El desaparecido monasterio ciudadrealeño de
Dominicas de Alta Gracia
UN
POCO DE SU HISTORIA
La construcción de un Monasterio de Dominicas
en Ciudad Real, se remonta a 1435 en el reinado de Juan II y respondió al interés
de una familia influyente local, la formada por el abogado de los Reales
Concejos don Alfonso Pérez de Ledesma y doña Mencía Alonso de Villaquirán, que
a través de una disposición testamentaria dispuso que la casa de su morada se
dedicara a levantar un convento de dominicas bajo la advocación de Nuestra
Señora de Alta Gracia. Asimismo, Doña Mencía, mandó ser enterrada con el hábito de monja y trasladado su cuerpo al
monasterio donde fue sepultado en lugar destacado.
El monasterio ocupaba parte de las calles Jacinto,
Altagracia, Estrella y Luz
Este Monasterio se construyó por el
agrupamiento de las casas que componía la manzana de las calles llamadas de
Jacinto, Altagracia, Estrella y Luz. Enseguida contó con el apoyo
de las familias nobles de Ciudad Real, lo que hizo que a lo largo de los siglos
se convirtiera en el más rico por el patrimonio que llego a tener, con mucha
diferencia en relación a los existentes en Ciudad Real.
Los muros de su iglesia tenia altos y redondos
contrafuertes
También este antiguo monasterio llego
albergar entre sus muros a una gran cantidad de monjas, y sabemos por el censo
de la Corona de Castilla de 1591, que en el habitaban 50 dominicas. Debido a
esa cantidad de monjas que lo llegó a morar, de el partieron religiosas para
fundar otros monasterios en el territorio español. En 1576 salieron de este
monasterio y llegarón a Huéscar Sor Beatriz Carrillo acompañada de varias
monjas, fundando en esta localidad un nuevo monasterio que aun existe.
Parte del monasterio que daba a la calle Jacinto
En el siglo XVI había en Ciudad Real la
costumbre entre familias nobles de casa solariega y ricos hacendados, de
visitar, en ciertos días de la semana y mediada la tarde, a las comunidades
religiosas de la ciudad, siendo uno de los más visitados el de las Dominicas, donde
eran famosos sus bizcochos de soletilla que ofrecían las monjas a sus
visitantes.
Entre sus muros destacaba un mirador con celosía
Varias son las Dominicas que figuran
como esclavas recibidas el 8 de octubre de 1633, en la “Esclavitud de la Madre
de Dios de la Virgen del Prado”, siendo estas: Doña Constanza Bermúdez Domingo,
su hermana Doña Francisca, Doña Isabel Loaysa, Doña maría de Viera, Doña
Catalina S. Bernardo, Doña María Manuel, Doña Catalina Santa Ana y Doña María
de Cristo…
Rosetón que había debajo del mirador y que daba luz a la iglesia
Por el Catastro del Marqués de la
Ensenada de 1751, sabemos que en aquella fecha la comunidad monástica estaba
formada por 17 monjas y su patrimonio urbano estaba formado por una renta de
1.267 reales, valor de 12 casas que suman una superficie de 3.919 varas; seis
situadas en San Pedro, cuatro de ellas de comercio, distribuidas en la Plaza
Pública, Cuchillería y Feria; las otras dos en cada uno de los barrios
restantes y cuatro de campo.
Muros conventuales que protegían el conjunto monástico
En cuanto a la propiedad rustica, el
Monasterio era propietario de 680 hectáreas de tierra en el término municipal
de Ciudad Real, y del molino harinero de “La Fuente de doña Olalla” que
producía doscientas fanegas de trigo.
Otra fotografía de los muros de la calle
Altagracia que rodeaban el monasterio
Pero de toda esta riqueza con la que
contó el monasterio, fue desamortizado en 1836 durante la llamada
desamortización de Mendizábal. Se puso a la venta todo su patrimonio a
excepción de dos fincas de solo 53 áreas y 48 centiáreas. Se subastaron 21
fincas con una notoria extensión (591 Has.) de apreciable valor (309.766
reales) y el molino harinero.
Exterior del ábside de la iglesia visto desde el exterior del monasterio
A finales del siglo
XIX, según la “Guía de Ciudad Real” de Domingo Clemente, en la iglesia del
monasterio tenían lugar los ejercicios que la Congregación del Dulce Nombre de
Jesús y la del Rosario celebraban, la primera el primer domingo y la otra el
segundo de todos los meses. También se dice en la guía que se celebraban
funciones a Santo Domingo Guzmán el 4 de Agosto; a San Joaquín el domingo
infraoctavo de la Asunción; a San Vicente Ferrer; a María Santísima en su
Asunción, y el primer domingo de Octubre a la Virgen del Rosario, cuya imagen
era sacada en procesión por su Congregación ese mismo día por varias calles de
la ciudad.
Otra vista del ábside de la iglesia desde el
interior del monasterio
El 2 de febrero de 1903 se produjo un
hundimiento en el monasterio, provocado inicialmente por la caída de una
cornisa, que acabó con la vida a una monja e hirió a otras dos.
La parte monástica vista desde su interior
La comunidad estaba
formada en 1935 por 24 monjas profesas y una novicia, siendo la priora la Madre
Sor Julia de Jesús, que en el mundo se llamó Sofía Sánchez Cortés. Al iniciarse
la Guerra Civil Española en 1936, las monjas fueron expulsadas de su monasterio
por los republicanos, destrozando estos las imágenes que recibían culto en el y
entre sus muros fue instalada una checa, que sirvió de prisión para los que iban
a ser asesinados. También fue refugio de los que huían durante la Guerra Civil
de las zonas que ocupaba el ejército del General Franco.
El monasterio también tenía un gran huerto
Al término de la Guerra Civil en 1939,
el monasterio se encontraba en un estado lamentable, pero fue ocupado de nuevo
por las Madres Dominicas que volvieron a la clausura de sus muros. Pero estos
se fueron deteriorando con el paso de los años y en 1964 la madre priora
comunicó al obispo y al Delegado de la Vivienda el mal estado en que se
encontraba el monasterio. Al año siguiente, dos monjas tuvieron que abandonar
sus celdas por el peligro de derrumbe de las cubiertas que había en ellas.
El monasterio tenía dos patios, siendo el más artístico
este de la fotografía
Las autoridades eclesiásticas y civiles
de aquellos años en nuestra ciudad, recomendaron a las monjas edificar otro
convento de nueva planta porque, según los técnicos de le época, “gastar dinero
en éste era totalmente inútil”. En 1968 se cerró la iglesia a los fieles y fue
declarada en estado de ruina. Ese mismo año comenzaba a construirse el nuevo
convento que, finalmente, fue inaugurado el 7 de octubre de 1969. Tras
abandonar las Dominicas su histórico monasterio, y a pesar de ser uno de los
edificios religiosos más bellos del siglo XV, fue derruido en la década de los años 70 albergando en su solar numerosos
bloques de viviendas surgidos en la época.
El patio tenía en el centro un pozo de hierro
forjado
UN
POCO DEL ARTE QUE GUARDABAN SUS MUROS
Tenía arcos de semicirculares de ladrillo
El interior de la iglesia albergaba una
buena colección de pinturas de interés y el monasterio contaba con dos patios,
uno de ellos era cuadrado con columnas de piedra tallado en sus capiteles con
el escudo de la orden y el del fundador del monasterio. También varias
dependencias contaban con artesanados como la escalera y el refectorio que eran
del siglo XVI y cerámicas con imágenes de Santos de la orden de gran antigüedad.
Los arcos eran sujetados por columnas de piedra
Las columnas tenían tallados sus capiteles con el
escudo de la orden
Otras columnas tenían tallados el escudo de armas
de sus fundadores
Muchas dependencias tenían artesonados de madera
del siglo XVI
Galería superior del monasterio
Puerta de entrada al refectorio
El mirador del monasterio visto desde su interior
La iglesia contaba con un retablo dedicado a la
Virgen del Rosario
Altar mayor de la iglesia tras la Guerra Civil
Española
El paso de la Virgen de la Esperanza en el
interior de la iglesia. El paso de la Virgen de la Esperanza se montó en este
templo desde 1954 hasta 1967
El monasterio fue derruido en 1970
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