enmarcase y, de esta forma, constituyese lo que fue, hasta su destrucción, una de las dos o tres únicas piezas de esa categoría que había en España.

APARICIÓN DE LAS PIEZAS

El Portapaz completo fue robado de la Catedral durante la guerra civil y desguazado, seguramente, para fundir las piezas metálicas habiéndose recuperado hasta ahora, únicamente, las catorce que ayer entregó el presidente región al Cabildo.

Como ya informó LANZA en su día, estas catorce piezas estuvieron, durante cuarenta años, en manos de Amaro del Rosal, director general de la llamada Caja de Reparaciones durante la República. Las primeras noticias fehacientes de la existencia de las piezas se tienen gracias a la labor de Francisco Alía, quien lo comunica al catedrático que estaba dirigiendo su tesis doctoral, el ciudarrealeño Manuel Espadas Burgos, doctor en Historia y miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Manuel Espadas, conocedor, por razones obvias, de la importancia del hallazgo se pone en contacto urgente con el consejero de Educación y Cultura, el también ciudarrealeño José María Barreda, quien, tras una mañana larga de charlar con Amaro del Rosal, logra que éste entregue las piezas a la Junta de Comunidades, acortándose así los trámites de devolución a nuestra ciudad de algo que, como dijo el presidente Bono, le pertenece inexcusablemente.

El presidente, antes de hacer entrega formal al obispo de la Diócesis de las catorce piezas, pronunció unas palabras en las que mostró su enorme satisfacción por poder llevar a cabo, personalmente, la restitución de algo que, enfatizó, ha estado oculto por la intransigencia típica de ene país; algo que fue, injustamente, arrebatado a la  catedral, a  la Diócesis y a la provincia. Relató, como hemos dicho ya, como fueron entregadas a la
Junta de Comunidades las piezas y mostró su alegría por haber podido restituir tras haber recorrido éstas varios continentes.

El obispo de Ciudad Real, Rafael Torija de la Fuente, agradeció la devolución de las piezas del destruido Portapaz en nombre propio,  del Cabildo -que es su auténtico  dueño, dijo- y de toda la Diócesis.

Reconoció la belleza y la importancia de lo recuperado, pero, enfatizó, falta, entre otras muchas cosas, la piedra central; el jade tallado del Anástasis, imposible de reproducir o imitar si no aparece el original, datado en el siglo XI e, incluso, antes, por algunos. Dijo el obispo que no perdían la esperanza de recuperar más pieza, pero mostró su enorme satisfacción por la entrega que le hacía el presidente de la región. Anunció que  lo antes posible, las piezas recuperadas, organizadas y montadas de la mejor manera posible, serían expuestas en el Museo Diocesano. Finalmente ambas personalidades firmaron las correspondientes actas de -entrega y recepción.

Diario “Lanza”, martes 3 de febrero de 1987, portada y página 12.

 
Tal y como se exponen las piezas recuperadas del Porta-Paz en el Museo Diocesano

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