Proyecto
de la Fuente Talaverana publicado en la portada del diario “Vida Manchega” el
10 de junio de 1925
De nuevo otra Feria agosteña. Esta de
1982 nos trae recuerdos –en un aspecto que no es el que vamos a tocar en estas
breves líneas rememorativas- de sucesos de hace cincuenta años, en los que
fuimos un poco protagonistas. Pero también de los primeros bailes y diversiones
y de estas vamos a recordar, junto con nombres que contribuyeron a que los
jóvenes de entonces pudieran divertirse, disfrutando del Parque de Gasset y su
Fuente Talaverana, que da nombre a uno de los recintos más amplios y acogedores
que se conocen por estos lares. Pero la Fuente Talaverana tiene su pequeña
historia y esto es lo que vamos a tratar de exponer en esta colaboración del
número extraordinario dedicado por LANZA a la feria de la capital manchega.
Cuando el recordado alcalde de Ciudad
Real don José Cruz Prado decidió, al frente de una Corporación integrada por
entusiastas concejales, acometer la ampliación del Parque de Gasset, antes
solamente con tres largos paseos que finalizaban en la Cruz de los Casados,
figuraba en el proyecto una plaza –la que hoy conocemos por Fuente Talaverana,
en el centro del paseo dedicado al
escultor García Donaire-, en la que se decidió colocar un jardín y en él un
reloj floral, que por aquel entonces estaban muy de moda y gustaban mucho a los
encargados de cuidar los jardines. Ya se había trasladado la feria al Parque y
la ampliación del mismo fue muy bien aceptada por el vecindario, que poco a
poco iba creciendo y veía así la forma de disponer de un mayor lugar de
esparcimiento y al mismo tiempo evitar que las casetas tradicionales del Real
de la Feria, junto a carruseles y otras atracciones no dispusieran del
suficiente espacio para su instalación.
La
Fuente Talaverana en los años veinte del pasado siglo XX
Cuando pasó a ocupar la Alcaldía otro
gran ciudarrealeño creemos recordar que el año 1924, don Francisco Herencia
Mohino, movido por su espíritu de mejora
para las cosas de la capital, decidió llevar a cabo varias obras y entre ellas
completar y adornar el parque que ya era el paseo más aceptado por todo el
vecindario, por su comodidad y amplitud. Paco Herencia, como le llamaban todos
sus amigos y aun los que no lo eran tanto, periodista, abogado, hombre de
elevada cultura, quería para su pueblo lo mejor y así lo demostró en el tiempo
que fue alcalde. Y con acertada iniciativa
se decidió por la Corporación que presidía mejorar las instalaciones del
amplio paseo colocando una fuente en el jardín que tenía el reloj floral y
construyendo dos pérgolas, una a cada lado de aquel, que fueran como dos
remansos para que los paseantes pudieran descansar, ya que en ambas se
colocaron bancos. Y se decidió encargar la ornamentación de la fuente a una
conocida cerámica de Talavera, dándole las características que todos hemos
conocido. De ahí que cuando fue inaugurada la fuente en la feria de 1925 se le
conociera como el “recinto de la Fuente Talaverana” y así se ha seguido
llamando en los programas de festejos para señalar los que en ella tienen
lugar.
Ayuntamientos sucesivos continuaron
cuidando y mejorando este bello lugar de nuestro parque y así un posterior
alcalde también en los años veinte, don Antonio Prado Cejuela quiso completar
el recinto levantado en su proximidad un kiosco para conciertos de verano, que
todos los domingos, daba la banda municipal a última hora de la tarde, cuando
ya era muy apetecible llegase hasta el principal paseo de la capital y tomarse
un refresco o una cerveza, ya que los bajos del kiosco se habían habilitado
para bar, colocándose a su alrededor gran número de veladores, sobre todo en la
feria.
La
Feria y Fiestas de Ciudad Real se celebraron en el Parque de Gasset entre
1916-1985. La fotografía es del año 1953
Por aquellas fechas, los bailes tenían
lugar en el casino, a lo largo de los ocho días de las fiestas de agosto.
Incluso a mediodía, la sesión vermut como se le llamaba, sin duda porque era
esa la bebida más distinguida para la hora del aperitivo. Y era verdad, pues
aún no habían proliferado los cubatas,
las combinaciones y ni se conocía el güisqui. Pero pronto se pensó que los
bailes de la feria había que llevarlos al parque, ya que allí era donde gustada
ir al público. Y recordamos que se iniciaron, al término de la guerra civil, en
limitados recintos, en alguno de los paseos del parque, gracias al empeño de
grupos de amigos que echaban sobre sí la organización y también la financiación, pues aunque
contaban con alguna ayuda, si había pérdidas tenían que hacerse cargo de ellas,
cuando el número de socios y abonados no llegaban a cubrir el presupuesto de
gastos, que principalmente era la orquesta y ya alguna animadora o vocalista,
como se llamaba entonces a las atracciones de hoy. Así surgieron “La Pérgola”, “El
Bohío” y algún nombre más que no recordamos en estos momentos, que dieron fama
a las casetas de baile de la feria de la capital. La popular peña “La Viga”,
integrada por conocidos jóvenes, fue un buen refuerzo para estos bailes de
agosto, que a veces se prolongaban –cuando se había dado bien- hasta pasada la
feria. Años hubo en que faltando quince días para su comienzo no había quien
organizara la caseta. Y uno de estos recordamos que tuvieron que hacerse cargo
deprisa y corriendo, tres jóvenes muy dinámicos y populares: Pepe Ruyra,
Esteban Núñez y Luis Sastre, pues no parecía bien que la feria de la capital no
contase con una caseta de baile, aparte de las verbenas que se organizaban en
la Ferroviaria, a la entrada del parque y que todos los años se veían muy
concurridas y animadas, sobre todo las noches en que se celebraban concursos.
El Parque
de Gasset durante la ferias tenia feria de día y feria de tarde-noche. Cuando
la feria fue trasladada al actual recinto de la Granja, se perdió la feria de
día
Pronto se vio que nuestro mejor paseo
contaba con un lugar idóneo para las verbenas de la feria: el recinto de la
Fuente Talaverana, por lo que se decidió que en lo sucesivo se celebrasen en dicho
lugar y algo tuvimos que ver los periodistas, en los primeros años de la década
de los cincuenta, cuando se celebraron animadas verbenas de la Prensa,
generalmente coincidiendo con las corridas de Beneficencia que organizaba la
Diputación. Hasta que una Comisión Municipal de Festejos, a cuyo frente se
hallaba un activo teniente alcalde, decidió que las verbenas de la feria de
agosto debían celebrarse en este gran recinto y organizadas por el propio
Ayuntamiento, ofreciéndolo a todos los visitantes, que ya se había visto eran
muchos en fechas tan señaladas como la verbena en honor de las representantes
de la capital y provincia que presidían las antes mencionadas corridas
benéficas de la Diputación. Pronto se comprendió que las instalaciones
provisionales desde las que había de actuar las orquestas y atracciones eran
insuficientes y así, en los años sesenta, la Corporación Municipal que presidía
el alcalde don Luis Martínez Gutiérrez decidió la construcción del auditórium de
manera permanente, que es el que se ha seguido utilizando hasta el momento, no
solo en la feria sino en los conciertos musicales u otros espectáculos,
principalmente los dedicados a los niños tanto en las fiestas como fuera de
ellas.
Véase como el titular que hemos dado a
esta intrascendente colaboración para el extra de la feria de la capital, no es
nada exagerado. La Fuente Talaverana –se lo hemos oído decir a muchos
forasteros- es un recinto único para esta clase de fiestas y categoriza a la
capital, como salvando las distancias, sucede con la catedral basílica para los
actos religiosos, o con la plaza de toros para las corridas de feria.
Cecilio
López Pastor (Diario “Lanza”, Extra de la Feria, sábado 14 de agosto de 1982)
El recinto
de la Talaverana siempre fue un lugar de referencia de las ferias de la capital
Desde luego que, las atracciones de la Feria actual, no cabrían en el Parque de Gasset, pero la categoría, belleza y elegancia de las cenas-bailes de la Talaverana heran memorables, habiéndose perdido. Asistí a la cena-homenaje de despedida, organizada por las peñas, para decir adiós al hermoso recinto con fuente y concha-escenario.
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