Luis Mario Sobrino Simal entrevista a
Diego Peris. Este conocido arquitecto analiza la restauración de la Puerta de
Toledo en sus diferentes fases, explica las variaciones que hubiera introducido
si hubiera sido el responsable de la obra y valora la destrucción del
patrimonio histórico que, a lo largo de los años, ha sufrido Ciudad Real.
Pregunta.-
Cuéntanos brevemente en que has trabajado estos últimos años.
Durante trece años he estado trabajado
intensamente en la Universidad de
Castilla-La Mancha en proyectos en sus diferentes campus. Años de crecimiento
para la Universidad y en los que he tenido la oportunidad de hacer proyectos
muy interesantes en Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Toledo, Talavera de la
Reina, Puertollano y Almadén. En Ciudad Real obras como la Facultad de
Derecho, los edificios del ITQUIMA y sus
ampliaciones por ejemplo. Dos años he estado en un proyecto muy atractivo, en
Toledo, en la Vega Baja, yacimiento arqueológico singular y oportunidad de
plantear un urbanismo sostenible frente a las propuestas especulativas de otros
momentos.
P.-
Hablamos ahora de la Puerta de Toledo y sus obras de restauración. Sabemos que
esta obra tiene tres fases. ¿Qué opinas sobre la construcción de la rotonda, lo
que fue la primera fase?
En un monumento su entorno es muy
importante y por ello plantear la recuperación del mismo era un tema positivo.
Sin embargo, creo que ha sido una oportunidad perdida. La Puerta de Toledo es
parte de una muralla que rodeaba la ciudad y se entiende como parte de la
misma. En la recuperación del entorno han preocupado exclusivamente los
problemas del tráfico actual y se ha olvidado la posibilidad de hacer “entendible”
lo que había en la ciudad en esa zona en otros momentos.
P.-
La segunda parte, la restauración del monumento supongo que será un poco más
complicado de explicar. ¿Cómo ves las fases que está teniendo y los resultados
obtenidos y observables hasta el día de hoy? Aciertos, errores…
La Puerta de Toledo es un elemento
emblemático en nuestra ciudad con un patrimonio monumental muy limitado. Y por
ello el plantear su restauración era una propuesta claramente positiva. Tenía
problemas que se iban manteniendo y agravando a lo largo del tiempo como las
humedades que afectaban a su estructura.
Ese aspecto ha sido abordado con una
serie de actuaciones que espero serán eficaces y positivas para el monumento.
Me gustan menos los recrecidos
superiores con la colocación de una banda de piedra caliza de separación, los
trozos de muralla construidos a los lados para simular el inicio de la misma
con un intento de imitar lo antiguo y el añadido de muro de tapial que se ha
colocado en la parte posterior. Se intenta unificar todo en texturas y colores
en algo que la Ley de Patrimonio prohíbe realizar en ese intento de confundir
entre lo realmente antiguo y lo que se ha incorporado de nueva planta.
Y junto a ello, y relacionado con la
anterior pregunta, me gusta mucho menos la pavimentación de piedra caliza y
sobre todo esa protección semicircular que parece elevar el monumento en una
peana de protección y que distorsiona el sentido del propio monumento.
P.-
La tercera parte de la pregunta ¿Cómo ves el tema de la peatonalización del
tramo de la calle Toledo junto a la puerta?
Si tuviera una congruencia con la
ordenación del entorno de la Puerta me parecería perfectamente razonable.
Pero creo que se plantean más por otras
razones de aprovechamientos de zonas que quedan próximas a diferentes usos en
la ciudad y parece tener poco sentido tal y como se están planteado
P.-
Si tú hubieras sido el arquitecto responsable de la obra, ¿habrías variado
mucho el proyecto de la misma?
Fundamentalmente en el camino de la
austeridad y de la autenticidad. Durante la obra cuando comenzaron a echar las
zahorras, las tierras compactadas de color ocre la Puerta ganaba en valor
frente al fondo de ese pavimento sencillo y humilde. Inicialmente lo que hubo
fue un empedrado como nos muestran las fotografías de finales del XIX. Está
bien indicar que la muralla seguía a ambos lados pero señalando de forma clara
que es un elemento actual que colocamos para indicar esa realidad.
Sobre todo creo que el entorno habría
sido más sencillo y dando prioridad al monumento sobre el tráfico en la
definición del mismo.
P.-
Hay mucha gente que se ha quejado de que tal y como está el tema económico
quizá hubiera sido mejor emplear ese dinero en otro tipo de obra más económica
o incluso no haberlo gastado en esto sino en obras sociales. ¿Cómo lo ves?
En momentos de crisis y de escasez de
recursos es cuando las prioridades políticas son más evidentes. Y en este
momento está claro que nuestros esfuerzos desde lo público se deben concentrar
en los programas de empleo y de mantenimiento de los servicios sociales. Hay
cosas que pueden esperar unos años sin problema. En la situación de muchas
familias es evidente que las inversiones deben dirigirse a otras cosas en el
momento actual.
P.-
¿Cómo ves el tema de las restauraciones en general?
El Patrimonio Histórico es una propiedad
colectiva y por tanto también una responsabilidad social de la comunidad. Y por
ello debemos hacer el esfuerzo común para conocerlo y así apreciarlo, para
conservarlo y disfrutarlo por todos.
Y ello con criterios de profesionalidad,
desde el conocimiento técnico de historiadores, arqueólogos, arquitectos… y con
el compromiso austero en su mantenimiento. Y sobre todo cuando es posible, en
la restauración arquitectónica, mantener unos usos acordes con lo restaurado es
la mejor manera de conservarlo para el disfrute de la comunidad.
P.-
En Ciudad Real prácticamente nos hemos quedado sin patrimonio histórico, con
excepciones como la Puerta de Toledo entre otros monumentos, por diversas
circunstancias. ¿Cómo has vivido desde el ámbito profesional de la arquitectura
que edificios emblemáticos de la ciudad como la Audiencia e incluso los varios
ayuntamientos que hemos tenido anteriores a este último hayan sido destruidos,
al igual que la mayor parte de la Plaza Mayor?
Con la tristeza de la falta de aprecio
hacia una realidad que deberíamos haber sabido mantener. Es verdad que la
historia se construye sobre lo anterior y no podemos santificar sin más todo lo
que ha existido en otras épocas. Pero hay cosas que colectivamente valoramos,
que apreciamos porque son parte de nuestra cultura y debemos mantener porque
conforman nuestra vida y el entorno material en el que vivimos.
Afortunadamente vamos avanzando poco a
poco en este sentido colectivo del aprecio por el patrimonio. Pero nos queda
camino por andar y, en ocasiones, los valores económicos y especulativos se
llevan por delante muchos elementos significativos. Solo desde la sensibilidad
común y una administración responsable es posible mantener lo que apreciamos
como patrimonio histórico.
Entrevista
publicada en:
http://apapclm.es/2013/09/28/restauracion-de-la-puerta-de-toledo-ciudad-real-el-arquitecto-diego-peris-considera-que-se-ha-perdido-una-oportunidad-de-recuperar-el-pasado-del-entorno/
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