Fachada
principal de la antigua Real Casa de la Caridad, hoy Rectorado de la
Universidad de Castilla-La Mancha
A finales del siglo XVIII el Arzobispo
de Toledo D. Francisco Antonio Lorenzana y Butrón, realiza una visita pastoral
a la actual Diócesis de Ciudad Real, entonces dependiente de Toledo, ya que no
sería hasta el año 1875 cuando se crearía por el Papa Pío IX la Prelatura
Cluniense o Priorato Nullius Dioeceseos de las Órdenes Militares de Santiago,
Calatrava, Alcántara y Montesa (que son las Órdenes Militares Españolas). En
esta visita vio la necesidad de construir una gran casa de la caridad en
nuestra ciudad, ante la gran cantidad de mendigos que había en la misma y con
el objetivo de dar trabajo a muchas mujeres y educación a muchas niñas.
Puerta
principal del Rectorado totalmente en
piedra caliza
El 15 de febrero de 1777 el Arzobispo
Lorenzana, firmaba un decreto para construir un hospicio en Ciudad Real,
contando con la generosa donación del vecino de Corral de Calatrava, D. Luis
Tamayo. Las obras comenzaron el 19 de noviembre de 1784 bajo proyecto del
aparejador D. Eugenio López Durango, con
materiales de gran sobriedad aunque con solidez y voluntad de permanencia. El
edificio seria inaugurado por el propio Cardenal Lorenzana el 30 de abril de
1788, en la segunda y última visita que
realizará el Cardenal a nuestra ciudad.
Aunque la Real Casa de la Caridad se
inauguró en la fecha anteriormente reseñada, no sería hasta 1790 cuando entró
en pleno funcionamiento, siendo destinada la planta alta para aposentos y la
baja a talleres. Las principales realizaciones que se llevaron a cabo en la
Real Casa de la Caridad fueron las siguientes:
Escudo
real en el frontón triangular de la fachada
·
Reales Fábricas. Las industrias
que se crearon fueron de paños, en cuyos telares se tejían sayales, pardos y
franciscanos para hábitos. Estameñas, lienzos y jergas para costales. Rajas que
era el vestuario de las mujeres acogidas. Paño montes, género usado en la
región, para confeccionar los vestidos de los labradores. Cintas de hilos y
ribetes y paños para los uniformes del ejército.
·
Tahonas. En un edificio
continuo a la Real Casa de Caridad, dedicado a la elaboración de pan blanco de
gran calidad.
·
Enseñanza. Esta era
impartida por un maestro de escuela que daba instrucción primaria a los niños,
mientras que una maestra impartía la enseñanza a las niñas, aprendiendo también
las labores domesticas. Al capellán correspondía la enseñanza religiosa.
·
Redención de la
mujer.
Destinada a la educación de jóvenes del sexo femenino.
·
Higiene y salud
pública.
Con lo que se pretendía el aseo e higiene personal de los asilados y de la
limpieza de fábricas, talleres, la higiene de las habitaciones, el
alcantarillado y desagüe de la Real Casa.
Patio
que da acceso a la iglesia desde el vestíbulo
La Guerra de la Independencia y el
asentamiento de las tropas francesas en 1809 acabaron su inicial cometido, ya
que desde la fecha reseñada hasta 1988 fue cuartel y en 1998 tras una
restauración integral de la fábrica construida, se convirtió en sede del
Rectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Tras su restauración el edificio de dos
plantas, nos muestra su fachada principal realizada totalmente en piedra
caliza, con veinte grandes ventanales y una gran puerta que presenta jambas y
dintel realizados mediante almohadillado en caliza. La puerta de madera es de
gran grosor y por encima aparece un balcón de hierro forjado sobre el que se
desarrolla un frontón triangular que cobija un gran escudo real bajo el cual aparece una placa
con la siguiente inscripción: “INOPIAE LEVANDAE TURPIQUE OTIO ELIMINANDO HANC
REGIAM DOMUM CAROLUS III OPT. PRINCEPS ERIGI DECREVIT ANNO MDCCLXXXVI (Con el
fin de desterrar y aliviar la vergonzosa pobreza y el ocio. Carlos III decretó
que esta Real Casa fuera erigida en el año 1786). Presenta, por tanto, una
simplicidad formal bastante acusada, pero que se puede vincular directamente
con el neoclasicismo de marcado carácter funcional.
Los
patios en la planta baja tienen arcos semicirculares
El interior del edificio que tiene el
doble de longitud que de anchura, se articula en torno a dos grandes patios
cuadrados que están porticados y dispuestos axialmente y entre ambos se ubica
la iglesia que establece un punto de unión visual con el vestíbulo de entrada y
prolonga su eje hasta su acceso trasero. Alrededor de los patios se desarrollan
las crujías con las dependencias y a través de los pórticos se establece la
comunicación entre ambos patios.
Las galerías de circulación, tanto
longitudinales (con unos 80 m. de longitud) como transversales (con unos 40 m.),
recuperan el interés de su ritmo marcados por la luz de los huecos y el espesor
de los muros. Los espacios interiores tienen grandes huecos en la planta baja
con arcos semicirculares y ventanas de menores dimensiones en la planta
superior. El edificio se asoma, en todas las galerías de circulación, a los dos
patios interiores que organizan internamente la gran planta rectangular del
conjunto.
Otro
de los patios del Rectorado. En un patio se plantaron cipreses y en otro olivos
tras la restauración efectuada entre 1997-98
Cuatro cajas de escalera emplazadas en
los extremos del rectángulo de la construcción permiten el acceso a la planta
alta, destacando por su magnificencia la ubicada en el lado norte, a modo de
escalera imperial.
La posición de la iglesia en el centro
del edificio divide el conjunto en dos y sobresale del mismo como pieza central
simbólica. La estructura del interior de la nave de la iglesia es longitudinal
y está dividida en tres tramos. El central cubierto por cúpula y los otros dos
de la cabecera y los pies cubiertos con bóveda. De color ocre se encuentran
pintadas las formas de la cúpula y bóvedas, resaltando así las molduras
ornamentales del conjunto. El zócalo y las pilastras verticales de la única
nave de la iglesia están en piedra, situándose a los pies de la iglesia un coro
alto. Actualmente esta antigua iglesia es el paraninfo del rectorado de la
universidad y en él se celebran multitud de actos a lo largo del año.
Antigua
iglesia hoy convertida en Paraninfo del Rectorado
En las obras de restauración de este edificio realizadas a lo largo de los
años 1997 y 1998, de acuerdo con el proyecto redactado por el arquitecto
Ricardo López Rejo, se descubrió en la fachada posterior en su punto central, el recercado de piedra caliza de la puerta,
sobre la cual se abre un balcón y un frontón triangular donde se ha ubicado un
gran escudo del Cardenal Lorenzana, copia del existente en el edificio del
Vicerrectorado del campus de Toledo. En esta parte posterior del edificio se
construyó un paseo que comunica diferentes dependencias universitarias.
Fachada
posterior del Rectorado, con el escudo del Cardenal Lorenzana presidiéndola
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