Hace un año tal día como hoy era
enterrado, una gran persona y sacerdote, que se acercó a las cofradías y
hermandades con la mirada del Buen Pastor, tal y como nos recuerda el Papa
Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del evangelio).
Fue un sacerdote que abrió las puertas de la Parroquia de Santo Tomas de
Villanueva a las cofradías de la Flagelación, de Las Penas y Virgen de la Cabeza.
Siempre trabajo con las cofradías
alentándolas y fortaleciéndolas, destacando la fuerza evangelizadora de las mismas,
sabiendo leerlas y no menospreciándolas como actualmente nos tienen
acostumbrados muchos sacerdotes de nuestra ciudad, que ignoran
que las mismas son obra del Espíritu Santo.
Por ser un sacerdote ejemplar y por su
gran trabajo en defensa de las cofradías abriendo la Parroquia de Santo Tomas
de Villanueva a nuevas cofradías, recibió un reconocimiento de la entones
Tertulia Cofrade “Martillo y Trabajadera”, el martes 14 de marzo de 1995, en el
bar “Carlos III” de la calle Lirio. Durante la celebración del acto D. Eugenio
recibió una metopa que recogió emocionado, alentando como siempre a los
cofrades con su palabra a seguir trabajando por nuestra Semana Santa.
Necesitamos en nuestra ciudad sacerdotes
como D. Eugenio, que supo descubrir que en las cofradías y hermandades
ciudadrealeñas esta el alma de nuestro pueblo y nunca las miró con desconfianza
porque siempre defendió que estas era una manera legítima de vivir la fe, un
modo de sentirse parte de la Iglesia, y una forma de ser misioneros.
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