Las personas que pasan de los cuarenta
años recordaran que “Caserío Vigón”, aparte de ser un equipo de balonmano, era
una empresa que se dedicaba a la fabricación de vinos y gaseosas. Esta empresa estaba ubicada en el carreterín de la Atalaya
y nació en los años sesenta del pasado siglo XX, con la fusión de dos empresas
dedicadas a la fabricación de gaseosas de nuestra capital, Vinuesa y González,
de ahí nació Vigón.
Los primeros años la empresa se llamó “Espumosos
Vigón”, dedicándose a la venta de gaseosas, para pasar posteriormente a la
venta de vino, cambiando posteriormente el nombre por el de Caserío Vigón. En
la fabricación de los vinos, fue capaz de aunar la producción de vinos de
cierta calidad, como crianzas y reservas, y pronto se implantaron en Ciudad
Real capital, la provincia y todo el país, incluso exportó vino al extranjero a
mediados de los ochenta a países como Alemania, Francia o Gran Bretaña. Los
vinos de Caserío Vigón llegaron a venderse hasta en China.
Muchos de los vinos y productos
elaborados por Caserío Vigón llevaban nombres de nuestra ciudad, como por
ejemplo el vino “Puerta de Toledo”, poniendo a la venta a finales de los años setenta
del pasado siglo XX, la Sangría Pandorga que promocionaba con su nombre la típica
fiesta ciudadrealeña, que en aquellos años comenzaba a tomar fuerza y que hoy
31 de julio traigo al blog cuando volvemos a celebrar esta tradición en nuestra
ciudad.
Otro
de los productos de Caserío Vigón, el vino “Puerta de Toledo”
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